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Didymosphenia geminata (Lyngbye) Schmidt 1899, es una Bacillariophyta de agua dulce, denominada normalmente Didymo o moco de roca. Es una diatomea que en condiciones favorables y debido a sus altas tasas reproductivas, produce floraciones algales, y es considerada una especie invasora. Estas floraciones pueden cubrir grandes extensiones del sustrato, alterando procesos hidrológicos y ecológicos en los ecosistemas acuáticos. El análisis de la invasión de D. geminata en los ecosistemas acuáticos requiere estudios que tengan en cuenta aspectos tales como invasividad, invasibilidad y no solamente estudios de sus impactos. Es decir, es necesario analizar el potencial invasor de la especie, la susceptibilidad del ecosistema de ser invadido o su grado de receptividad. En relación a sus impactos o cambios medibles en las propiedades del ecosistema, la principal preocupación socioeconómica actual para la región es el desarrollo de floraciones en ríos donde se realiza la pesca deportiva de salmónidos. D. geminata en Argentina fue reportada por primera vez en el río Futaleufú (Provincia de Chubut) en el año 2010 y luego fue registrada en diferentes ríos de la región. En 2011 en los ríos Collon Curá y Chimehuín (Provincia de Neuquén) y en el río Manzo (Provincia de Río Negro), en 2013 en el río Grande (Provincia de Tierra del Fuego), en 2014 el río de las Vueltas (Provincia de Santa Cruz) y en 2018 en los arroyos Pircas y Grande de la Quebrada (Mendoza). En la actualidad, en Argentina, la presencia de D. geminata está confirmada entre los 33° y 54° de latitud sur. El impacto de Dydimo sobre otras comunidades acuáticas, y particularmente en los macroinvertebrados, ha sido poco investigado en Argentina. Un estudio realizado en el río Futaleufú reveló que los sitios con floraciones de D. geminata presentaban mayor densidad de macroinvertebrados, mayor densidad de grupos tolerantes (Orthocladiinae y taxones no insectos) y mayor riqueza, con un aumento de fragmentadores y colectores-recolectores. Otro estudio realizado en el río Santa Cruz evidenció patrones diferentes. Con las floraciones algales se registró una reducción de la densidad de macroinvertebrados, cambios en composición de los ensambles y una reducción de la abundancia de raspadores con el consecuente aumento de los colectores recolectores. Otro estudio encontró que la floración de Didymo en el río Limay no afectó a la distribución y a la abundancia de macrocrustáceos (Aegla riolimayana y Samastacus spinifrons). Sin embargo, no se ha realizado un estudio que integre las características de la especie, la receptividad de cada sistema y los impactos en el ambiente, incluida la biota. De esta forma el conocimiento integrado de la invasión posibilitará elaborar e implementar mejores estrategias de gestión, centradas en prioridades bien definidas, que permitan el desarrollo programas de bioseguridad de especies invasoras con el objetivo de minimizar su dispersión y sus efectos ecológicos, sociales y económicos.