Dinámica de la vegetación y erosión de suelos en áreas quemadas del noreste de Chubut, Patagonia, Argentina

ROSTAGNO, C.M.

Esquel

Congreso; ECOFUEGO Segunda Reunión Patagónica y Tercera Reunión Nacional sobre Ecología y Manejo del Fuego; 2006

CIEFAP

En el noreste de la provincia de Chubut la frecuencia de fuegos accidentales se ha incrementado notablemente en los últimos 20 años. Muchos de estos incendios han ocurrido a finales de primavera y durante el verano en condiciones de fuertes vientos, altas temperaturas y baja humedad relativa del aire. Bajo estas condiciones, el fuego se propaga aún en aquellas comunidades con baja cobertura vegetal, consumiendo gran parte de la vegetación y dejando al suelo descubierto durante los meses mas ventosos y secos del año. En esta presentación se analizan los cambios en la estructura de la vegetación y la erosión de los suelos en un área quemada en enero del año 1994 y en 2 sitios de un área quemada en enero del año 2001. Para cada sitio del área quemada en al año 2001 se diferenciaron dos niveles de impacto en la vegetación (clases de severidad del fuego según la cantidad de combustible consumido), discriminados mediante el análisis de una imagen Landsat ETM y controles de campo. La cobertura de arbustos en el área quemada en el año 1994 se incrementó del 5,4% al 11% entre los años 1999 y 2005. Estos valores contrastan marcadamente con la cobertura de arbustos del área sin quemar que fue de aproximadamente el 35% en ambas fechas. La densidad de Chuquiraga avellanedae y Larrea divaricata, las dos especies arbustivas dominantes, se incrementó notablemente en ese período. La cobertura total de arbustos en los dos sitios quemados en el año 2001, para las dos severidades de fuego consideradas, varió de menos del 2% al 8%. En las zonas sin quemar la cobertura varió del 35 al 38%. La densidad de las especies arbustivas dominantes mostró una respuesta distinta a la esperada en función de la evaluación de la severidad del fuego realizada al poco tiempo de producido el incendio. De todas maneras, a excepción de  la zona menos afectada por el fuego en la comunidad dominada por Chuquiraga avellanedae y Larrea divaricata, la densidad de arbustos fue inferior en las zonas quemadas que en los respectivos controles. Igualmente la cobertura de pastos perennes y de mantillo fue mas alta en las áreas quemadas. La tasa de erosión de los suelos se incrementó significativamente durante los primeros meses posterior a los incendios. En el área quemada en 1994, la cantidad de sedimentos removidos, proveniente en casi su totalidad de los montículos, fue de  130 t ha-1.  Mas del 90% del suelo removido se produjo durante los primeros 10 días  posteriores al incendio. En el área quemada en el año 2001, la superficie afectada por las pérdidas de suelo varió de 4,8 % en la comunidad de C. avellanedae y L. divaricata  menos afectada por el fuego a 42,4  % en un área severamente afectada por el fuego, cuya vegetación original era una estepa  degradada de C. avellanedae. En cada una de estas unidades, las pérdidas brutas de suelo fueron de 3.1 y 114,1 Mg ha-1, respectivamente. La destrucción de la cubierta vegetal por el fuego acelera notablemente la tasa de erosión de los suelos durante las primeras semanas posteriores al incendio. La recuperación de la cubierta vegetal, principalmente de herbáceas, desacelera notablemente este proceso. A partir de una cobertura umbral de aproximadamente el 10%, los suelos se estabilizan y la erosión disminuye  significativamente.