La lucha del movimiento estudiantil rosarino de un rosariazo al otro. Mayo a septiembre de 1969

PABLO BONAVENA; MARIANO MILLÁN

Bahía Blanca

Jornada; II Jornadas de Estudio y Reflexión sobre el Movimiento Estudiantil Argentino y Latinoamericano; 2008

Departamento de Humanidades – Universidad Nacional del Sur

El movimiento estudiantil fue un protagonista de primer orden en las acciones de masas conocidas como Rosariazos, Cordobazos y Tucumanazos. Participó de estos hechos tras una larga experiencia de protesta y lucha en el terreno corporativo que implicó, en muchos casos, la necesidad de alianzas con otras fracciones sociales, como por ejemplo la fracción más combativa de la clase obrera, algunos sectores medios y también algunas fracciones burguesas subalternas o desplazadas del bloque social, económico y político de la Revolución Argentina. En el presente trabajo procuraremos relatar las acciones del movimiento estudiantil entre los dos “rosariazos”, buscando reconstruir la trama de aquellos enfrentamientos y comprender que factores han hecho que los estudiantes en sus luchas se constituyan en movimiento y por ello en parte de la fuerza social política que enfrentó a la dictadura de Onganía. En un anterior trabajo hemos mostrado la constitución del movimiento estudiantil rosarino como sujeto colectivo desde los momentos previos al golpe de Onganía en 1966 hasta los días previos al primer Rosariazo de mayo de 1969.[1] Posteriormente hemos incluido en un nuevo trabajo la participación del movimiento estudiantil en aquellos hechos de masas.[2] Su protagonismo allí fue el correlato de varios años de trabajo militante del movimiento estudiantil en el frente corporativo y en la política regional y nacional. Para el año 1969 este movimiento social rosarino tenía unos mil activistas con distintos grados de participación y compromiso, cifra que demuestra su alto grado de desarrollo. En esta oportunidad, como adelantamos, nos proponemos centrar nuestra atención al período comprendido entre los dos “rosariazos”, es decir, desde mayo a septiembre del año `69.[3] Siendo la característica del primero la presencia de gran espontaneidad de masas y de una gran participación estudiantil, bajo la dirección de la clase obrera local. El segundo, el de septiembre, los hechos son más planificados y a la cabeza de estos se encuentra con más determinación el movimiento obrero organizado.[4] [1] Bonavena, Pablo y Millán, Mariano. “¿Cómo llegó el movimiento estudiantil rosarino al Rosariazo de mayo de 1969?” en revista Razón y Revolución nº 17. Buenos Aires, invierno de 2007. [2] Bonavena, Pablo y Millán, Mariano. “El movimiento estudiantil rosarino antes y durante el rosariazo de mayo de 1969”. Ponencia presentada a las VII Jornadas de Sociología de la UBA. Publicada en el CD de las Jornadas. [3] Datos de la investigación de Bonavena, Pablo: “Las luchas estudiantiles en la Argentina.1966/1976”. Beca de  Perfeccionamiento. UBACyT. 1990/1992. Otra fuente fundamental es el libro de de Beatriz y Beba Balvé: “El 69. Huelga política de masas. Rosariazo/Cordobaza/Rosariazo”. También de trabajo de Bou, Luis César. “El espontaneismo en los movimientos de masas: el caso de Rosario en 1969.” Seminario General. Facultad de Humanidades y Artes. Universidad Nacional de Rosario. Publicado en línea en http://www.nodo50.org/observatorio/espontaneo.htm. [4] Bou, L. C.: Op cit.