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Las rocas volcánicas alcalinas -en su mayoría subsaturadas en SiO2-, aflorantes en el sector centro-norte de la Sierra de Valle Fértil (SVF), Sierras Pampeanas Occidentales, son resultado del magmatismo de intraplaca continental vinculado al ambiente tectónico extensional posterior al ?climax? de la orogenia Gondwánica (Carbonífero superior-Pérmico). Estas rocas comprenden coladas basálticas así como coladas y cuerpos intrusivos someros de composición intermedia a félsica, como parte de una serie de diferenciación magmática que varía desde términos iniciales máficos como basanitas ricas en olivino, basaltos alcalinos, traquibasaltos, traquiandesitas basálticas a términos finales félsicos como traquitas y fonolitas (Castro de Machuca et al., 2019). Hasta el presente no se han reportado edades absolutas para las litologías de la SVF, por lo que los datos que aquí se dan a conocer contribuyen a esclarecer la cronología de los eventos magmáticos acaecidos en la región. .La transición del Pérmico al Triásico es una época controvertida en la evolución del margen sudoccidental de Gondwana. Muchos autores (por ej. Kay et al. 1989; Mpodozis y Ramos 1989; Ramos y Kay 1991; Llambías y Sato 1995; Spalletti y Limarino 2017), consideran que la subducción gondwánica cesó o disminuyó significativamente luego del colapso orogénico neopaleozoico, propiciando condiciones de rifting en el antepaís pampeano. Este escenario anorogénico contrasta con el entorno geotectónico sugerido por otros autores (por ej. Vasquez et al. 2011; Poma et al. 2014; Rocher et al. 2015; Del Rey et al. 2016; Coloma et al. 2017, Espinoza et al. 2019), quienes consideran que la subducción gondwánica fue un proceso ininterrumpido que comenzó al menos en el Carbonífero inferior más tardío y continuó activamente durante el Paleozoico superior-Triásico (Del Rey et al. 2016), actuando como un mecanismo primario para la extensión generalizada a lo largo del margen de Gondwana. Cualquiera sea la teoría aceptada, el cambio en las condiciones geodinámicas durante el Triásico provocó el cambio en el tipo de magmatismo observado en las Sierras Pampeanas Occidentales. Los datos radimétricos que aquí se presentan corresponden a una colada de traquiandesita basáltica (Basalto de Usno 30°33'54"S-67°32'29" O) y a una colada de composición traquítica (Traquita La Aguadita 30°46'24" S-67°26'16" O). Las determinaciones de edad absoluta se realizaron en el Laboratorio de Geocronología del SERNAGEOMIN, Chile, mediante los métodos 40Ar/39Ar y K/Ar en roca total, respectivamente. Las especificaciones analíticas de ambos métodos pueden consultarse en el trabajo de Arancibia et al. (2006). Los errores en las mediciones se han estimado en el nivel de dos sigmas (2σ) y las constantes de decaimiento radiactivo son las sugeridas por Steiger y Jager (1977). Las edades obtenidas de 238,1 ± 0,4 Ma (40Ar/39Ar isócrona de edad combinada) para el Basalto de Usno y 218 ± 7 Ma (K/Ar) para la Traquita La Aguadita, están comprendidas entre el Triásico medio más tardío (Ladiniano) y la sección media del Triásico superior (Noriano). Las rocas volcánicas de la SVF fueron asignadas a la Formación Baldecitos (Triásico medio) por Limarino et al. (2008) en base a similitudes petrográficas y geoquímicas con basaltos intercalados en la secuencia sedimentaria de la cuenca de rift de Ischigualasto, ubicada inmediatamente al norte. La Formación Talampaya constituye el relleno basal de esta cuenca y dataciones U/Pb en circones (Gulbranson et al. 2015) indican para la misma una edad pérmica superior que, en su sección cuspidal, alcanza el Triásico inferior. La sección media de la Formación Talampaya está compuesta por brechas y coladas basálticas derivadas de una fuente volcánica proximal, sugiriendo que la actividad eruptiva intracuencal se inició al menos en el Triásico inferior. Las últimas manifestaciones de volcanismo basáltico en la cuenca se registran en la sección basal de la Formación Ischigualasto asignada al Triásico superior (Carniano) por la presencia de vertebrados fósiles y por edades absolutas en capas de cenizas (231,4 ± 0.3 Ma 40Ar/39Ar, Martinez et al. 2011 y referencias allí insertas). Bowling y Harry (2001) sostienen que el magmatismo en los rifts continentales comienza generalmente unos pocos millones de años después del inicio de la extensión y aumenta progresivamente en volumen. Según estos autores, la duración de un episodio magmático de syn-rift suele variar entre 5 y 35 Ma, tanto en sistemas de rift de larga duración como de corta duración (long-lived and short-lived rift systems). Los datos radimétricos obtenidos en la SVF son consistentes con las edades establecidas para la cuenca de Ischigualasto y confirman, para toda el área un largo período de actividad volcánica, probablemente de carácter episódico, desde el Triásico inferior (Induano) al Triásico superior (Noriano).