INVESTIGADORES
CANAFOGLIA Eliana Celeste
congresos y reuniones científicas
Título:
Los cambios en la fuerza de trabajo y la precarización laboral en Mendoza durante 1991-2002
Autor/es:
AZUCENA B. REYES SUÁREZ; ANDREA BLAZSEK; ELIANA CANAFOGLIA
Lugar:
Ciudad de Mendoza
Reunión:
Congreso; Segundo Congreso Nacional de Políticas Sociales; 2004
Institución organizadora:
Asociación Nacional de Políticas Sociales y Facultad de Ciencias Politicas y Sociales, UNCuyo
Resumen:
La profundización del modelo neoliberal que tuvo lugar en la  Argentina de los años ´90,  alteró los patrones económicos del país cambiando la estructura económica y su base social de sustentación. Se reemplazó el eje organizador del sistema económico, pasándose de la producción industrial a la valorización e internacionalización financiera del capital.  A pesar que en la primera mitad de la década, así como entre 1996 y 1997, la economía exhibió niveles de crecimiento económico altos, tuvo pocas repercusiones en las actividades industriales, llevando a un empeoramiento de los indicadores del mercado de trabajo. La estructura de la economía en su conjunto demostró no ser apta para la creación de empleo. Así como en 1995, nuevamente a partir de 1998 la economía entró en una recesión profunda que culminó con el derrumbe de la Convertibilidad, afectando fuertemente las condiciones del mercado de trabajo.  Distintos estudios referidos a los `90 ensayan la hipótesis de un proceso de  fragmentación / heterogeneización y segmentación  de la estructura socio-ocupacional como producto de las políticas económicas y sociales implementadas, que afecta a los distintos grupos ocupacionales según distinción por género. En este contexto empírico y teórico, esta investigación profundizó en las características asumidas por este fenómeno en Mendoza atendiendo a las particularidades locales. Para alcanzar esta caracterización se trabajó a partir del análisis de variables relevadas en la Encuesta Permanente de Hogares para el Gran Mendoza en las ondas de octubre de cada año, correspondientes al periodo 1991-2002. El objetivo del estudio consistió en analizar las tendencias del empleo global y del empleo femenino en comparación con el masculino, explorando los cambios producidos en los patrones de participación económica de los miembros de ambos sexos. Se tuvieron en cuenta los ciclos económicos con el fin de medir sus efectos sobre la fuerza de trabajo en relación a:  las condiciones de inserción laboral,  las oportunidades laborales de hombres y mujeres, el papel  de la demanda de trabajo sobre la fragmentación de la fuerza de trabajo. Se analizaron variables demográficas, de participación económica y de ingresos (quintiles) para establecer el comportamiento diferencial de la PEA. Uno de los fenómenos que refleja la heterogeneidad de la estructura del mercado de trabajo es la precariedad laboral. Consecuentemente, se profundizó sobre la precariedad alcanzada por los asalariados, examinando la relación entre precariedad y sexo, a la luz de otras variables que podían influir en esta relación como la edad, el estado civil, el nivel educativo, el estrato socioeconómico del hogar y la posición en el hogar. Los resultados señalan que en Mendoza la tasa de actividad de la población  permaneció relativamente estable a lo largo del periodo analizado. No obstante, se registraban diferencias de acuerdo al género: los hombres disminuían su participación, mientras que las mujeres presentaban una tendencia creciente. Ellas fueron más sensibles a los ciclos económicos que los hombres que evidenciaban comportamientos más regulares.  En cuanto a los asalariados, en 1991 más de un tercio trabajaba en condiciones de precariedad, alcanzando en el 2002, el 43,7%. En 1991 los jefes de hogar de ambos sexos todavía conseguían insertarse en el mercado de trabajo como asalariados no precarios. En 2001, esta situación cambia totalmente en detrimento de las mujeres. Por lo tanto, en el 2001 las diferencias intragénero se agudizan, y una serie de factores potencian la relación entre precariedad y sexo. Ser mujer joven o mayor, unida o casada, con niveles educativos bajos y medios, pertenecer a los primeros tres quintiles del ingreso per cápita o ser jefa de hogar, aumenta la probabilidad de ubicarse en puestos laborales precarios. En general se observa un comportamiento de carácter “compensatorio” entre los miembros de los grupos familiares en relación a su participación en la fuerza  laboral. Los ciclos económicos mostraron su incidencia en las fluctuaciones registradas, al tiempo que la demanda de trabajo configuraba las pautas de participación en el mercado de trabajo.