ICSOH   24899
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Un mercado de objetos en simbol: políticas culturales para Cafayate 1950-1970.
Autor/es:
SARAVIA, ARIEL FERNADO
Lugar:
Santiago del Estero
Reunión:
Encuentro; Encuentro de Jóvenes Investigadores /15; 2019
Institución organizadora:
FUNDACIÓN EL COLEGIO DE SANTIAGO / CONICET / FHCSYS- INDES- UNSE
Resumen:
En el presente trabajo nos proponemos explorar las características de una singular articulación entre lineamientos institucionales, saber folklórico, planificación turística y modelos de desarrollo económico y cultural, con el objeto de reconstruir las condiciones de posibilidad -fundamentalmente desde mediados del siglo XX- de la construcción de una agenda de políticas culturales estatales centrada en el tratamiento diferenciado de objetos culturales y artes de oficio, los cuales comienzan a ser denominados en términos de objetos artesanales y de artes populares, reconocidos y valorados como recurso económico clave para la región. Las alusiones a ?lo artesanal? y la preocupación por construir las directrices necesarias para su fomento, se irán configurando de acuerdo a un complejo entramado de valorización de las manifestaciones culturales. Los agentes y organismos intervinientes en la conformación del campo artesanal en el ámbito nacional y provincial perseguirán potenciar las expresiones de la cultura material desde una matriz teórica fundamentada en los estudios folklóricos, los cuales -en nuestro país, desde la década del ?40- reclaman el relevamiento, clasificación y definición de las manifestaciones artesanales.Bajo la consideración de que los Valles Calchaquíes históricamente fueron concebidos como un laboratorio privilegiado para el desarrollo de los estudios folklóricos (referentes clave como Augusto Cortazar afirmaban que el virtual aislamiento geográfico de la región habilitaría el relevamiento de las expresiones de la cultura popular en estado ?puro?), indagaremos en la particularidad que adquiere el proceso de emergencia y circulación de ?lo artesanal? en Cafayate, (una de sus localidades principales) en un arco temporal que comprende las décadas del ?50 y ?70 del siglo XX. En este período se constituye el ?momento formativo? de un tipo de planificación e intervención estatal sobre las artesanías en Cafayate.Una vía de entrada a tales efectos constituirá la exploración de momentos significativos en la trayectoria de dos reconocidos cesteros cafayateños cuyos productos de elaboración manual ejecutados en base al tejido de una fibra vegetal tubular denominada simbol, empiezan a significarse como objetos ?artesanales? y ?tradicionales?, en tanto ingresan a nuevos ámbitos y circuitos de exhibición y comercialización específicos, como Ferias y Mercados artesanales. Si bien no hay registros de este tipo de ámbitos de exhibición en las décadas abordadas en Cafayate, dos hitos fundamentales nos permiten vincular la aparición de las artesanías y el progresivo reconocimiento de sus hacedores como artesanos: la primera Feria Exposición de Artesanía salteña de 1967, realizada en la ciudad de Salta y la VIII Feria de Artesanías de Cosquín en Córdoba, de 1968. En ambos espacios de comercialización y concurso abierto, exhibirán sus artesanías nuestros entrevistados: Don Segundo, y su hermano don Fermín, premiados en el rubro cestería en simbol. La creación de estos espacios orientados a la muestra y venta de artesanías se erige como correlato de un conjunto de políticas públicas dotadas de la facultad -mediante sus representantes: funcionarios, ?especialistas? y ?expertos? - de sentenciar la autenticidad y la representatividad de aquellas respecto de una tradición que se supone compartida y que virtualmente cohesiona e identifica a los ciudadanos argentinos. La aparición en el arco temporal señalado de un conjunto de instituciones estatales como el Fondo Nacional de las Artes (1958), el Consejo Federal de Inversiones (1959) y el Instituto Nacional de Investigaciones Folklóricas, luego denominado de Instituto Nacional de Antropología (1960, 1964 respectivamente) nos conduce a reflexionar en las medidas desplegadas para potenciar ?económicamente? las expresiones culturales. En este sentido, tales entidades se enfrentan al tratamiento de un ?problema público?: ¿Qué tipo de artesanías deben ser promovidas y valoradas por el Estado para su comercialización? Como respuesta, los flamantes organismos públicos señalados -con algunos matices- se avocarán al estudio, recopilación, clasificación y sistematización de los componentes de la ?cultura tradicional?, como así también a la formación de técnicos especializados para la aplicación de programas de fomento a las artesanías, con el objeto de activar los resortes constitutivos del crecimiento en las economías regionales.Otras iniciativas convergen en la planificación orientada al desarrollo de la cultura popular, como sucede con los delegados del NOA Cultural, preocupados en la creación de ámbitos de exhibición y comercialización de piezas artesanales para el fortalecimiento de la cultura regional. El Mercado Artesana de Salta se crea al calor de estas discusiones en 1968.Los criterios, sentidos, alcances y límites conferidos a las artesanías folklóricas, tradicionales y/o populares van a depender de la dinámica interna de las instituciones avocadas o del perfil teórico-ideológico de sus referentes inmediatos. Sin embargo, un aspecto generalizado en este periodo es la convergencia del enfoque folklórico con intereses e iniciativas de desarrollo turístico, para dar cauce discursivo a la promoción de ?lo artesanal? con distintos alcances: nacional, regional, provincial y local/municipal. La necesidad de potenciar turísticamente la localidad de Cafayate se monta sobre el reconocimiento de una situación socioeconómica crítica ligada a la crisis generalizada de la vitivinicultura debido en parte a su ?aislamiento geográfico? producto de la ausencia de inversión en redes y medios de transporte. A ello se suma un conjunto de reestructuraciones productivas que van a generar las ?salidas? de los peones de las fincas y nuevas legislaciones, como la ley de conchabo que favorece la migración hacia los ingenios azucareros En el marco general de modelos económicos de tipo desarrollistas (1955 - 1966), el Estado nacional comienza a implementar una agenda de políticas públicas centrada en la promoción de objetos ?típicos? y ?representativos? de la región, como paliativo de subsistencia, dotando a los objetos culturales (o de oficios como el de cestero/a, o tejedor/a) el valor de artesanías tradicionales y de recurso turístico e identitario. Al promover la inserción en el intercambio de mercado de la producción local de artesanías, se busca responder a un contexto de transformaciones sociales, donde el fenómeno de la migración rural hacia los centros urbanos es central. Con todo, la promoción para el posicionamiento turístico de Cafayate ciertamente puede ubicarse en década del ?70, reflejada en la inversión en obra pública para la generación de servicios, comodidades y nuevos atractivos como la celebración de la Serenata a Cafayate. En este contexto se insertan aquellos productos de manufactura tradicional en los engranajes del mercado moderno ?sin perder su especificidad? (su cualidad folklórica), pero generando un beneficio económico para distintas áreas geográficas y regiones culturales. La mirada puesta en la progresiva aparición de espacios de exhibición y comercialización (locales de venta de artículos regionales, mercados y ferias artesanales), conduce a reflexionar sobre la conformación de un mercado de objetos culturales y de valores, considerando las condiciones de infraestructura que allanaron el camino para la aparición de las primeras artesanías y con ellas los primeros artesanos.