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¿Estamos viviendo un momento histórico caracteri- zado por el rebrote, resurgimiento y avance de la derecha? ¿Es adecuado utilizar la categoría de fascis- mo para analizar la ofensiva de la derecha en la actua- lidad? ¿Es el fascismo un monstruo dormido y con potencial de despertarse en y con ciertas condicio- nes sociales? ¿Es pertinente preguntarse acerca de esto hoy?Empecemos por responder el último interrogante. Desde hace unos años, volvió a aparecer en los cam- pos políticos y académicos la palabra «fascismo». Para nosotras, una de las primeras alarmas rojas a propósi- to del tema, fue cuando días antes de que se declara- ra al SARS COVID 19 como pandemia y pos-golpe de Estado en Bolivia, Álvaro García Linera dio una conferencia en España en la cual afirmó que nos encontrábamos frente al «resurgimiento de un com- portamiento neofascista» (García Linera, 2020), prin- cipalmente en Europa y América.A partir de ahí y pandemia mediante, empezamos a advertir que comenzaba a extenderse el uso de «fas- cismo» y sus derivados «neo» o «pos», de modo re- currente tanto en producciones científicas e intelec- tuales, como en discursos políticos. Que aparezca reiteradamente la categoría de «fascismo» para nom- brar lo que estamos viviendo ya es un dato de la realidad que expresa una novedad. La preocupación y el debate sobre este tema no estaba presente diez años atrás. Estamos escribiendo sobre esta cuestión y publicando un número especial ahora, producto del fortalecimiento y radicalización de la derecha. Y a esta mutación hay que prestarle su debida atención porque, como afirma Forti (2021: 231, 237), «la ex- trema derecha es una amenaza real» y «nunca ven- ceremos al monstruo si no entendemos las razones de su avance». Entonces, la respuesta a la primera pregunta es sí, son interrogantes pertinentes de ser formulados y analizados.Es sumamente urgente caracterizar afinadamente el carácter de las extre- mas derechas contemporáneas.

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