INVESTIGADORES
PAREDES Hector Alejandro
congresos y reuniones científicas
Título:
El exilio chileno en Mendoza luego de la caída de S. Allende y antes de la caída de Isabel Martínez de Perón. Pobreza, solidaridad e integración en un contexto adverso
Autor/es:
PAREDES, ALEJANDRO
Lugar:
Santiago de Chile
Reunión:
Congreso; XIII Seminario Internacional "Naciones, Fronteras y étnias en el mundo periférico"; 2007
Institución organizadora:
Instituto de Estudios Avanzados, Universidad de Chile
Resumen:
Este trabajo se detiene en las condiciones en que los refugiados chilenos vivieron en Mendoza, entre 1973 y 1976. desde el golpe de estado chileno en 1973 hasta febrero de 1975, Mendoza recibió a 103.700 chilenos y a Fines de 1975 se calculaba alrededor de 400.000 chilenos ilegales en Argentina. En Mendoza fueron asistidos por el Comité Ecuménico de Acción Social (CEAS). La ponencia se detiene en los siguientes tópicos: 1) El deterioro de las condiciones de vida en Mendoza: Para el CEAS los nudos problemáticos en la vida de los refugiados políticos chilenos en Mendoza eran la posición ambigua de la política migratoria argentina, las pocas posibilidades de ser aceptados en otros países, el poco dinero que el CEAS tenía para ayudar y la imposibilidad de conseguir trabajos legales. A partir de 1975, la falta de seguridad fue otro grave problema. Los refugiados denunciaron que muchos fueron detenidos y llevados a Chile; y que otros fueron golpeados o detenidos sin explicación. 2) La reunificación familiar: En ocasiones los refugiados, no podían salir del país con sus hijos ni podían comunicarse con ellos para no delatar su domicilio en Mendoza. Ante la huida del exiliado la persecución se centraba en sus familiares con el objeto de obtener su paradero. La desinformación sobre la situación de los parientes en ambos lados de la cordillera era frecuente y dificultaba el reencuentro. Cientos de familiares llegaban por día. Entre 1974 y 1977 el CEAS los alojó en hoteles y ocupó hasta 18 en forma simultánea. La especulación de los hoteleros provocó hacinamiento y promiscuidad. A cada familia sólo se le asignó una habitación, mientras que los que llegaban solos eran alojados “de 6 a 12 personas en cada habitación”. Los resultados fueron problemas matrimoniales, agresividad y bajo rendimiento escolar en los niños y trastornos psíquicos en los adultos por los problemas familiares y la prohibición a trabajar. 3) La persecución a los refugiados: En 1974 al menos 15.000 refugiados políticos fueron expuestos a algún modo de represión ilegal en Argentina. Al año siguiente, 69 fueron intimados a abandonar el país bajo amenaza de muerte.A Mendoza llegó un grupo de las Fuerzas Armadas Chilenas que de civil, secuestraba exiliados y los retornaba a Chile. A medida que el escenario político se acercaba a la jornada del 24 de marzo de 1976, los hoteles oficialmente bajo el amparo de ACNUR eran continuamente allanados. En Mendoza, en enero de 1976 los refugiados alertaron que recibieron amenazas en los hoteles y el CEAS los dejó alquilar otro lugar. 4) La huída hacia otros países: Hasta agosto de 1974 Argentina era considerado un país de transición. Pero ya al año siguiente el panorama había cambiado bastante y pocos refugiados pudieron reemigrar. Sólo obtenía visas, los de mayor grado de instrucción y las familias jóvenes. Los grandes grupos familiares, las familias cuyos padres superaban los 45 años, los ancianos y los enfermos, eran rechazados. Conclusiones: El trabajo mostró como la situación de exilio significó para los chilenos un empobrecimiento. La caída de la calidad de vida en Mendoza se vio en la declinación de las condiciones laborales y también de alojamiento. Pocos llegaron a tener una vivienda propia y los que lo hicieron, en general vivieron en villas de emergencia, sobre terrenos fiscales. Era un contingente que huyó de la persecución en Chile, pero que en Argentina no encontró un contexto mucho mejor. Entre 1973 y 1976, durante un gobierno democrático, la Triple A y organismos de la inteligencia chilena actuaron en Mendoza. Un clima de desconfianza creció entre los refugiados, fomentado por rumores de deportaciones y secuestros. En contrapartida el CEAS fue un ejemplo heroico de solidaridad aún exponiendo las vidas de sus miembros.