INVESTIGADORES
SELDES Veronica
congresos y reuniones científicas
Título:
APORTES DESDE LA ENTOMOLOGIA FORENSE Y LA BIOANTROPOLOGIA AL ANALISIS DEL COMPORTAMIENTO MORTUORIO EN EL PUCARA DE TILCARA (QUEBRADA DE HUMAHUACA, JUJUY).
Autor/es:
OTERO CLARISA; CENTENO NESTOR; L. FUCHS; GHEGGI MARÍA SOLEDAD; VERÓNICA SELDES
Lugar:
Cordoba
Reunión:
Congreso; XX Congreso Nacional de Arqueología Argentina; 2019
Institución organizadora:
Universidad Nacional de Córdoba
Resumen:
Las prácticas funerarias en los Andes prehispánicos, de acuerdo a las investigaciones arqueológicas y etnohistóricas, involucraron una diversidad de actos rituales que trascendían la preparación del cuerpo del difunto. Estos actos reafirmaban la concepción que se tenía sobre la muerte como una transformación física que no provocaba la interrupción de ciertas actividades que la persona desarrollaba en vida. Incluso, los difuntos considerados ancestros, es decir aquellos miembros destacados al interior de la comunidad, eran invocados en los ritos para la toma de decisiones políticas. La presencia de los restos de los difuntos en estos escenarios tenía por propósito legitimar creencias y reforzar la identidad colectiva. En el caso particular del Pucará de Tilcara, distinguimos en numerosos contextos mortuorios distintas prácticas que pudieron responder a estas tradiciones, las que incluyen desde la manipulación de los restos para su traslado hasta la formatización de huesos humanos. Durante el 2016 y el 2018 avanzamos en la excavación de un patio artesanal ubicado en el sector cuspidal del Pucará, que fuera ocupado durante la dominación incaica de la Quebrada. En este patio, destinado al desarrollo de trabajos especializados en metalurgia y lapidaria, encontramos colocado superficialmente en posición genuflexa el cuerpo de una mujer adulta, asignable temporalmente al Período Hispano-Indígena, junto a una diversidad de piezas cerámicas, huesos de animales, cuentas de collar, una placa de metal, un tubo de hueso, pigmentos, bloques de pedernal, y un mortero con adherencias de cobre. Los análisis bioantropológicos indican que se trató de una mujer de aproximadamente treinta años, con deformación craneana tabular erecta, siendo una práctica característica de los habitantes del NOA. Las características fenotípicas de esta mujer son acordes a los grupos andinos prehispánicos. En relación a su estado de salud, se detectaron pocas caries, desgaste dental moderado, evidencias de enfermedad degenerativa de tipo leve en la epífisis distal de los húmeros y no se registraron evidencias de patologías relacionadas a estrés nutricional - metabólico. Para determinar su procedencia, se realizó el análisis de estroncio radiogénico en una muestra dental y una ósea en el Archeological Chemistry Laboratory (Arizona State University). Los resultados preliminares permiten diferenciar que la mujer nació en un lugar distinto al que habitó en sus últimos años antes de morir. Por otro lado, se estudió la fauna cadavérica encontrada sobre sus restos óseos. La presencia de puparios de Compsomyops fulvicrura (o C. verena, son poco distinguibles) indica que las moscas tuvieron acceso al cadáver desde su estado fresco y cumplieron allí su ciclo vital. También se identificaron coleópteros Histeridae y Silphidae, y abundantes pellets y exuvias de Dermestidae, que indicarían que el cuerpo llegó hasta los estadios finales, permitiendo que éstos coleópteros se alimenten de la piel seca y faneras. Aparentemente, el cadáver se descompuso in situ, sin recibir ningún tipo de enterramiento, aunque pudo haber estado cubierto por rocas o tejidos que permitieran a los insectos cierta exposición para completar su ciclo. En el marco del culto a los ancestros, es posible que esta mujer estuviera expuesta por ser una referente dentro de la sociedad, a la que se debía procurar alimentos y cuidados para recibir asistencia ante distintas inclemencias. Por el tipo de ofrendas y la ubicación donde fue colocado su cuerpo, su papel al interior de la comunidad no debió ser menor. Quizás formó parte de un grupo de elite, oriundo de otra región del Tawantinsuyu, que pudo trasladarse y asentarse en la Quebrada buscando refugio ante la envestida española.