Construir, dividir y limitar el poder. Debates sobre los poderes de emergencia en la Argentina decimonónica (1862-1900).

CUCCHI LAURA; ROMERO ANA LEONOR

Mar del Plata

Jornada; XVI Jornadas Interescuelas/ Departamento de Historia; 2017

Universidad Nacional de Mar del Plata

La organización constitucional de la Argentina como una república representativa y federal estableció los lineamientos generales de una arquitectura institucional nacional que fueron aceptados, desde 1860, por todas las provincias. Las décadas siguientes estuvieron caracterizadas por desafíos nacidos de la necesidad de construir un poder de alcance nacional sobre la base de ese diseño constitucional, y de erigir, simultáneamente, los mecanismos necesarios para controlarlo y garantizar el principio liberal del gobierno limitado. Esos límites concernían a la relación entre gobernantes y gobernados, a los controles entre gobierno central y los gobiernos provinciales propios del federalismo, y al sistema de frenos y contrapesos ligado a la división de poderes. Varios estudios han sugerido que en ese proceso se crearon mecanismos formales e informales en post de afrontar las dificultades presentadas por la fragmentación territorial y por la conflictividad política, que condujeron a la organización de un tipo centralizado de federalismo que se vio agravado por los desequilibrios regionales. Esos mecanismos pusieron límites al funcionamiento del principio de división de poderes y alentaron la construcción de un sistema político que combinaba frenos y contrapesos con elementos que inclinaban la balanza hacia un predominio del Ejecutivo. En diálogo con esos diagnósticos, este trabajo analiza cómo se instrumentaron las herramientas pensadas para afrontar crisis que pusieran en riesgo el orden constitucional y que fueron asimismo utilizadas en post de erigir una autoridad de alcance nacional, especialmente las intervenciones federales, los poderes de guerra del presidente y el estado de sitio. Da cuenta de las principales polémicas y posiciones que se dieron en sede parlamentaria sobre esas cuestiones, y explora los modos efectivos en que su implementación afectó la división de poderes y el funcionamiento del régimen federal. Propone que esos desequilibrios institucionales no resultaron una consecuencia inevitable de los desafíos políticos presentados por la fragmentación territorial y por la conflictividad política, sino que se vincularon además con desenlaces de contiendas político-doctrinarias sostenidas durante la segunda mitad del siglo entre formas distintas de entender el funcionamiento del sistema político.