INVESTIGADORES
VAZQUEZ Patricia Graciela
libros
Título:
Química Verde La catálisis como principio fundamental
Autor/es:
DRA. PATRICIA VÁZQUEZ
Editorial:
CONICET
Referencias:
Año: 2013 p. 170
Resumen:
Capítulo 1 La Química Verde, sus principios y su futuro Patricia Vázquez Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas ?Dr. Jorge J. Ronco? (CINDECA), CCT CONICET La Plata, Universidad Nacional de La Plata e-mail: vazquez@quimica.unlp.edu.ar Resumen: La química verde ha surgido como un enfoque especial de la química, en general, y tiene como objetivo prevenir o minimizar la contaminación desde su origen, tanto a escala industrial como en los laboratorios de investigación y economizar tiempo y recursos. Así pues, la química verde se ocupa del diseño de productos y procesos químicos que reducen o eliminan el uso y producción de sustancias peligrosas. Introducción La química ha sido y es una fuente de bienestar y comodidad para el ser humano. De alguna manera, al dar origen a los diversos productos que cada día nos simplifican y hacen más agradable la vida, se ha ganado buena parte del crédito por el mejoramiento del nivel de vida que actualmente disfrutamos. Hasta hace algunos años se consideraba que el desarrollo tecnológico implicaba necesariamente un costo ambiental que pagar y un peligro potencial para el ciudadano común. Del mismo modo, no se tenía conciencia de la posibilidad del agotamiento de los recursos naturales empleados como materias primas de los procesos de producción. Otro problema era la inadecuada disposición de desechos directamente y de manera indiscrimada al aire, agua y suelo. ¿Puede la Química ser Negra? Sí. Con la contaminación atmosférica, el efecto invernadero (CO2, Ox, SOx); destrucción de la capa de ozono; lluvia ácida; niebla urbana (smogfotoquímico, NOx). Contaminación del agua, Fertilizantes, plaguicidas; Aguas residuales; Disolventes, Detergentes y aguas residuales urbanas. Y por último, Residuos sólidos, Suelos industriales, Residuos radioactivos y nucleares y Residuos químicos sólidos. La química verde está llena de oportunidades. Pero al igual que cualquier otra expresión profesional orientada a reformas, buena parte de su éxito se determinara en función de las circunstancias de su puesta en marcha. Si la química verde se interpreta en un sentido amplio y sirve para incluir las nuevas tecnologías químicas del tratamiento de residuos o de procesos más limpios en la fabricación de productos peligrosos o las industrias químicas que transfieren simplemente los riesgos del ciclo vital de los productos a plantas en el extranjero o a los vertederos, entonces el espíritu constructivo de la química verde se verá traicionado y el término aparecerá hueco y mentiroso [1]. La diferencia entre la química verde y la química del ambiente es que mientras esta última tiene como objetivo el saneamiento y remediación de los efectos en el ambiente de los procesos contaminantes, la química verde intenta prevenir la contaminación en su origen. Los productos químicos como todos los materiales que utilizamos evolucionan a través de un ciclo vital que comienza con la síntesis y se cierra devolviéndolos al medio ambiente. De hecho reconociendo que el planeta está estructurado esencialmente como un sistema de reciclado de materiales en un circuito cerrado podemos considerar que los productos químicos que desechamos están simplemente retirados de forma temporal hasta que se recobren para un uso posterior en otro momento. Esta es una perspectiva macro de la economía atómica pero constituye un gran paso adelante para la mayoría de los que se ocupan de innovaciones en química verde. Paul Anastas y Rebecca Lankey han realizado un examen profundo de cómo la química verde puede integrarse en cada una de las fases principales del ciclo vital de los productos químicos. Comenzando por los stocks de insumos y continuando con la síntesis química, los procesos químicos, el uso de materiales, el uso de productos y concluyendo con la reutilización el reciclaje y la eliminación tenemos las fases de la trayectoria vital de un producto químico a través de las economías humanas. Un enfoque de ciclo vital en la protección del medio ambiente requiere que todas las fases de la vida de un material sean consideradas para evaluar su impacto total en el funcionamiento de los ecosistemas. Tales estudios, a menudo llamados análisis de ciclo de vida, son largos y complejos y sus metodologías todavía están desarrollándose. No parece necesario realizar análisis completos del ciclo de vida para determinar si una nueva química específica es una química verde. De momento, el mejor juicio quizás sea valorar si la química es más verde que en las aproximaciones convencionales, pero siendo conscientes de que para juzgarla más vede ha de conocerse mínimamente como los cambios en la química afectan las otras condiciones a lo largo del ciclo de vida. Por ejemplo, un camino alternativo de síntesis que emplee menos productos químicos peligrosos en los procesos no debería ser juzgado como verde a la ligera, si requiere mayores cantidades de energía para conseguir altas presiones o temperaturas. La química verde ha de basarse en la comprensión de la salud pública y los procesos ecológicos. La transición hacia una química más respetuosa con el entorno y la salud pública no será fácil. La formación química convencional no incluye temas relativos al funcionamiento de los ecosistemas, toxicología, farmacología o fisiología humana. Hay una gran necesidad de reconsiderar los itinerarios formativos de los químicos y de los científicos en general. Cuando estos científicos estén mejor preparados para comprender la salud humana y el funcionamiento de la ecología, su investigación y desarrollo de materiales podrán introducir u conjunto de parámetros completamente nuevos para diseñar productos químicos más verdes. En 1994, Stephan De Vito y Roger Garret, de la EPA (Agencia Federal de la Protección Ambiental, de USA), colaboraron en un simposio sobre ?Diseños de productos químicos más seguros? dentro del congreso anual de la American Chemical Society, con la intención de utilizar el conocimiento sobre la salud humana y el funcionamiento de los ecosistemas para el diseño de nuevas químicas. Las ponencias presentadas en aquel simposio son un primer paso para abordar las formas en que nuestro conocimiento sobre fisiología, proceso metabólicos, agentes cancerígenos, biodegradabilidad, toxicidad acuática y relaciones de actividad estructural puede usarse para seleccionar, sustituir, y diseñar productos químicos destinados a aplicaciones específicas. Está claro que necesitamos mucho más trabajo en