Epidemiología basada en aguas residuales: una herramienta complementaria a la vigilancia clínica del virus de la hepatitis A y E

FANTILLI, A; DI COLA, G; CASTRO, G; SICILIA, P; MARINZALDA, M DE LOS A; CACHI, A; IBARRA, G; LÓPEZ, L; BARBÁS, MG; NATES, S; MASACHESSI, G; PISANO, MB; RÉ, V

Valle Hermoso, Córdoba

Encuentro; XLII Reunión Científica Anual de la Sociedad Argentina de Virología ? SAV 2022; 2022

Sociedad Argentina de Virología

Las aguas residuales son útiles para monitorear la tendencia de circulación de virus de transmisión entérica, como hepatitis A (HAV) y E (HEV), en la población.El objetivo fue detectar HAV y HEV en aguas residuales de la ciudad de Córdoba y correlacionar los resultados con los obtenidos en la vigilancia clínica durante el mismo período.Desde enero-2017 a julio-2022, se recolectaron 811 muestras de aguas residuales sin tratar de: 1) la planta de tratamiento Bajo Grande (BG) de la ciudad de Córdoba (n=261), en muestreo mensual de 2017 a 2019 y semanal de 2020 a 2022 y 2) de colectores cloacales (CC) de 7 barrios de la ciudad (n=550) en muestreo semanal/sitio en 2021 y 2022.A partir de 0,5L de agua se realizó concentración de virus utilizando PEG6000 y NaCl, extracción automatizada del RNA y detección molecular mediante RT-qPCR. Las muestras positivas, fueron amplificadas por RT-nested PCR (HAV: VP1/2A, 1140bp; HEV: ORF2, 348pb), secuenciadas por Sanger y sometidas a análisis filogenéticos (programas MEGA v11 y IQ-TREE). Además, se consultó el registro oficial de casos notificados de hepatitis A (HA) y E (HE) durante el mismo período y se realizó diagnóstico molecular a muestras de suero y/o materia fecal de pacientes IgM/IgG anti-HEV(+) (n=42) y anti-HAV(+) (n=76). De un total de 261 muestras de aguas de BG, 23% (60/261) resultaron RNA-HAV+: 30% en 2017 (3/10), 41,7% en 2018 (5/12), 9,1% en 2019 (1/11), 7,8% en 2020 (5/64), 10,8% en 2021 (11/102), 56,5% en 2022 (35/62). Los años con mayor detección en cloacas (2017, 2018 y 2022) coincidieron con el aumento de notificaciones de casos clínicos (n=16, n=26 y n=9, respectivamente). Los porcentajes de detección en CC fueron: 2,9% (10/341) en 2021 y 9,1% (19/209) en 2022. El 46% (35/76) de las IgM anti-HAV(+) resultaron RNA-HAV(+). Se obtuvieron 12 secuencias (clínicas y de cloacas) que resultaron genotipo IA, formando dos clados monofiléticos (2017-2018 y 2022). En BG el 15,3% (40/261) resultó RNA-HEV+: 10% (1/10) en 2017, 16,7% (2/12) en 2018, 0% (0/11) en 2019, 12,5% (8/64) en 2020, 14,7% (15/102) en 2021 y 22,6% (14/62) en 2022. Las detecciones en CC fueron: 4,4% (15/341) en 2021 y 1,9% (4/209) en 2022. No se registraron notificaciones de HE, y en 2020, se detectó RNA-HEV en un paciente IgM anti-HEV(+) con hepatitis aguda sobre crónica (con antecedentes de cirrosis alcohólica), cuya secuencia agrupó con secuencias de cloacas del mismo año, dentro del genotipo 3, clado abchij, entremezcladas con secuencias de este estudio (n=8) y previamente reportadas de distintos años y fuentes.La vigilancia basada en aguas residuales fue útil como herramienta complementaria al monitoreo clínico, para identificar la dinámica de circulación viral y las variantes circulantes, constituyendo un indicador sensible para virus bajo programa de vacunación, como es HAV, y virus poco estudiados y emergentes, como HEV, por lo que podría ser adoptada como una herramienta costo-efectiva para la toma de medidas en salud pública.