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Nuestro cerebro continuamente recibe señales corporales que, aún de manerainconsciente, modulan nuestra cognición. Las señales cardíacas, por ejemplo, influyenen el procesamiento de la información sensorial externa y en la producción de cognicióninterna a través de las vías del nervio vago. Un marcador somático de esta interacción esel potencial por latido cardíaco (HEP- por sus siglas en inglés). El HEP es una medidadel procesamiento cardíaco a nivel neural que en los últimos años se ha utilizado comoindicador de la sobrecarga alostática. Sin embargo, la relación entre el HEP y losprocesos atencionales y de vigilancia es aun relativamente desconocida. En este trabajo exploramos la relación cerebro-corazón en la atención y lavigilancia. Para ello analizamos el HEP durante la ejecución de la tarea ANTI-Vea (Testde Redes Atencionales para Interacciones y Vigilancia, componentes Ejecutivo y deActivación). Treinta y seis personas sanas, de edades entre 18 a 40 años, completarondos sesiones experimentales en donde realizaron la tarea ANTI-Vea mientras se registróelectrocardiograma y electroencefalograma. Analizamos la amplitud del HEP y los efectos principales de alerta fásica,orientación y control ejecutivo, así como los aciertos para la vigilancia ejecutiva (VE) yel tiempo de reacción medio de vigilancia de activación (VA). Los resultadospreliminares muestran que las personas con mayor amplitud en el HEP tendrían mejorrendimiento en el control ejecutivo, el alerta fásica, la orientación, y la VE. Esteresultado no se observa en VA. Nuestros resultados sugieren que el HEP podría ser unindicador de cambios atencionales debido a la sobrecarga alostática que producen tareasestresantes debido a su larga duración, como la ANTI-Vea.