estas áreas si es que vamos a diseñar productos químicos más seguro y limpios. La Química Verde puede definirse como la química que utiliza de manera eficiente la materia prima, elimina la generación de residuos y evita el uso de reactivos y solventes tóxicos y/o peligrosos, en la producción y aplicación de productos químicos [2]. El término Química Verde (Green Chemistry) fue propuesto por Anastas a principios de la década de los ?90 [3]. Posteriormente Trost, presentó el concepto de economía atómica (atom economy), que describe la conversión eficiente de todos los átomos implicados, definiendo un proceso químico ideal como aquel en el cual el número de átomos ingresados y finales es el mismo [4]. Sheldon introdujo el factor E, que se define como el cociente entre la masa de residuo producido y la masa de producto deseado obtenido [5]. De este modo, se establecieron las bases de una nueva manera de pensar la Química y desarrollar una medida del grado de sustentabilidad (greenness) de los productos y procesos alternativos. La Química Verde tiene como objetivo principal realizar nuevos procesos químicos, o convertir los ya existentes en procesos que sean más benignos con el medioambiente. De este modo surge, la necesidad del desarrollo de tecnologías limpias, de manera de optimizar la sustentabilidad mejorando las condiciones del medioambiente [6]. Un camino hacia la sustentabilidad es disminuir la cantidad de desechos producidos, como así también aumentar los procesos de reciclaje. Un desarrollo sustentable se consigue con nuevas tecnologías que provean a la sociedad de aquellos productos que necesite pero con responsabilidad hacia el ambiente [1, 7]. Los desechos producidos son un eje prioritario para la Química Verde. El término desecho se aplica a la materia o energía que se genera en un proceso y no tiene ninguna aplicación. La generación y tratamiento de estos residuos consume tiempo, dinero y esfuerzo. Además, los desechos peligrosos demandan una inversión adicional para monitoreo y control. Las nuevas tecnologías tratan de prevenir la formación de residuos basándose en el concepto de residuo cero: todo lo que ingresa debe ser parte del producto final (economía atómica) [4]. Por tanto, como filosofía para el diseño de nuevos productos y procesos químicos, los principios de la química verde pueden ser reorganizados en un conjunto de parámetros de diseño, potencialmente podrían ser: intensificación del proceso, simplicidad y elegancia, compatibilidad ambiental y seguridad. La simplicidad y la elegancia son valores altamente apreciados en muchas aplicaciones de diseño químico. En las síntesis químicas, simplicidad y elegancia pueden lograrse mediante el esfuerzo hacia las vías de síntesis más cortas que impliquen los menores insumos energéticos posibles y generen los mayores rendimientos. El verdadero arte del ingeniero químico estriba en determinar cómo completar una tarea dada, con un mínimo de equipo y operaciones, y con la menor cantidad posible de materiales, calor y presión, y el mínimo tamaño de los equipos. Es más probable que se desarrollen químicas ecológicamente adecuadas cuando los materiales de partida sean ecológicamente compatibles. Resulta tentador sugerir que esto significa que deberíamos preferir como materia prima materiales basados en las plantas, renovables o biomasa. En cuanto a polímeros, se han desarrollado una cantidad de nuevas investigaciones en torno al acido poli láctico porque este monómero puede obtenerse fácilmente a partir de cosechas agrícolas. Pero el desafío de considerar el ciclo de vida completo recomienda laguna precaución en este punto. Si se toman el maíz y la soja como fuentes de materia prima, habrá que tratar las condiciones de la moderna agricultura industrial que entraña peligros significativos. Los fertilizantes químicos, los plaguicidas de síntesis, los productos químicos para procesamiento , la erosión y el agotamiento de los suelos, los problemas con el agua, los insumos de alta intensidad energética, todo ello ha de ser tomado en cuenta para valorar si una materia prima basada en productos agrícolas reúne las condiciones que define la química verde. Por tanto es importante ir más allá de las simplificaciones que dan por supuesto que las materias primas procedentes de la agricultura son más verdes. La compatibilidad ambiental requiere que estemos más atentos a los mecanismos con que la naturaleza protege la materia y nuestros propios cuerpos contra los riegos de los materiales peligrosos. Es aquí donde lo a químicos necesitan mucho más conocimiento sobre los sistemas fisiológicos y ecológicos, específicamente sobre materiales inherentemente seguros; materiales nobiodisponibles; materiales físicamente benignos y el procesamiento de los mismos en condiciones amigables con el ambiente. Aquí se puede decir que la seguridad ha recibido desde siempre una importante consideración en el diseño de los procesos químicos. Principios de la Química Verde Anastas y Warner [8] enunciaron en 1998 los doce principios de la Química Verde. Estos principios proporcionan un marco para diseñar y desarrollar nuevos materiales, procesos y sistemas, que sean benignos con la humanidad y su entorno, considerando factores medioambientales, sociales y económicos. Los doce principios tratan acerca del uso eficiente de la energía, reducción de riesgos, minimización de residuos y uso de fuentes renovables, ellos son: ? Prevención. Es preferible prevenir la formación de residuos en lugar de tratarlos una vez formados. ? Economía atómica. Se deben diseñar métodos de síntesis de modo de maximizar la incorporación de todos los materiales usados durante el proceso dentro del producto final. ? Uso de metodologías que generen productos de toxicidad reducida. Los métodos sintéticos deben usar o generar, cuando sea posible, sustancias de baja toxicidad y bajo impacto ambiental. ? Generación de productos eficaces de baja toxicidad. Los productos químicos deben ser diseñados para preservar la eficacia mientras se reduce la toxicidad. ? Reducción del uso de sustancias auxiliares. Deben evitarse, o minimizar el uso de materiales auxiliares como solventes, agentes de separación, etc., o reemplazarlos por sustancias inocuas. ? Minimizar el consumo energético. El uso de energía debe ser reducido, minimizando el impacto ambiental y económico. De ser posible las síntesis deben realizarse a presión y temperatura ambiente. ? Utilización de materia prima renovable. Cuando sea técnica y económicamente viable, la materia prima y la energía usadas deben ser de una fuente renovable. ? Evitar las derivatizaciones innecesarias. Se debe evitar la formación