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La primera recepción de Nietzsche en la región se da en el contexto del ?Modernismo? hispanoamericano, vasto movimiento en que se verificó, durante la última década del s. XIX y primera del s. XX, la compleja entrada de nuestros países en la modernidad, bajo una doble presión: la de la fuerte dependencia de la cultura de Europa y la del expansionismo imperialista de los Estados Unidos.La nota dominante de esta primera recepción es la fuerte francofilia de los intelectuales. El nicaragüense Rubén Darío, los uruguayos José Enrique Rodó y Carlos Reyles se hacen una imagen del filósofo que debe mucho a Fouillée, Sorel, De Gourmont, Bourdeau, etc. Más aún: se han formado prevalentemente con una constelación de escritores franceses, que son, sin que siempre lo supieran, lecturas importantes del propio filósofo: Renan, ante todo, y luego Taine, Bourget, Brunetière, etc.Trazamos un mapa parcial de las primeras lecturas de Nietzsche en Hispanoamérica, identificando un ?Nietzsche francés?, disponible para la expresión de los sueños y temores (sobre todo políticos) de nuestras jóvenes naciones.