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Los plásticos, gracias a sus propiedades físico-mecánicas, se han convertido en materiales de uso cotidiano. Se usan en muchas aplicaciones, como envases, embalajes, en medicina, en la fabricación de autopartes, en telecomunicaciones, etc. A nivel mundial la producción de bioplásticos se ha incrementado y es una alternativa viable para la sustitución de los plásticos convencionales, derivados de la industria petroquímica. Los bioplásticos derivados de recursos vegetales renovables, como el almidón y la celulosa, pueden ser degradados por microorganismos para originar moléculas sencillas asimilables por el ambiente en un corto período de tiempo (semanas o meses). Muchas veces el proceso para la obtención del bioplástico, puede generar residuos nocivos para el medioambiente. Es por esto que encontrar protocolos de fabricación adecuados resulta clave en la producción de los mismos. En este trabajo se exploró diferentes protocolos de obtención del bioplástico a partir de fuentes de almidón (fécula de mandioca, fécula de maíz y fécula de papa). Durante este proceso se determinaron las cantidades de los materiales que produjeron un bioplástico con características deseadas. Este tipo de procesos pueden ser trasladados al ambiente escolar para concientizar sobre el impacto de los plásticos en el medio ambientes, conceptualizar la relación entre propiedades físicas y las estructuras poliméricas trasladando procedimientos físico-químicos desde la teoría a la práctica.