de derivados como protección/desprotección, bloqueo de grupos y modificación temporaria de procesos físico-químicos. ? Potenciación de la catálisis. Se deben emplear en lo posible, procesos catalizados selectivos en lugar de procesos estequiométricos. ? Generación de productos biodegradables. Los productos químicos deben ser diseñados para que se degraden en productos inocuos cuando sean eliminados y, de este modo, no persistan en el ambiente. ? Desarrollar metodologías analíticas para el monitoreo en tiempo real. Los procesos deben ser monitoreados con el fin de evitar la formación de sustancias peligrosas. ? Minimizar el potencial de accidentes químicos. Los materiales empleados en un proceso químico deben ser escogidos de manera de minimizar riesgos y accidentes, incluyendo emanaciones, explosiones e incendios. La aplicación de todos los principios en simultáneo no se puede conseguir siempre, sin embargo al llevar a cabo un proceso debería tratar de cumplirse con la mayor cantidad de ellos. En un proceso determinado deben ser evaluados los materiales y la energía usados en cada etapa. Por ejemplo, si una sustancia producida es benigna con el medioambiente, pero se preparó usando sustancias peligrosas o no renovables, el impacto solo se ha desplazado a otra parte del ciclo. Un producto o proceso eficiente en energía, o que genere energía, pero cuya manufactura consume energía que no supera la energía ganada, entonces ese proceso no es sustentable. Por lo tanto, al diseñar un proceso se debe considerar el ciclo completo, incluyendo los materiales de partida y la energía requerida [9]. Por lo tanto, los doce principios se deben aplicar a cada uno de los pasos que se incluyen el ciclo de vida de materiales, comenzando desde su adquisición (minería, perforación, cosecha), y siguiendo con su manufactura, distribución y uso. Por su parte, Winterton [10] sugirió doce nuevos principios, en un intento de ayudar a los investigadores interesados en aplicar la Química Verde. En ellos se considera que el grado de sustentabilidad de una transformación química puede evaluarse solo si se puede aumentar su escala, su práctica y aplicación. En estos principios se sugiere: ? Identificar y cuantificar los subproductos; ? Reportar conversiones, selectividades y productividades (eficiencia atómica, funciones de productividad) y velocidades; ? Establecer un balance de materia completo para el proceso, que considere todos los materiales incluso los solventes usados para recuperar el producto final; ? Medir las pérdidas de catalizador y solvente, tanto en efluente acuoso como gaseoso; ? Mediante termoquímica se deben identificar los procesos exotérmicos potencialmente peligrosos. Esto se debe a que en escala de laboratorio una reacción puede ser segura, pero al llevarla a mayor escala las limitaciones de transferencia de calor son significantes; ? Anticipar las limitaciones de la transferencia de calor y materia (velocidad de agitación, dispersión gaseosa, contacto sólido/líquido); ? Consultar a un especialista al aumentar la escala del proceso; ? Considerar los efectos del proceso global; ? Desarrollar y aplicar medidas de sustentabilidad; ? Cuantificar y reducir al mínimo el uso de los servicios públicos como agua y energía eléctrica; ? Reconocer que la seguridad y minimización de residuos son incompatibles; ? Controlar, reportar y minimizar la eliminación de residuos de laboratorio. La industria química genera muchos productos útiles, entre ellos: antibióticos y medicinas, plásticos, gasolina y otros combustibles, productos agroquímicos como fertilizantes y plaguicidas y telas sintéticas como el nailon, el rayón y el poliéster. Estos productos son importantes pero algunos de ellos, y los procesos químicos que se emplean para fabricarlos, perjudican el ambiente y la salud humana. La química verde se propone reducir la contaminación eliminando la generación de la misma. Cuando los químicos idean una reacción química conforme los principios de este método, prestan mucha atención a la información sobre los posibles riesgos para la salud o el ambiente que presenta una sustancia química, antes de utilizarla en la elaboración de un producto. Es decir, consideran el peligro que plantea una sustancia como propiedad que se debe tener en cuenta junto con las otras propiedades químicas y físicas y eligen aquellas sustancias que reduzcan al mínimo ese peligro. Prevención Como afirma el dicho, prevenir la formación de residuos es mejor y menos costoso que la remediación o el tratamiento a posteriori de los mismos. En 2002 fue otorgado el Premio ?Presidencial Chemistry Challenge? a la empresa Pfizer por la redefinición y modificación del proceso de fabricación de la sertralina, un ingrediente activo del Zoloft®, uno de los dos antidepresivos más recetados en el mundo. Esta nueva síntesis, más eficiente, duplicó el rendimiento total, redujo el uso de los materiales de partida en un 20-60%, eliminó la generación de aproximadamente 800 toneladas por año de sustancias tóxicas (por ejemplo: diclorometano, tetrahidrofurano, hexano y tolueno) y disminuyó el consumo de agua y energía, además de aumentar la seguridad de los trabajadores de la empresa [11]. Es importante destacar que la tasa de producción de residuos ?determinada por la relación entre la masa de residuo generado y la masa de producto obtenido (factor E)- para el rubro farmacéutico resulta una de las más elevadas del sector químico industrial, lo que en este caso se convierte en un ejemplo digno de mención [12]. El uso del factor E para la validación de un proceso puede entenderse como una primera aproximación a los doce principios de la Química Verde [13]. Una herramienta más apropiada para determinar el impacto de un proceso o material durante toda su vida útil sería el análisis del ciclo de vida (?Life-Cycle Assessment? - LCA), que incluye: 1) definición de las metas y el alcance del estudio; 2) realización de un balance de entradas y salidas de energía y materiales relevantes para el sistema; 3) validación del impacto ambiental asociado a entradas y salidas de energía y materiales y 4) interpretación de los datos obtenidos (propuesta de mejoras) [14,15]. Economía atómica La economía de átomos es la maximización en la incorporación de los átomos de los reactivos en los productos. En consecuencia, una reacción química ideal debe ser no solamente selectiva, sino sobre todo una simple adición (intra o intermolecular), en la que cualquier otro reactivo involucrado en el proceso debe participar en cantidades catalíticas [16-18]. En términos de la economía de átomos, las reacciones de adición o cicloadición son procesos