INVESTIGADORES
SELDES Veronica
capítulos de libros
Título:
APORTES DE LA GENÉTICA AL ESTUDIO DE LA DINÁMICA POBLACIONAL DEL NOA EN TIEMPOS PREHISPÁNICOS
Autor/es:
MARÍA GABRIELA RUSSO ; VERÓNICA SELDES ; MARÍA CLARA RIVOLTA ; MARÍA FERNANDA ZIGARÁN ; SERGIO AVENA; CRISTINA DEJEAN
Libro:
Antropología biológica y estudios del comportamiento mortuorio de los pueblos prehispánicos del noroeste argentino
Editorial:
Fundación Azara
Referencias:
Lugar: Ciudad de Buenos Aires; Año: 2014; p. 87 - 98
Resumen:
El Noroeste argentino (NOA) se caracteriza por una dinámica historia ocupacional con evidencias de movimientos poblacionales y contacto entre pueblos distantes ya desde tiempos tempranos, involucrando a los primeros grupos cazadores y recolectores que ocuparon parte del territorio hace aproximadamente 11.000 años, asentándose en reparos rocosos empleados también para el entierro de los difuntos, como es el caso de Huachichocana  Inca Cueva.Posteriormente se reconoce el período Formativo (2450-1050 años AP), determinado por la presencia de comunidades sedentarias, agricultura y domesticación de animales, así como de tecnología cerámica. Durante este período coexistieron diversos grupos asentados en las cercanías de los recursos, caracterizados por la ausencia de un poder centralizado. En los valles calchaquíes en particular, el Formativo se caracteriza por comunidades pequeñas asentadas en terrazas bajas y cercanas a los cursos de los ríos, en zonas aptas para el cultivo. Como forma de subsistencia es probable que combinaran la agricultura con el pastoreo y lo complementaran con recursos provenientes de la caza y la recolección. En el sector norte de los valles se encuentra el sitio Salvatierra (SsalCac 91) que junto con Cancha de Paleta constituye, hasta el momento, uno de los pocos sitios del período Formativo con espacios segregados para el entierro de los difuntos.Se encuentra ubicado en la margen derecha del río Calchaquí, a 1.500 m aproximadamente del centro de la localidad de Cachi. El sitio comenzó a ser trabajado en el año 1975 a partir de tareas de rescate a cargo de Pío Díaz y personal del Museo Arqueológico de Cachi (MAC), en el sector denominado de inhumación. En esa oportunidad se excavaron 64 tumbas, siendo la mayoría de los enterratorios de tipo primario e individuales, con el cuerpo del difunto colocado en posición genuflexa. En el MAC se encuentran depositados 66 individuos que fueron analizados desde una perspectiva bioarqueológica por Seldes y Zigarán (2010), aportando información acerca del estilo de vida y estado de salud de la población. Además, se cuenta con una datación que indica una antigüedad de 2205 ± 140 años AP (GX-1632; madera).