ICBIA   27343
INSTITUTO DE CIENCIAS DE LA TIERRA, BIODIVERSIDAD Y AMBIENTE
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
CARACTERÍSTICAS DE DEPÓSITOS NEÓGENOS EN ÁREAS INTERMONTANAS DE LA SIERRA DE COMECHINGONES, ALPA CORRAL, CÓRDOBA
Autor/es:
ARMAS, PAULA; SANTINELLI, MARÍA; BENITO, EUGENIA; ANDREAZZINI, MARÍA JIMENA; DEGIOVANNI, SUSANA; ECHEVARRIA, KARINA
Lugar:
Paraná
Reunión:
Congreso; XVII Reunión Argentina de Sedimentología y VIII Congreso Latinoamericano de Sedimentología; 2021
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Sedimentología - Universidad Autónoma de Entre Ríos
Resumen:
El registro estratigráfico plioceno de Córdoba tiene amplia distribución regional, un importante contenido paleontológico que se relaciona con el levantamiento de las sierras. Hasta el momento se reconoce una fase tectónica temprana del Mioceno-Plioceno, luego un nuevo movimiento tectónico y cambio de nivel de base entre el límite Plioceno tardío y Pleistoceno temprano, y por último una reactivación ocurrida durante el Pleistoceno temprano a medio (Tauber et al. 2019).El valle de Alpa Corral, en el borde oriental de la Sierra de Comechingones, es una depresión de rumbo NNO-SSE, controlada estructuralmente y desarrollada sobre rocas de basamento ígneo-metamórfico paleozoico inferior. Es drenado por el río homónimo, que surge de la confluencia de los ríos Las Moras y El Talita en el extremo norte de la depresión. En ambas márgenes del curso principal, se reconocen niveles aterrazados, sobre elevados 30-35 m respecto del cauce actual, disectados por cursos de bajo orden. En las lomadas de interfluvio se exponen rocas de basamento que rematan en depósitos fluviales, con potencia variable entre 2 a 5 m e importante continuidad lateral (hasta 3,5 km). Secuencias similares fueron descriptas por Giannoncelli y Tauber (1997) en el sector pedemontano próximo, revelando una edad pliocena inferior-superior a partir del hallazgo de cinco niveles fosilíferos. En este trabajo se exponen resultados preliminares del estudio de seis perfiles sedimentarios de detalle, en los que se identificaron litofacies y arquitecturas en base a la nomenclatura de Miall (1996), y se interpretaron las características del ambiente depositacional.Dichas secuencias presentan una granulometría de sábulo, gravas finas y arenas muy gruesas, alcanzando casos con bloques de 0,20 a 0,50 m de tamaño, de composición ígnea y metamórfica con formas proladas. La relación espacial de las facies permitió identificar canales gravosos/arenosos (CH) con desarrollo de barras gravosas (GB) y barras arenosas (SB) principalmente, que se relacionan lateralmente con depósitos de llanuras de inundación (OF). El relleno de CH se inicia con Gm y Gh (gravas medias) incluyendo clastos imbricados y gradación inversa interna en la estratificación horizontal. Estas facies alternan en cuerpos lenticulares y tabulares discontinuos lateralmente de hasta 0,55 m de espesor con base erosiva y son interpretadas como depósitos de relleno de fondo de canal (lags) o núcleos de barras gravosas. Sobre estas facies se disponen Gt y Gp con sábulos/gravas finas conformando en conjunto el elemento GB. Este tipo de barra alcanza un espesor de hasta 0,90 m y constituye cuerpos tabulares, de migración de dunas 3D y 2D. Las barras arenosas SB se presentan con menor recurrencia que GB e incluyen las facies Sh y Sl en la base, en cuerpos acuñados de 0,2 a 0,4 m de potencia, sugiriendo depositación de alto régimen de flujo. St y Sp son las facies mayormente desarrolladas en SB, conformando cuerpos tabulares entre 0,2 a 0,55 m de espesor con base erosiva, atribuibles a la migración de formas de lecho de crestas sinuosas y crestas rectas. Las facies de SB se interdigitan en ocasiones con Fm, en cuerpos tabulares con potencia que varía de 0,4 a 0,7 m con escasas bioturbaciones, siendo el producto de procesos de decantación. Los depósitos de OF se caracterizan por la litofacies Fm con tabiques calcáreos, estructuras en bloque, moteados y cutanes en baja proporción asignando rasgos pedogenéticos. Cabe destacar que en tales depósitos se encuentran los niveles fosilíferos estudiados por Giannoncelli y Tauber (1997). Bajo estas evidencias se estima que la depositación de estas secuencias habría ocurrido en condiciones de climas semiáridos.El arreglo espacial de las arquitecturas, junto al análisis composicional y las variaciones en las paleocorrientes relevadas, permiten interpretar un sistema aluvial-fluvial entrelazado proveniente del NNE, donde su principal fuente de aporte corresponde a rocas ígneas (Batolito Cerro Áspero). Este sistema estuvo controlado por los lineamientos del basamento y presencia de rocas miloníticas (Faja de cizalla Guacha Corral) de mayor susceptibilidad a la erosión, que favorecieron la formación de la depresión de Alpa Corral en respuesta a la primera fase tectónica del Mioceno tardío (Tauber et al. 2019). La posición sobreelevada y el reciente hallazgo de restos de Glyptodon sp. en niveles superiores a estas secuencias (actualmente en estudio), sugieren que la sedimentación habría continuado durante el Pleistoceno y que su incisión habría comenzado durante reactivaciones ocurridas hacia el Pleistoceno temprano a medio.