ideales, debido a que todos los átomos de los reactivos se encuentran incorporados en el producto final. Desde un punto de vista práctico, la mayor parte de los productos químicos no pueden obtenerse por medio de reacciones que contemplen el concepto de economía de átomos en toda su plenitud, sea por la dificultad inherente de obtener rendimientos cuantitativos de alta selectividad o por el número limitado de productos que pueden obtenerse. Uso de metodologías que generen productos de toxicidad reducida. Siempre que sea posible se deben sustituir compuestos de alta toxicidad por compuestos de toxicidad menor en las reacciones químicas. Por ejemplo, la oxidación de alcoholes a cetonas usualmente se lleva a cabo con reactivos de Cromo VI, como el H2CrO4 que es cancerígeno. Resultan oxidantes mucho menos tóxicos los derivados de yodo (VI) hipervalente, tales como el ácido 2-iodoxibenzoico (IBX) y/o 1,1,1-tris (acetiloxi)-1,1-dihidro-1,2-benzoodozol-3-(1H9-ona (reactivo de Dess-Martin. Generación de productos eficaces de baja toxicidad Los compuestos químicos deberán diseñarse para poseer una función deseada, presentando la menor toxicidad posible. Un ejemplo es el desarrollo de un nuevo repelente de insectos, llamado picaridina que se presenta como una alternativa a la dietil-m-toluamida (DEET). La picaridina parece ser más segura, efectiva e inofensiva a los seres humanos y al medio ambiente, ya que resulta biodegradable. Este compuesto actúa específicamente en los receptores olfativos de los insectos, razón por la que es considerado bastante selectivo. Otro ejemplo de insecticidas son las spinosinas A y D, compuestos naturales producidos por el microorganismo Sacharopolyspora spinosa. Un extracto de fermentación, denominado Spinosad, que contiene una mezcla de estos compuestos es comercializado como un insecticida natural [19]. Reducción del uso de sustancias auxiliares La utilización de sustancias auxiliares (solventes, agentes de separación, etc), deberá evitarse cuando sea posible o utilizar sustancias inocuas al proceso. Este principio ha sido bastante explorado con el desarrollo de nuevas reacciones sin solvente, incluyendo reacciones en fase sólida utilizando soportes como arcillas o sílice. Un ejemplo es la formación de enaminas a partir de cetonas y aminas. Usualmente estas reacciones se hacían empleando benceno o tolueno como solventes con catálisis ácida y trabajando a reflujo durante varias horas. Un procedimiento bastante eficiente es el empleo de una arcilla montmorilonita K10 bajo irradiación con microondas (MO) en ausencia de solvente [20]. Minimizar el consumo energético Los métodos sintéticos deben llevarse a cabo a presión y temperatura ambientes siempre que fuera posible, para disminuir la energía consumida durante un proceso químico que representa un impacto económico y ambiental. Una opción es substituir el calentamiento convencional por fuentes de energía alternativas, como las microondas y/o ultrasonidos. Un ejemplo resulta la oxidación de estirenos a 1,2-dioles empleando KMnO4 acuoso bajo ultrasonidos. Usualmente, esta reacción se lleva a cabo en medio básico a O ºC con rendimientos bajos. Utilización de materia prima renovable Resulta necesario priorizar, cuando la técnica es económicamente viable, el uso de materias primas renovables. La síntesis de cualquier producto comienza con la selección del material de partida, y en muchos casos, esta elección puede ser uno de los factores más importantes para determinar el impacto ambiental de un proceso de manufactura. Obtener biomasa de madera, pasto, plantas u otras materias primas agrícolas para usos no convencionales es consistente con el principio de la química verde, para el uso de materiales renovables, reduciendo el uso de energía y químicos sintéticos de una manera benigna para el medio ambiente. En tales casos incluyen combustibles "limpios", nuevos materiales para uso industrial y nuevos alimentos para animales. Anualmente se producen más de dos millones de toneladas de ácido adípico, como materia prima para la fabricación de nylon-6,6, un material plástico rígido, resistente a la abrasión y al calor, con amplio uso en el campo de la ingeniería mecánica. La síntesis tradicional del ácido adípico utiliza benceno como material de partida, un derivado cancerígeno de combustibles fósiles. La última etapa de este proceso tradicional, resulta en la formación de óxido nitroso (uno de los gases causantes del efecto invernadero), siendo además responsable de la emisión anual del 10% de N2O a la atmósfera. Una alternativa para la fabricación de ácido adípico, conocida como síntesis Draths-Frost, ocurre mediante la conversión de glucosa, un material de partida inocuo y renovables, a ácido cis,cis-mucónico, utilizando Escherichia coli [21]. Evitar las derivatizaciones innecesarias La derivatización (el uso de reactivos bloqueadores, de protección y desprotección, modificadores temporarios) deberá minimizarse o evitarse en la medida de lo posible, ya que estos pasos de reacción requieren de reactivos adicionales y, como consecuencia pueden llegar a producir subproductos no deseados. Un ejemplo, determinante y que por tal motivo recibió el Premio ?Presidential Green Chemistry Challenge? en 2004, fue un nuevo proceso para la síntesis de paclitaxel (Taxol®), desarrollado por la industria farmacéutica Bristol-Myers Squibb. El paclitaxel es un potente agente anticancerígeno, que fue aislado del tejo (Taxus brevifolia) y recomendado contra el cáncer de ovario, pulmón y mama. Este actúa como agente antimitótico, a través de su acción sobre el equilibrio tubulina-microtúbulos [22]. El proceso convencional de obtención de paclitaxel parte de un diterpeno aislado de las hojas de T. baccata, la 10-desacetilbacatina III. Este compuesto era transformado en paclitaxel a través de semi-síntesis en 11 etapas sintéticas y 7 etapas de purificación, con el empleo de 13 solventes y 13 reactivos orgánicos. El nuevo método de obtención se basa en un proceso de fermentación, empleando células de las hojas de la planta T. chilensis, que producen directamente paclitaxel, que se purifica por cromatografía y recristalización. En los primeros años de comercialización esta nueva metodología permitirá eliminar aproximadamente 32 toneladas de materiales químicos tóxicos, 10 solventes y 6 etapas de secado, y economizar una cantidad significativa de energía. Potenciación de la catálisis Los reactivos catalíticos, tan selectivos como sea posible, resultan superiores a los reactivos estequiométricos. En general, las síntesis catalíticas, debido a su elevada selectividad, son más eficientes, limpias y económicas, permiten