INVESTIGADORES
CERUTI Maria Constanza
congresos y reuniones científicas
Título:
Volcanes Sagrados, religiosidad y poder en la Isla de Pascua
Autor/es:
CERUTI, MARÍA CONSTANZA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Simposio; Cuarto Simposio Internacional sobre Religiosidad, Cultura y Poder; 2012
Institución organizadora:
GERE - Instituto de Historia Argentina y Americana - FFYL UBA y Museo Roca
Resumen:
El presente trabajo explora el vínculo simbólico y ceremonial entre los volcanes sagrados de Rapa Nui y el legado cultural de los habitantes de la isla más remota del planeta. Situada en el extremo oriental de Polinesia y considerada por UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, la isla de Pascua alberga manifestaciones arqueológicas de alto valor emblemático y patrimonial, entre las que se destacan las colosales esculturas antropomorfas talladas en piedra volcánica. Si bien la peculiar cultura material de la isla de Pascua ha sido objeto de numerosos estudios antropológicos y arqueológicos, sus esculturas pétreas, altares y petroglifos raramente han sido ponderados en el contexto de su relación con la dimensión sagrada del paisaje circundante, siendo que las montañas son tradicionalmente concebidas en Polinesia como fuentes de poder espiritual y legitimidad política. Tampoco se ha prestado suficiente atención a la perdurabilidad de las ancestrales estéticas de lo sagrado en la religiosidad Rapa Nui de nuestros días, en el contexto de los cambios introducidos por la acción evangelizadora de los misioneros católicos desde el siglo XIX. El paisaje montañoso de la isla de Pascua se encuentra íntimamente vinculado a la historia social y a la religiosidad de sus pobladores. Hace más de medio milenio, los moais tallados en la cantera del volcán Rano Raraku fueron transportados hacia la costa para ser erigidos sobre plataformas de piedra (ahus) en honor a la memoria de los ancestros. De espaldas al mar para proteger a la comunidad a la que miraban, las colosales estatuas conservaban y transmitían simbólicamente el poder espiritual o mana de los antiguos jefes, junto al de la montaña de procedencia. De allí que en tiempos de alta conflictividad social, los moais fuesen derrumbados boca abajo, con el fin de anular dicha influencia protectora sobre las comunidades rivales. En el siglo XVII, los acantilados del cráter del volcán Rano Kau brindaron marco escénico para la aldea ceremonial de Orongo y los petroglifos conmemorativos de la ceremonia del Tangata Manu. La competencia ritual del Hombre Pájaro permitía consagrar anualmente a un joven Rapa Nui como encarnación del poder político y religioso de la isla. La cercana cueva volcánica de Ana Kai Tangata, con sus coloridas pictografías, era escenario de sacrificios humanos y banquetes caníbales complementarios de aquella importante ceremonia. La lava volcánica que aflora en Papa Vaka fue soporte de importantes manifestaciones rupestres vinculadas con motivos semejantes a los que se tallaron en las profundidades de Ana hue Neru, la cueva de las vírgenes, otro espacio de la geografía sagrada insular relacionado con la ceremonia religiosa del Hombre Pájaro. Dichos motivos rupestres pueden ser comprendidos en el marco de la tradicional vinculación entre las montañas y la genealogía de los pueblos polinésicos, tal como lo sugiere el análisis del concepto Maori de wakapapa.