INVESTIGADORES
VEIGA Gonzalo Diego
congresos y reuniones científicas
Título:
Diferentes Escenarios de Sedimentación Continental en la Cuenca Neuquina
Autor/es:
VEIGA, G.D.; SPALLETTI, L.A.; FRANZESE, J.R.
Lugar:
S.S. de Jujuy
Reunión:
Congreso; XVII Congreso Geológico Argentino; 2008
Institución organizadora:
Asociación Geológica Argentina
Resumen:
La Cuenca Neuquina posee una compleja historia, caracterizada por diferentes estadios de desarrollo en contextos geodinámicos disímiles, vinculados con la evolución del margen occidental de Gondwana. Desde su inicio extensional en el Triásico Tardío - Jurásico Temprano, la cuenca atravesó una compleja etapa de evolución como depocentro de trasarco hasta culminar, hacia fines del Cretácico como una cuenca de retroarco/antepaís. En este marco complejo, el desarrollo de secuencias aluviales, fluviales y eólicas a lo largo del registro de la cuenca es muy importante y de alguna manera, las características de estos sistemas así como los principales factores externos que controlaron la evolución de los mismos estuvieron íntimamente condicionados por el contexto geodinámico en el que se desarrollaron. En este trabajo se describen los atributos principales de los sistemas de acumulación continental generados durante los estadios de rift inicial y postrift-trasarco de la Cuenca Neuquina, a la vez que se intenta establecer una relación entre los depósitos y los mecanismos de creación de acomodación y de suministro clástico característicos de cada uno de esos estadios. Durante su etapa inicial, la Cuenca Neuquina estuvo caracterizada por la presencia de depocentros extensionales aislados de reducidas dimensiones y con importante vulcanismo bimodal asociado. Los sistemas continentales que se acumularon durante esta etapa responden a la generación de importantes relieves asociados con una tectónica activa, bajo condiciones de significativo aporte de material volcaniclástico. El relleno de estos depocentros de sinrift está constituido por depósitos vinculados con el desarrollo de sistemas aluviales y fluviales proximales en potentes secuencias que indican una alta tasa de acomodación en los márgenes de los depocentros individuales. Lateralmente, estos sistemas fluviales pueden pasar a sistemas lacustres, algunos de muy buen desarrollo pero preferentemente constituyendo delgadas intercalaciones en el registro de acumulación de cada depocentro. Sin embargo la característica más sobresaliente de los sistemas continentales generados durante esta etapa está vinculada con la proporción y el tipo de aporte clástico. La importante actividad volcánica produjo un significativo volumen de materiales por lo que predominan depósitos de flujos gravitacionales de sedimentos e hiperconcentrados en sistemas de abanicos aluviales y planicies proximales sin mayor interconexión entre los diferentes depocentros (Franzese et al., 2006). A partir del Jurásico Temprano, la Cuenca Neuquina comienza a integrase en un extenso depocentro de retroarco conectado con el Océano paleo-Pacífico y dominado por una subsidencia relativamente uniforme (aunque interrumpida por varios episodios de inversión tectónica). La sedimentación durante esta etapa está caracterizada por ciclos transgresivos-regresivos de bajo orden en los que predominan regresiones forzadas, importantes eventos transgresivos y períodos de regresión normal asociados con estadios del nivel del mar relativamente alto. En este contexto, los sistemas de acumulación continental que se desarrollan difieren sustancialmente de los correspondientes a la etapa inicial de la cuenca y - a su vez - poseen atributos diferenciales en relación con la posición relativa del nivel del mar durante la etapa en la que se desarrollan. Durante las etapas de regresión normal, los sistemas fluviales fueron alimentados por aportes producidos directamente desde los bordes de la cuenca y con una variabilidad longitudinal que muestra la evolución desde sistemas traccionales con dominio de carga de lecho gravosa en los sectores proximales a sistemas de carga mixta y mayor sinuosidad en los sectores más distales (Veiga, 2002). Estos sistemas habrían estado directamente conectados con el mar, y su evolución controlada por oscilaciones relativas del nivel del mar de mayor frecuencia. Por su parte, durante los estadios de nivel del mar relativamente bajo producto de episodios de regresión forzada, la mayor parte de la cuenca habría estado dominada por sistemas de acumulación continental, en la que se destaca la interacción de sistemas fluviales y eólicos (Veiga et al., 2002). Los fluviales se generaron bajo condiciones de importante aporte sedimentario de textura dominantemente fina (lo que implica la desconexión por parte de estos sistemas de las zonas marginales de la cuenca y el retrabajo de depósitos previos) y relativamente baja acomodación, aunque la tasa de creación de acumulación se habría incrementado sustancialmente hacia los sectores centrales de la cuenca. Sin embargo, variaciones de alta frecuencia en la relación acomodación/aporte sedimentario condicionaron la alternancia de sistemas con predominio de carga de lecho y sistemas de carga mixta y mayor sinuosidad (Veiga et al., 2007). Si bien durante estos estadios de nivel del mar relativamente bajo algunos de los sistemas fluviales habrían estado conectados con los sistemas marinos y por lo tanto su evolución podría haber estado vinculada con oscilaciones de alta frecuencia del nivel relativo del mar (Schwarz et al., 2006, Veiga et al., 2007), el balance entre aporte clástico y acomodación durante estas etapas de evolución podría haber estado controlado por cambios climáticos de alta frecuencia en un contexto de desconexión con el sistema marino abierto. El desarrollo de cuñas de mar bajo dominadas por depósitos continentales en el registro mesozoico de la Cuenca Neuquina es más evidente durante el desarrollo de regresiones forzadas vinculadas con episodios de inversión tectónica. En este contexto, cambios en la dinámica del borde occidental activo de la cuenca habrían interrumpido por completo la conexión entre la Cuenca Neuquina y el Océano paleo-Pacífico. Durante estos episodios de desconexión, la cuenca se habría desecado completamente con el desarrollo de sistemas fluviales y eólicos de dimensiones considerables. Por su parte, la inversión de algunas estructuras habría generado por un lado el desarrollo de relieves locales con el aporte localizado de sedimentos de grano grueso a los sistemas fluviales/aluviales, y por otro la compartimentalización de la Cuenca en depocentros menores que habrían evolucionado de forma más o menos independiente bajo diferentes condiciones de acomodación (Spalletti & Veiga, 2007, Veiga & Spalletti, 2007). Esta desvinculación completa entre la Cuenca Neuquina y la región oceánica se registra igualmente hacia finales del Cretácico Temprano, asociada con cambios en el régimen de subducción a lo largo del margen occidental del continente en los estadios finales de evolución del postrift y en la transición al régimen de cuenca de retroarco/antepaís (Veiga et al., 2005). El resultado fue igualmente el desarrollo de sistemas fluviales entrelazados arenosos y sistemas eólicos de amplio desarrollo acumulados bajo condiciones de baja acomodación.