INVESTIGADORES
PAIS ANDRADE Marcela Alejandra
congresos y reuniones científicas
Título:
Desarrollo ¿Santo Grial de la Gestión cultural?
Autor/es:
MOLINA ROLDÁN, AHTZIRI; PAÍS ANDRADE, MARCELA A. Y ARAYA, RODRIGO
Lugar:
Santiago
Reunión:
Congreso; I CONGRESO NACIONAL DE GESTIÓN CULTURAL; 2011
Institución organizadora:
Escuela de Gestores y Animadores Culturales, EGAC y la Carrera de Gestión en Turismo y Cultura de la Universidad de Valparaíso
Resumen:
El concepto de cultura se integra al discurso sobre desarrollo, a finales de los años ochenta. Dada la polisemia de ambos conceptos, la relación entre ambos no es vista de modo unívoco, partiendo por la más básica, que atribuye a la cultura la capacidad para mejorar el bienestar de quien lo instrumenta. Por ello, al unir la idea de desarrollo con cultura surgen múltiples dimensiones: desarrollo cultural, cultura para el desarrollo, cultura como herramienta de los desarrollos económicos, ambientales, sustentables, sociales, comunitarios, humanos entre otros. Sin embargo, en muchas ocasiones se profundiza poco sobre los modos en que estos términos se vinculan de modo práctico, o pueden implementarse cotidianamente. Esto permite ubicar la gestión cultural, y la labor de los gestores culturales, en el trabajo por el desarrollo, por cuanto permite identificar estrategias para llevar al territorio las propuestas que buscan vincular cultura y desarrollo. En este contexto, esta ponencia pretende identificar las formas más frecuentes en que se conceptualiza desarrollo en las políticas públicas de: Argentina, Chile y México, para luego averiguar las implicaciones que estas políticas tienen para la gestión cultural. El gestor cultural, en su forma actual, es heredero de dos formas de generar animación sociocultural y vinculación con las comunidades. Para comenzar, en nuestro continente durante décadas la promoción cultural fue considerada una labor del Estado, como un generador de identidad nacional y una fuente generadora de distinción. Sin embargo, alrededor de la época de los años ochenta se comienza a visualizar al promotor ahora identificado como gestor, como un agente capaz de establecer contacto con las comunidades, capaz de generar recursos para la creación, planeación, materialización de diversos productos culturales. Si bien, esta nueva tendencia tiene como finalidad alcanzar la democratización cultural y así contribuir al desarrollo de los pueblos; estas es potenciado por la agenda de la UNESCO que encuentra en la cultura un agente vital para el desarrollo de los pueblos. Lo anterior se sustenta en considerar a la cultura como un vehículo para construir la cohesión social, la sustentabilidad, un medio ambiente sustentable, motor de creatividad, innovación y como agente para el desarrollo económico y social (UNESCO 2010). Esta tendencia tiene como base el trabajo auto-gestivo. Este trabajo surge como apéndice de una indagación incipiente entre diversa/os investigadores en relación a lo cultural de cada país nombrado, motivados por la necesidad de profundizar sobre la tarea de los trabajadores culturales en el marco de políticas regionales de integración y desarrollo.