la reutilización del catalizador, el uso de materias primas renovables o la reducción de cantidades de reactivos, y es considerada uno de los pilares principales de la Química Verde. En 2006, la compañía Merck recibió el premio ?Presidential Green Chemistry Challenge? en la categoría de rutas sintéticas alternativas, por proveer una síntesis catalítica innovadora ?que consta de seis etapas de síntesis menos que la ruta tradicional -para la obtención de sitagliptina- un derivado quiral de un -aminoácido, un principio activo del fármaco Januvia® empleado para el tratamiento de la diabetes del tipo II. La hidrogenación de enaminas por medio de un catalizador a base de rodio (Jasiphos®) da origen a sitagliptina con mayor rendimiento y elevado grado de pureza óptica, evitando la generación de cerca de 100 Kg de residuos por cada 0.5 Kg de producto generado [23]. Generación de productos biodegradables Idealmente, se deben generar compuestos que se degraden en productos inocuos, luego de cumplir su función. Desde los principios de la Química Verde, el desarrollo de materiales seguros, menos tóxicos y persistentes, más selectivos y eficientes, puede ser verificado para varias clases de compuestos, desde pesticidas, colorantes, polímeros hasta surfactantes. Anualmente, millones de toneladas de surfactantes, compuestos que reducen la tensión superficial del agua, debido a la presencia de grupos hidrofílicos e hidrofóbicos en la misma molécula, son ampliamente utilizados en diversos segmentos industriales, tales como el sector alimenticio, agrícola, petrolífero, de productos de limpieza, cosméticos y de higiene personal. Una serie de surfactantes ramnolipidos (glicolípidos)? menos tóxicos y más biodegradables que los convencionales, derivados del petróleo- fue desarrollada a escala industrial, por la empresa Jeneil, la cual fue galardonada con el premio ?Presidencial Green Chemistry Challenge? en 1994, en la categoría de pequeños negocios. Estos biosurfactantes se obtienen por medio de la fermentación aeróbica, con una variedad de bacterias del suelo, la Pseudomonas aeruginosa [24]. Desarrollar metodologías analíticas para el monitoreo en tiempo real Resulta esencial desarrollar y/o mejorar metodologías analíticas que posibiliten el monitoreo de procesos en tiempo real, en línea con el intento de identificar y controlar a prioi, la formación de compuestos nocivos [12]. Vale acordar la premisa que solo se puede controlar lo que se mide. Hay dentro de este principio dos aspectos importantes, el tiempo y el material. Los métodos para un análisis en tiempo real, para su uso en procesos de producción a gran escala deben ser principalmente rápidos, además de robustos, precisos y de bajo costo. Por medio de estos métodos es posible emplear técnicas y reactivos del tipo ?just in time?, los cuales son liberados en la cantidad y en el momento necesarios, disminuyendo así posibles desperdicios y perjuicios ambientales. Además de garantizar la calidad analítica, las técnicas también deben ser perfeccionadas para que consuman menos materiales. La Química analítica tradicional -como cualquier otra parte integrante de la química- se ha desarrollado con un uso excesivo de solventes, elevado gasto energético y grandes cantidades de muestras. Más recientemente, la Química Analítica de Procesos (QAP) busca desarrollar sistemas instrumentales miniaturizados, más precisos y eficientes, que permitan análisis ?in line?, contribuyendo a la reducción o eliminación del uso de materiales y la consecuente generación de residuos. Como ejemplo, un espectrómetro UV-VISIBLE, fue puesto como sensor ?in line? para el monitoreo de aguas residuales provenientes de una industria de papel. Tal sensor fue utilizado (200-750 nm) para monitorear simultáneamente la demanda química de oxígeno (DQO), DQO filtrado, sólidos totales en suspensión (STS) y nitratos, eliminando las etapas de toma de muestra, preparación de muestras y empleo de reactivos. Un sistema de auto-limpieza evita el depósito de materia orgánica sobre la superficie óptica y justamente con un camino óptico ajustable de 2 a 100 mm, permite el análisis de aguas ultra-puras, así como efluentes con carga orgánica bastante alta [25.27]. Minimizar el potencial de accidentes químicos La elección de una sustancia, y la forma de la misma, a utilizar en un proceso debe realizarse de manera de minimizar los potenciales accidentes químicos, como derramamiento, explosiones e incendios. Además del peligro relacionado con la toxicidad, deben considerarse otras propiedades para una sustancia determinada, tales como la explosividad, corrosividad e inflamabilidad, para llevar a cabo el desarrollo de un producto o proceso. Los solventes conocidos como líquidos iónicos han sido propuestos y evaluados por varios grupos de investigación en Química Verde. Tales líquidos presentan una presión de vapor muy baja, siendo virtualmente no volátiles a temperatura ambiente, y han sido empleados con varios propósitos como, por ejemplo, como solventes alternativos en síntesis, como medio para disolver celulosa, o como sustitutos de solventes orgánicos explosivos, reduciendo la posibilidad de accidentes [12]. En 2006 Andrew Abbott fue premiado por la Sociedad Británica de Química (?Industrially Sponsored Award?) por sus estudios y aplicaciones industriales de líquidos iónicos biodegradables, de menor costo y toxicidad. El concepto de Permacultura Antes de finalizar con este capítulo es de mi interés que conozcan otros tipos de proyectos que están siendo llevados en paralelo y aquí vamos a desarrollar uno. El concepto de Permacultura fue creado en Australia en los años 70, por Bill Mollison y David Holmgreen, en un principio estuvo muy orientada al Perma-Cultivo ya que la misma planteaba métodos alternativos al modelo de producción alimenticia dominante, hoy en día y gracias a muchos aportes de permacultores alrededor del mundo y de la evolución que esta tuvo de parte de sus creadores ni bien la dieron a conocer, podemos definirla como ?Un sistema de diseño el cual aplica éticas y principios ecológicos en la planeación, diseño, desarrollo, mantenimiento, organización y la preservación de espacios aptos para sostener la vida en el presente y futuro.?, es importante destacar que existen muchas definiciones de la Permacultura ya que es adaptable a distintas culturas y cosmovisiones. La Permacultura tiene 3 éticas fundamentales, ?Cuidado de la Tierra?, ?Cuidado de la Personas? y ?Poner límites a la población y el consumo?, esta última ética apunta a detener el crecimiento insostenible de los ecosistemas humanos, con el fin de que los recursos no se agoten rápidamente como está ocurriendo hoy en día a escala mundial, también se interpreta como ?Compartir los recursos con equidad?. Luego tenemos los principios, en este caso compartimos los de Bill Mollison, los mismos se dividen en categorías, quizás los más llamativos sean los ?Principios de Actitud? estos últimos pueden ser utilizados desde el momento que nos enteramos de la existencia de la Permacultura y son por ejemplo, ?El problema es la solución?, ?El desperdicio es una ilusión?, ?Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento?, ?Ir con la naturaleza y no en su contra?, ?Empieza pequeño? como para nombrar algunos, luego tenemos principios de diseño como, ?Elementos multifuncionales?, ?Planificar por zonas y sectores?, ?Ubicación relativa de los elementos?, y por ultimo tenemos los principios ecológicos, algunos de ellos son, ?Aumentar el borde? ?Acelerar la sucesión y la evolución?, ?Recursos biológicos? entre varios más.Los campos de acción de la permacultura son muy amplios, ya que al ser un sistema de diseño, tiene la capacidad de ser trabajada desde el individuo y hasta lograr diseños de sociedad enteras y que las mismas puedan perdurar en el tiempo, sin dañar sus ecosistemas, al mismo tiempo que logran grandes beneficios socioeconómicos, los campos de acción por definición son los siguientes, ?Construcción?, ?Herramientas y tecnología?, ?Educación y cultura?, ?Bienestar físico y espiritual?, ?Economía y finanzas?, ?Tenencia de la tierra y gobierno comunitario? y ?Manejo de la tierra y la naturaleza?. La permacultura busca convertir desiertos creados por el hombre (en varios sentidos) en vergeles, para esto utiliza sus palancas de diseño y busca integrar y rescatar las tecnologías antiguas y apropiadas y vincularlas con las más recientemente descubiertas, existen casos exitosos de países donde fue aceptada logrando exactamente lo que predijo, uno de los casos más recientes es Jordania, donde está siendo aplicada para reverdecer los desiertos antes mencionados con resultados más que sobresalientes, también fue la herramienta de diseño que eligió Cuba para sobrevivir luego de la disolución de la Unión Soviética y el bloqueo impuesto por los EEUU, en aquel entonces Cuba tenía un consumo de petróleo muy superior incluso al de EEUU, y cuando hablamos de petróleo no solo decimos un problema de desabastecimiento de combustibles para el parque automotor y generación eléctrica, sino que también afecta al sistema de producción de alimentos dominante, el cual depende exclusivamente del consumo de ese hidrocarburo para funcionar (Fertilizantes, herbicidas, transporte, refrigeración, siembra, cosecha, etc.), para definirlo de una manera sencilla, mientras Cuba exportaba Médicos al mundo, esta Importaba Permacultores de Australia para afrontar la crisis, imaginen que en 2 semanas se acaba el Petróleo en este País? así fue la vida de Cuba a principios de los 90, sin embargo pudieron sostener a su población y al margen de temas y conflictos políticos la herramienta elegida fue la Permacultura. Para aplicarla no es necesario tener grandes extensiones de terreno, solo hace falta desear hacerlo, practicarla, estudiarla y lo más importante es Observar, esta herramienta se basa en la observación de patrones naturales y como los seres humanos somos naturaleza, podemos observarnos y aplicar los principios en nosotros mismo y en nuestra vida individual y social cotidiana, y en caso de contar con la posibilidad de tener un espacio para practicarla a mayor escala podemos afirmar que el límite es el cielo! Estos espacios pueden darse en zonas urbanas y campestres, lo importante es la intensión de lograr cambios positivos en nosotros para empezar y en la sociedad. Desde ?El camino de la Permacultura? proponemos una Permacultura en todos los niveles, acercando otros estilos de vida a muchos seres que actualmente están viviendo una desconexión muy grande con su propio ser y entorno, esta herramienta nos ayuda a enfocarnos, a vivir planamente, a valorizar la vida en todas sus formas, a religar con nuestra naturaleza, y lograr no solo la sostenibilidad de esta civilización, sino que también la regeneración y la restauración de toda la vida en este planeta, que hasta el momento es el más extraño jamás descubierto en todas las galaxias conocidas, ya que no solo tiene vida, sino que también existen seres capaces de cuidar a toda la vida que el sostiene, esos seres somos nosotros, los seres humanos. Analicen y reflexionen sobre la noción de lo ?local? y lo ?global?, lo ?individual? y lo ?colectivo? en la búsqueda de nuevos equilibrios entre satisfacción de necesidades; ejercicio de derechos; producción de bienes y servicios; gestión de patrimonio natural y cuidado ecosistémico. Reconozcan y establezcan fortalezas y oportunidades de su futura área de desempeño, en función del conocimiento adquirido, capacidad y responsabilidad individual y colectiva, para la definición de su rol dentro de nuevos escenarios sustentables. Los 12 principios que rigen la Permacultura El proceso de proveer a las necesidades de la gente dentro de los límites ecológicos requiere una revolución cultural. En el actual contexto histórico, resulta atractiva la idea de un simple conjunto de principios guiadores que tengan una aplicación amplia, incluso universal. Principio 1: Observar e interactuar Un buen diseño depende de una relación libre y armoniosa entre la naturaleza y las personas, en la cual una observación atenta y una interacción cuidadosa proporcionan la inspiración, el repertorio y los patrones del diseño. No es algo que se genere aisladamente, sino a través de la interacción continua y recíproca con el sujeto. La sociedad industrial depende de un aporte de energía grande y continua en forma de combustibles fósiles, para proporcionar sus alimentos y otros bienes y servicios. Los diseñadores en permacultura usan la observación cuidadosa y la interacción atenta para hacer más efectivo el uso de las capacidades humanas y reducir la dependencia tanto de las energías no renovables como de la alta tecnología. Principio 2: Capturar y almacenar energía Vivimos en un mundo de riqueza sin precedentes, que resulta de la recolección de enormes cantidades de combustibles fósiles, creados por la Tierra en el curso de billones de años. Hemos usado parte de esa riqueza para incrementar nuestra recolección de recursos renovables de la Tierra hasta un grado insostenible. La mayoría de los impactos adversos de esa sobreexplotación aparecerán como un declive en la disponibilidad de combustibles. En lenguaje financiero, hemos estado viviendo mediante consumir el capital global en forma tan imprudente que podría