INVESTIGADORES
PUJANA Roberto Roman
congresos y reuniones científicas
Título:
Biodeterioro de madera fósil por hongos xilófagos del Eoceno de Patagonia austral
Autor/es:
PUJANA, ROBERTO ROMÁN; RODRÍGUEZ BRIZUELA, RAFAEL; BURRIEZA, HERNÁN
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; 9º Congreso Argentino de Paleontología y Bioestratigrafía; 2006
Resumen:
La presencia de pudriciones causadas por hongos fósiles ha sido documentada desde el Devónico en maderas de Callixylon (Stubblefield et al., 1985). Sin embargo el registro fósil nunca llega a ser abundante. Para la Argentina solo se mencionan en maderas de la Formación La Matilde, del Jurásico de Patagonia (Lutz et al., 2004). En esta contribución se describen pudriciones similares a las descriptas para maderas fósiles del Triásico de la Antártida (Stubblefield y Taylor, 1986). El material estudiado proviene de sedimentos de la Formación Río Turbio aflorantes en el arroyo Santa Flavia, cercano a la localidad de Rio Turbio. Los niveles portadores se ubican 10 m por encima del complejo carbonoso inferior de Hünicken (1955). A esta formación se le asigna una Edad Eocena por su contenido paleontológico (Malumián y Panza, 2000). De acuerdo a los estudios palinológicos de Romero (1977), los bosques existentes en la zona habrían estado dominados por especies afines a Nothofagaceae y Podocarpaceae, siendo estos los bosques más antiguos de Sudamérica donde las Nothofagaceae llegan a ser abundantes. El espécimen estudiado es un fragmento de xilema secundario de gimnosperma, silicificado, de 15x7x6 cm con un diámetro de 6 cm. Los hongos produjeron una pudrición del tipo alveolar, un tipo de pudrición blanca (Blanchette, 1991), que según Deschamps y Wright (1997), es frecuentemente producida por hongos de la familia Hymenochaetaceae (Aphyllophorales, Basidiomycota). Los hongos de pudrición blanca producen una biodegradación por medio de excreciones de enzimas que degradan simultáneamente la lignina y la celulosa o selectivamente la lignina, según el hongo. En el caso de los hongos de pudrición alveolar (un tipo de pudrición blanca), estos pueden degradar ambos componentes de las paredes de las traqueidas del xilema secundario (Blanchette, op. cit). Macroscópicamente, la pudrición dejó como resultado cavidades o bolsones elípticos alargados longitudinalmente de aproximadamente 2 x 0,5 mm. Estos bolsones se distribuyen en prácticamente todo el espécimen, encontrándose zonas de mayor densidad. En estas zonas frecuentemente se encuentran en contacto entre ellos. Microscópicamente se detectan los bolsones y también un segundo tipo de degradación. En los bolsones se observa una degradación gradual de las paredes de las traqueidas, desde el borde hacia el centro de los mismos. Las traqueidas del perímetro del bolsón se encuentran colapsadas y sueltas. Al tratarse la madera con HF concentrado los bolsones quedaron totalmente huecos, indicando la ausencia de estructuras celulares de la madera debido a una degradación total de las paredes celulares. En el segundo tipo de degradación se observan zonas más claras donde aparentemente el contenido orgánico de las paredes de las traqueidas es menor. En este segundo tipo de degradación no llegan a formarse huecos ni colapsamiento de traqueidas. Se descarta la posibilidad de ataques por insectos. Normalmente estos perforan la madera encontrándose  “frass” (excreciones de insectos y aserrín) en las cavidades, que además poseen bordes bien definidos, tamaño variable y se anastomosan, a diferencia de las dejadas por hongos. Los llamados “pseudoborings” son producto de la permineralización diferencial (i.e. Fisk y Fritz, 1984) observándose manchas circulares semejantes a las dejadas por los hongos. Sin embargo la anatomía de la maderas dentro de estas zonas permanece intacta.