PERSONAL DE APOYO
ROGGIERO Martha Florencia
capítulos de libros
Título:
El Iberá. Un mosaico de paisajes
Autor/es:
ZILIO MARÍA CRISTINA; ZAMPONI ANALÍA; ROGGIERO MARTHA FLORENCIA
Libro:
ÑANDE YBERA. Nuestro Iberá: encrucijadas hacia un destino de enajenación de los esteros
Editorial:
Moglia Ediciones y FAHCE, UNLP
Referencias:
Lugar: Corrientes y La Plata; Año: 2016; p. 45 - 80
Resumen:
Los Esteros del Iberá son una extensa depresión, predominantemente anegada, que atraviesa la provincia de Corrientes de NE a SO. Constituyen una región singular, caracterizada por la heterogeneidad de sus paisajes, una elevada biodiversidad y, fundamentalmente, por el protagonismo del agua. Aguas calmas, como en las lagunas, o aguas que fluyen, como en los ríos. Aguas estancadas en forma permanente, como en los esteros, o en forma temporal, como en los bañados. Aguas superficiales, como el Iberá, y aguas subterráneas, como el Sistema Acuífero Guaraní. La omnipresencia del agua convierte a los Esteros del Iberá en uno de los humedales de agua dulce más grandes de Sudamérica.Algunas páginas de Internet lo promocionan como el ?Pantanal argentino?, en alusión al macrohumedal que se extiende, fundamentalmente, sobre la margen izquierda del río Paraguay, en territorio brasileño.El límite estricto de los Esteros del Iberá es la depresión homónima. Se corresponde con la reserva provincial, que tiene una superficie aproximada de 13.000 km2 (Ley Provincial 3771/83). En un sentido más amplio se hace referencia a toda una región que incluye a los esteros y ríos Santa Lucía y Batel-Batelito. A dicho conjunto, Neiff (2004) lo denomina Región del Iberá. Si bien se habla de distintos ríos y esteros, cuando sube el nivel de las aguas quedan todos interconectados y se comportan como una sola unidad hidrográfica (Giraut et al, 2010). Técnicamente hablando, puede ser definido como un macrohumedal o macrosistema de humedales, no por su extensión sino porque está constituidopor un conjunto de humedales y ?no humedales? o áreas no inundablesinseparables funcionalmente (Adámoli, 1999).Los humedales cubren el 60% de la superficie y, de ese total, el 90% representa esteros y bañados (Ramsar, 2009).Los esteros son depósitos poco profundos de agua estancada, con plantas palustres que surgen muchas veces desde su fondo. Anegados en forma permanente, ocasionalmente el descenso del nivel del agua puede dejar la tierra firme a la vista. En el lenguaje vernáculo se lo suele usar como sinónimo de cañada.Los bañados son cuerpos de agua temporarios que se acumulan en las zonas más bajas en las épocas de lluvias abundantes. Interfase entre estero y tierra firme, tienen vegetación acuática y anfibia y, en las zonas más altas, pastos hidrófilos(Neiff, 2004).Todos los depósitos de agua, conectados entre sí, llevan sus aguas predominantemente hacia el río Paraná, en forma continua pero muy lenta, a través del río Corriente. En esta matriz de humedales anegados temporal o permanentemente se desarrollan diferentes unidades de paisaje o ?parches?, con una biodiversidad característica(Neiff, 2004). Estos parches son producto de las complejas interrelaciones que se generan entre los distintos elementos del ambiente, especialmente, de la combinación de las distintas formas de relieve con la distribución de las lluvias, tanto en la actualidad como en el pasado geológico. La presencia humana juega un papel clave. La extensión y las dificultades de acceso ayudaron a que el Iberá se mantuviera aislado y poco habitado, por ende, más conservado hasta nuestros días. En el presente, la aparición de nuevos actores sociales, asociados a intereses extraterritoriales, compromete la sustentabilidad del macrosistema y genera una transformación agresiva del paisaje, especialmente a través de la implantacióna gran escala del cultivo intensivo del arroz en las áreas inundables y del monocultivo de pinos y/o eucaliptos sobre los pastizales.