ocasionar la bancarrota de cualquier negocio. Necesitamos aprender cómo ahorrar y reinvertir la mayor parte de la riqueza que estamos consumiendo o despilfarrando en la actualidad, de manera que nuestros hijos y descendientes puedan tener una vida razonable. El fundamento ético de este principio difícilmente podría ser más claro. Desafortunadamente, las nociones convencionales de valor, capital, inversión y riqueza no son útiles en esta tarea. Los almacenamientos más importantes de valor futuro incluyen: (i) suelo fértil con un alto contenido de humus (ii) sistemas de vegetación perenne, especialmente árboles que proporcionan alimento y otros recursos útiles (iii) masas y estanques de agua y (iv) construcciones solares pasivas. El proverbio «Recoge el heno mientras brille el sol» nos recuerda que tenemos tiempo limitado para captar y almacenar energía antes de que se disipe la abundancia estacional o cíclica. Principio 3: Obtener un beneficio El principio anterior enfoca nuestra atención en la necesidad de usar la riqueza existente para hacer inversiones a largo plazo en capital natural. Pero no tiene sentido que se intente plantar un bosque para los nietos si no se tiene lo suficiente para comer hoy. Este principio nos recuerda que debemos diseñar cualquier sistema que proporcione autosuficiencia a todo nivel (incluidos nosotros mismos), mediante usar de modo efectivo la energía captada y almacenada con el fin de mantener el sistema y captar más energía. En términos más generales, la flexibilidad y la creatividad para encontrar nuevas maneras de obtener un beneficio serán decisivas en la transición del crecimiento al descenso energético. Sin productos inmediatos y verdaderamente útiles, cualquier cosa que diseñemos y desarrollemos tenderá a marchitarse, mientras proliferarán los elementos que sí generan cosecha inmediata. Si lo atribuimos a la naturaleza, a las fuerzas del mercado o a la avidez humana, los sistemas que más efectivamente obtienen un producto, y lo usan de la manera más efectiva para satisfacer las necesidades de supervivencia, tienden a prevalecer sobre otras alternativas. Principio 4: Aplicar la autorregulación y aceptar la retroalimentación La hipótesis Gaia, que sostiene que la Tierra es un sistema autorregulado, análogo a un organismo vivo, hace de la Tierra Entera una imagen apropiada para representar este principio. La evidencia científica de la notable homeostasis de la Tierra durante cientos de millones de años destaca a la Tierra como un sistema integral, autorregulado que estimuló la evolución y que nutre la continuidad de sus formas de vida y subsistemas que la constituyen. Las economías globalizadas de hoy contribuyen a una mayor inestabilidad, y sus efectos se vierten en todo el mundo. Reconstruir la autonomía, tanto a nivel de los elementos como del sistema, incrementa la adaptabilidad. En el mundo del descenso energético, la autosuficiencia será cada vez más valorada como la capacidad de enfrentar la fuerte y continua disminución de los recursos que reducen las economías especializadas y a escala. Principio 5: Usar y valorar los servicios y recursos renovables Los recursos renovables son aquéllos que se renuevan y reemplazan mediante procesos naturales dentro de períodos razonables, sin necesidad de grandes aportes no renovables. En el lenguaje de los negocios, los recursos renovables podrían considerarse las fuentes de ingresos, mientras los no renovables serían los activos de capital. En cualquier lenguaje, resulta insostenible que gastemos nuestros activos de capital para la vida diaria. El diseño de la permacultura debería aspirar a hacer un uso óptimo de los recursos naturales renovables para manejar y mantener los productos, incluso si se necesita hacer algún uso de recursos no renovables al establecer los sistemas. El proverbio «Deja que la naturaleza siga su curso» nos recuerda otro aspecto de ese principio: que la procura del control total de la naturaleza mediante el uso de recursos y tecnología no sólo es cara, sino que además puede llevar a una espiral de intervención y degradación de los sistemas y procesos biológicos, que ya representan el mejor equilibrio entre productividad y diversidad. Principio 6: No producir residuos La lombriz de tierra es un icono apropiado para este principio, porque vive del consumo de desperdicios (residuos) de plantas, y los convierte en humus que mejora el ambiente del suelo, para ella misma, para los microorganismos del suelo y para las plantas. Así, la lombriz de tierra como todos los seres vivos, forma parte de una red donde los productos de uno son el alimento o materia prima de otro. El proverbio «Sin residuos no hay carencia» nos recuerda que es fácil producir más residuos cuando hay abundancia, pero que esos residuos pueden ser la causa de posteriores privaciones. Esto es sumamente importante en un contexto del descenso energético. Las oportunidades de reducir el desperdicio, y de hecho vivir de los residuos, no tienen precedentes en la historia. Principio 7: Diseñar desde los modelos a los detalles La araña en su tela, con su diseño concéntrico y radial muestra un modelo claro aunque los detalles siempre varíen. Este problema de enfocarse en la complejidad del detalle conduce a diseñar elefantes blancos que son grandes e impresionantes pero que no funcionan. Los sistemas complejos que sí funcionan tienden a evolucionar desde los simples que funcionan, por lo que encontrar el patrón apropiado para ese diseño es más importante que entender todos los detalles de los elementos del sistema. El proverbio ?Los árboles no dejan ver el bosque?, nos recuerda que los detalles tienden a distraer nuestra conciencia de la naturaleza del sistema; cuanto más nos acercamos, menos capaces somos de comprender la imagen mayor. Principio 8: Integrar más que segregar Nuestro sesgo cultural de enfocarse en la complejidad de los detalles, tiende a ignorar la complejidad de las relaciones. Tendemos a optar por la segregación de los elementos como estrategia de diseño por omisión para reducir la complejidad de las relaciones. Esas soluciones provienen en parte de nuestro método científico reduccionista que separa los elementos para estudiarlos aisladamente. La habilidad del diseñador para crear sistemas que estén estrechamente integrados, depende de que tenga una amplia visión del rango, intrincado y guardado bajo siete llaves, de las relaciones que caracterizan a las comunidades sociales y ecológicas. A parte del diseño premeditado, necesitamos prever y dar lugar a las relaciones ecológicas y sociales efectivas que se desarrollan a partir de la auto-organización y el crecimiento. Mediante