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El artículo sitúa la crisis económica argentina que estalla en sus aspectos financieros en diciembre del 2001, en el marco del proceso de reestructuración mundial capitalista que se inicia en la década de 1970. El trabajo presenta primero, los cambios en los patrones de acumulación diferenciando entre los países centrales y periféricos; segundo, se estudia las consecuencias económicas del fin del modelo de sustitución de importaciones y la consiguiente apertura de la economía argentina; tercero, se procede a la caracterización del plan de convertibilidad y de la performance de la economía argentina durante la década de 1990; cuarto, se analizan críticamente las distintas explicaciones brindadas desde las ciencias sociales sobre los orígenes de la crisis; quinto, se describen las consecuencias de la agenda neoliberal sobre el mercado de trabajo; y finalmente, se describe el proceso de movilización social que culmina con las masivos enfrentamientos callejeros de diciembre del 2001. La combinación del enfoque histórico y sociológico con la economía política permite arribar a la conclusión de que son insatisfactorias e incompletas las explicaciones de la crisis que se limitan a las fronteras nacionales y al análisis de las políticas económicas aplicadas durante la década de 1990; que el carácter internacional de las condiciones de la acumulación tornaba ilusoria las predicciones generalizadas en ese momento, de que la rebelión y el fin de la convertibilidad traían consigo un cambio en el modelo de acumulación con efectos positivos sobre la distribución; que en su voraz hambre de plusvalía el capital oligopólico desató un ataque contra el gasto estatal que condujo finalmente a una crisis creciente de legitimidad del sistema político; y que la creciente movilización social tenía hasta ese momento como gran ausente, a los trabajadores organizados lo que limitaba su alcance y posibilidad de expansión.

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