IIESS   23418
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ECONOMICAS Y SOCIALES DEL SUR
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
La inversión en olivos en el Sudoeste Bonaerense. Una mirada del cluster desde la Teoría de las Redes Sociales
Autor/es:
LARROSA JUAN MC; TEDESCO LORENA
Libro:
Estudios Sociales y Administrativos en América Latina
Editorial:
Universidad Nacional Abierta y a Distancia
Referencias:
Lugar: Bogotá; Año: 2020; p. 68 - 85
Resumen:
La interrelación entre los nodos de una organización o grupos de actores, concebida como una red social, y cómo la misma restringe o facilita la acción de los mismos, fue muy ampliamente definida por Wasserman y Faust (1994); Vera y Schupp (2006); Borch, (1994); Hansen, (1995); Larson y Starr (1993); Reynolds, (1991); Starr y MacMillan (1990). Esta metodología de red social está siendo ampliamente utilizada en actividades de extensión mediante el uso de encuestas a las partes, como afirman Bartholomay, Chazdon, Marczak, y Walker (2011) y para medir la influencia de las acciones de sus integrantes (Kumar Chaudhary (2014)).En particular Zontanos y Anderson (2004) la aplican para un caso de productores de aceite de oliva, preguntándose cómo funciona la apreciación de los enlaces en la compresión de las prácticas empresariales, encontrando que es difícil desenredar la práctica del marketing relacional. Ahora parece que hay un acuerdo casi universal que el espíritu empresarial es mejor conceptualizarlo como un proceso (Anderson, 2000), destacando la centralidad del individuo en esta idea de la extensión. Ese individuo pertenece a una red de relaciones. El estudio de las características individuales del empresario en forma individual, ya no se ve como proporcionando una explicación del emprendimiento (Gartner, 1988; Chell, 1985). El emprendedor como proceso es reconocido como la mejor unidad de análisis para proporcionar comprensión a muchos aspectos de las empresas.Así es como los economistas han comenzado a reconocer que las relaciones interpersonales (como representantes de empresas) tienen un papel crucial que desempeñar en el éxito de los individuos (Coleman, 1990; Putnam, 1993). En particular esos intercambios económicos están influenciados por la nivel de confianza y familiaridad entre los agentes económicos (Dibben, 2000); (Fukuyama, 1995). Estos, según Yau y otros (2000) consisten en unión, empatía, reciprocidad y confianza.Esencialmente, se ha demostrado la penetración de las redes en los emprendimientos (Birley, 1985; Birley y otros, 1995; Johannisson y otros, 1994) y que las relaciones resultantes son importantes para la actividad empresarial (Aldrich y Zimmer, 1986; Carsrud y Johnson, 1989). Los emprendedores necesitan información, capital, habilidades y trabajo para comenzar y desarrollar sus actividades de negocio. Si bien pueden tener algunos de estos recursos por ellos mismos, a menudo complementan sus propios activos accediendo a sus contactos (Aldrich y Zimmer, 1986; Aldrich y otros, 1991; Cooper y otros, 1995; Hansen, 1995). De hecho el espíritu empresarial se puede entender completamente en términos de grupos sociales emprendedores. Claramente la noción del emprendimiento como un acto individual, operando aisladamente del proceso social está ahora ?pasado de moda? (Anderson y Miller, 2002).La concentración en el análisis de las redes sociales atrae nuestra atención hacia las relaciones entre los empresarios y los otros agentes que proporcionan los recursos y que son importantes en la puesta en marcha un negocio (Johannisson, 1988; Larson, 1991). Los empresarios pueden tener sus ideas innovadoras propias, alguna información y las competencias para dirigir el negocio, pero es posible que también necesiten recursos comunes a todos para generar y distribuir sus productos o servicios (Teece, 1987). Los emprendedores también están relacionados con individuos y organizaciones que se vinculan entre sí y estos intercambios pueden ampliar la accesibilidad de recursos que sustenta a una nueva firma (Hansen, 1995). Por otro lado, las redes sociales no son fijas; ellas son el contexto social de las empresas y se pueden activar de acuerdo a diferentes necesidades (Granovetter, 1985; Burt, 1992). La noción de capital social proporciona una forma de entender esta relación, porque el capital social es un mecanismo de enlace. Sin embargo, el capital social existe solo como un artefacto relacional, puede definirse en términos generales como un activo inherente a las relaciones y redes sociales (Leana y Van Buren, 1999; Burt, 1997). Pero es indudable que tiene impacto porque como muchos estudios han señalado el capital social es un recurso productivo que facilita la acción individual, (Lin y Dumin, 1986; Lin y otros, 1981; Marsden y Hurlbert, 1988; Tsai y Ghoshal, 1998; Tedesco y Cristiano, 2017), la operación de negocios (Burt, 1992; Coleman, 1990) y que crea valor (Tsai y Ghoshal, 1998). Aunque el capital social se describió originalmente como un recurso relacional de lazos personales que los individuos usan para el desarrollo (Jacobs, 1961; Tsai y Ghoshal, 1998), surgió una conceptualización más amplia que presenta el capital social como un conjunto de recursos incrustados en las relaciones (Burt, 1992). Cooke y Wills (1999) sostienen que se pueden generar perspectivas de considerable valor por referencia a las formas en que los empresarios crean capital social.En este contexto surge el análisis de redes sociales (ARS) como es un procedimiento de resumen cuantitativo que permite la descripción sistemática de las interacciones entre individuos, grupos u organizaciones (Carrington, Scott y Wasserman, 2005). Si bien se ha utilizado desde la década de 1930 en las disciplinas de sociología, psicología y antropología, recientemente su uso se ha expandido a otras ciencias con el avance del software que permite manejar complejos cálculos y gráficos. El proceso implica recopilar datos sobre las interacciones de individuos, grupos u organizaciones y luego usar esta información para describir diversos aspectos de la relación que están determinados por las preguntas de investigación, incluida la frecuencia, el tipo y la fuerza de los contactos. Aun cuando el tema de las redes es cada vez más popular en la literatura sobre sistemas alimentarios, la atención se ha centrado casi exclusivamente en productor-consumidor y entre productor-productor. A nuestro entender hay que incluir a las instituciones intermedias como la Cámara de Productores, las Universidades y organismos estatales tales como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).En este trabajo se trata de establecer un marco de referencia para luego hacer un diagnóstico y caracterizar al sector de producción de aceite de oliva del SOB presentándolo en forma de red social. Ello se hizo con encuestas presenciales en forma de censo y luego con entrevistas desestructuradas a algunos integrantes de la red. En el proyecto fueron participando diferentes grupos de investigadores de múltiples disciplinas como la sociología, la economía, la agronomía y la ingeniería química. A su vez se trata de un trabajo interinstitucional ya que involucró a investigadores de la Universidad Nacional del Sur, de la Universidad Nacional de Mar del Plata, de la Universidad Provincial del Sudoeste Bonaerense y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.