INVESTIGADORES
ARCE Rafael Gerardo
capítulos de libros
Título:
Sobre lo no humano. Acerca de la obra de Carlos Catania
Autor/es:
ARCE, RAFAEL
Libro:
El pintadedos
Editorial:
Serapis
Referencias:
Lugar: Rosario; Año: 2022; p. 397 - 404
Resumen:
Como Juan L. Ortiz o Juan José Saer, Carlos Catania escribe desde un territorio determinado --en este caso un pueblo de la provincia de Santa Fe-- para llegar al cosmos. La zona va tomando forma a medida que se avanza en esta polifonía de historias que tienen como eje la vuelta del protagonista al lugar donde nació. Carlos, el pintadedos (perito dactiloscópico) retorna treinta años después como parte de un equipo que intenta resolver un caso policial. Le importan menos sus padres y su hermana que sus amigos de la infancia, los Inseparables. Entre el pasado de esa amistad y el presente opresivo de una historia oscura, la novela hace un contrapunto en el que se recogen todas las notas de la partitura: la relación amorosa y orgiástica de los Inseparables con la Moira; la biografía del narrador, desde su concepción misma hasta su propia paternidad, sus frustraciones, renuncias y desapegos.Esta territorialidad, no obstante, desborda la pretensión universalista. Las Varonesas, primera novela de Catania, publicada en 1978, ubicaba su acción entre Argentina y Guatemala, en una aspiración latinoamericanista poco común en la narrativa nacional de la época. Pero esa Argentina,como la de El pintadedos, es en rigor una zona, una provincia, una región. En Las Varonesas, era la ciudad de Santa Fe y sus alrededores (especialmente el llamado “camino de la costa”), tan típica de los relatos de Saer. En El pintadedos, en cambio, la acción se desplaza al interior de la provincia,a la ciudad de San Carlos, vieja colonia de inmigrantes suizos (en su origen), franceses e italianos (posteriormente). La historia de esta colonia mezcla la crónica provincial con la mitología amerindia, en una heterocronía que va más allá del tiempo histórico y que evoca un pasado arcaico, reprimido, un tiempo mítico. En la provincia de Santa Fe, esa historia de las colonias formadas en el siglo XIX tiene aún mucho que dar como cantera literaria, tal como lo prueba una novela posterior, Estela en el monte, del también santafesino Sergio Delgado. En definitiva, Catania inventa su propia zona, en contacto con una experiencia, una historia, una geografía y una mitología regional, abriendo un mundo entre Las Varonesas y El pintadedos que no tiene parangón en la literatura argentina y que es propio de la imaginación del autor. En efecto, las dos novelas pueden considerarse un díptico: entre Argentina y Centroamérica, entre Guatemala y Santa Fe, entre Argentina y San Carlos, la experiencia de América Latina, irreductible al universalismo como invención europea, se vuelve aventura novelesca singular, volviendo imposible una estabilización identitaria definitiva.