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En el ámbito sobre los estudios de Duns Escoto hallamos importantes investigaciones que han defendido un voluntarismo en el autor, y al hacerlo, las más de las veces lo han contrapuesto al intelectualismo tomista. Otros intérpretes han argüido a favor de cierta relación orgánica entre ambas facultades, basados en última instancia en la concepción integral del ser humano. Según qué línea se pretenda sostener va a ser la comprensión que se tenga del obrar humano. Es decir, sentar posición sobre la racionalidad o irracionalidad de las acciones voluntarias humanas da lugar a diferentes antropologías, a diversas miradas de lo que sea el hombre y cómo esa humanidad se halla manifiesta en el ámbito operativo. En este trabajo afirmo que es posible adoptar una lectura distinta de aquellas dos anteriores, en la que la voluntad es una facultad estrictamente racional, y ello es posible dado el análisis que Duns Escoto hace respecto del criterio de distinción aristotélico racional-irracional en Quaestiones Super Libros Methaphysicorum Aristotelis IX, q. 15. En efecto, en dicha quaestio Escoto se pregunta si es conveniente la diferencia asignada por Aristóteles en Metafísica IX, 2, entre potencias racionales ?aquellas capaces de efectos opuestos? e irracionales ?aquellas que por su naturaleza operan ad unum?. Escoto introduce la diferencia entre potentia ad opposita effectus y potentia ad opposita actiones para evidenciar que, si se sigue al propio Aristóteles, lo que se concluye es que la facultad racional -en sentido estricto- no es el intelecto sino la voluntad. La resolución que en esta obra particularmente otorga Escoto al operar de la voluntad abre por ende una tercera vía de interpretación del obrar humano escotista, que permite abordar desde una perspectiva específica y muy particular el tema de la libertad y de la acción humana, ya que, concluirá Escoto, lo absolutamente racional es la voluntad, y más noble que la necesidad es el obrar contingentemente.