la correcta colocación de plantas, animales, movimientos de tierra y otra infraestructura es posible desarrollar un grado superior de integración y autorregulación sin necesidad del aporte humano constante en manejo correctivo. Las conexiones o relaciones entre elementos de un sistema integrado pueden variar muchísimo. Algunas pueden ser de competencia o depredación, otras de cooperación o incluso simbiosis. La permacultura da un gran énfasis en construir relaciones mutuamente beneficiosas y simbióticas. Esto se basa en dos supuestos: (i) tenemos una disposición cultural a ver y creer en relaciones depredadoras y competitivas, y a desestimar las relaciones simbióticas y cooperativas, de la naturaleza y la cultura, y (ii) las relaciones cooperativas y simbióticas pueden ser más adaptables en un futuro de disminución energética. Principio 9: Usar soluciones pequeñas y lentas Los sistemas deben diseñarse para realizar funciones a la escala más pequeña que sea práctica y energéticamente eficiente; la escala humana debería ser el criterio. A pesar de los éxitos de la tecnología apropiada e intermedia para atender las necesidades locales en los proyectos de desarrollo, la energía barata ha seguido proporcionando un subsidio a los sistemas a gran escala en las recientes décadas. El fin de la energía barata cambiará las economías a gran escala por sistemas pequeños. La movilidad y la velocidad en los países ricos han llegado a ser tan disfuncionales que los movimientos del Slow Food (comida lenta) y de las Slow Cities (ciudades lentas) están ganando mucho apoyo. El proverbio «Cuanto más alto, más dura la caída» es un recordatorio de una de las desventajas del tamaño y del crecimiento excesivos. Mientras el proverbio «Lento pero seguro» es uno de los muchos que alientan la paciencia, al tiempo que reflejan una verdad común a la naturaleza y a la sociedad. Principio 10: Usar y valorar la diversidad La gran diversidad de formas, funciones e interacciones en la naturaleza y en la humanidad son la fuente de la complejidad sistémica evolucionada. La diversidad ha de considerarse el resultado del equilibrio y la tensión en la naturaleza entre variedad y posibilidad por una parte, y productividad y energía, por otra. Ahora está ampliamente reconocido que el monocultivo es una de las principales causas de vulnerabilidad a las plagas y enfermedades, y por lo tanto, del difundido uso de químicos tóxicos y energía para controlarlas. El policultivo es una de las aplicaciones más importantes y más ampliamente reconocidas del uso de la diversidad para reducir la vulnerabilidad a las plagas, a las temporadas adversas y a las fluctuaciones del mercado. El proverbio ?No pongas todos los huevos en la misma canasta?, encarna la comprensión de sentido común acerca de que la diversidad proporciona un seguro contra los imponderables de la naturaleza y de la vida diaria. Principio 11: Usar los bordes y valorar lo marginal En el trabajo de desarrollo rural, enfocado en las cosechas de alimentos básicos, la tierra agrícola principal y los propósitos y valores claramente articulados dentro de las comunidades, frecuentemente llevan a la subvaloración, a la ignorancia y la destrucción de especies silvestres, de espacios marginales, así como también las necesidades menos visibles, de las mujeres, las personas en desventaja económica y social y de los sin tierra. En forma similar en política económica el foco de los grandes negocios y en las ciudades pujantes ignora el hecho de que estos sistemas aplican los frutos de innovaciones pasadas, y que los negocios pequeños y los lugares y sistemas menores y menos ricos son la fuente de futura innovación. El proverbio ?No pienses que estas en el buen camino solo porque hay muchas pisadas?, nos recuerda que lo más común, obvio y preferido no es necesariamente lo más significativo ni influyente. Principio 12: Usar y responder creativamente al cambio La adopción en comunidades de innovación exitosa a menudo sigue un patrón similar a la sucesión ecológica de la naturaleza. Individuos visionarios y obsesivos a menudo son pioneros en las soluciones, pero en general se requiere de líderes más influyentes y establecidos para emprender la innovación antes de que se la considere ampliamente apropiada y deseable. Algunas veces, es necesario el cambio generacional para que se adopten las ideas radicales, pero esto puede acelerarse por medio de la influencia de la educación escolar en el entorno del hogar. Por ejemplo, los niños que llevan a casa árboles que han criado en el vivero de la escuela pueden conducir al cuidado y establecimiento exitoso de valiosos y longevos árboles, que de otra manera habrían sido ignorados por los adultos. La permacultura trata de la durabilidad de los sistemas naturales vivos y de la cultura humana, pero esta durabilidad, paradójicamente, depende en gran medida de la flexibilidad y del cambio. El proverbio ?La visión no es ver las cosas como son, sino como serán? pone de relieve que comprender el cambio es mucho más que la proyección de lastendencias estadísticas. También establece un vínculo cíclico entre este último principio de diseño acerca del cambio y el primero acerca de la observación. Conclusiones Al contrario del concepto histórico de lucha contra la exposición a la contaminación, la Química Verde surge como una alternativa para aumentar la seguridad, el desempeño y la eficiencia de los productos y los procesos, en su nivel más fundamental o molecular, con especial énfasis en la reducción o la eliminación de las propiedades fisicoquímicas que representan un peligro para la salud humana y el medio ambiente. Se trata por tal motivo, de un abordaje de investigación, desarrollo e implementación de la Química y sus interfaces que prevé una continua innovación científica y tecnológica. Actualmente, es posible observar un creciente interés por parte de la industria, las universidades y demás sociedades nacionales e internacionales, por los principios de la Química Verde, la cual se presenta como una herramienta poderosa, cada vez más necesaria que apunta a prácticas sustentables, que se combinan prosperidad económica y responsabilidad social y ambiental. Referencias [1] R.Ballini, Eco-friendly synthesis of fine chemicals. Ed. J.H. Clark, Kraus, G.A., (2009), The Royal Society of Chemistry, Cambridge, England. [2] R.A., Sheldon, I. Arends y U. Hanefeld, Green Chemistry and catalysis, (2007), Wiley-VCH, Weinheim, Germany. [3] P.T. Anastas, y M.M. Kirchhoff, Accounts of Chemical Research, 35 (9), (2002) 686-694. [4] B., Trost, Science, 254 (5037) (1991), 1471-1477. 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