CONICET | Buscador de Institutos y Recursos Humanos

Los Andes Centrales Australes, localizados entre los 36° y los 38°S, constituyen una zona de transición entre dos estilos de deformación andina neógena. En el segmento entre los ~33.5° y los ~36°S, dentro de los Andes Centrales, la deformación es principalmente compresiva y se encuentra dispersa en la zona del retroarco; en el segmento al sur de los ~38°S, donde comienzan los Andes Patagónicos, la deformación se concentra principalmente en la zona del arco volcánico y se encuentra dominada por la dinámica transpresiva del Sistema de Fallas de Liquiñe-Ofqui. La actividad tectónica neógena, en este sector austral de los Andes Centrales, dio origen a la Faja Plegada y Corrida de Guañacos (FPCG), que se desarrolla a partir del Mioceno tardío con evidencias de actividad plio-cuaternaria. Los mecanismos de deformación de esta faja plegada y corrida fueron originalmente descritos por Folguera et al. (2004), quienes plantean el desarrollo de estructuras transpresivas y transtensivas y, recientemente, Colavitto et al. (2020) realizaron una revisión y discusión del desarrollo de estas estructuras. El objetivo de este trabajo es contribuir al entendimiento de estos mecanismos de deformación en los Andes Centrales Australes a partir de la identificación de rotaciones de bloques según ejes verticales, utilizando técnicas del paleomagnetismo. El estudio paleomagnético fue realizado en dos localidades ubicadas en el sector norte de la Provincia del Neuquén, que incluyó el muestreo de 31 sitios en rocas volcánicas correspondientes a unidades del Plio-Pleistoceno (Formación Cola de Zorro) y del Pleistoceno (Formación Guañacos), analizándose un total de 279 muestras paleomagnéticas independientemente orientadas (Fig 1). Estudios de magnetismo de rocas indican que la fase magnética portadora de la remanencia es la magnetita. Sin embargo, algunas curvas termomagnéticas y algunos diagramas de desmagnetización sugieren la presencia subordinada de hematita. Esta hematita es atribuida a oxidación deutérica durante el enfriamiento de las lavas y registra la misma dirección magnética que la magnetita. Las direcciones medias registran las dos polaridades en ambas unidades muestreadas (plio-pleistocenas y pleistocenas), con una muy buena consistencia direccional intra-sitio. La Localidad 1 comprende 10 sitios de muestreo, distribuidos a lo largo de las márgenes del río Hualcupén, de los cuales se descartaron 4 en el análisis direccional por ser considerados de polaridad transicional o afectados por la remoción en masa. La dirección paleomagnética media obtenida en esta localidad es Dec: 358.9° Inc: -58.3° α95: 6.7°. A partir de su comparación con la dirección de referencia Dec: 358.3° Inc: -57.9°, se calculó una rotación horaria de 0.7° ± 10.5° (Fig. 1a). Si bien este resultado debe ser tomado con cautela debido al reducido número de sitios utilizados (N = 6), sugiere la ausencia de rotaciones tectónicas recientes en el área. La Localidad 2 se encuentra en el Sistema de Fallas Antiñir-Copahue Norte (ACFS). Comprende 21 sitios ubicados entre la Cordillera Principal y el río Neuquén, distribuidos entre los 37° y 37.5° S, de los cuales 4 fueron descartados en el análisis direccional por ser considerados de polaridad transicional. La dirección paleomagnética media obtenida en esta localidad es Dec: 10.4° Inc: -57.7° α95: 5.1°; al comparar esta dirección con la dirección de referencia, Dec: 358.3° Inc: -57.3°, se identifica una rotación horaria de 12.1° ± 7.9° en esta área (Fig. 1a). Consideramos que estos resultados son robustos y que, tanto la inclusión de dos unidades formacionales (Cola de Zorro y Guañacos) como la presencia de polaridades normales (N = 7) y reversas (N = 10), implican que la dirección paleomagnética media calculada es un fiel registro del campo dipolar, axial y geocéntrico para el Plio-Pleistoceno. Una rotación horaria de ca. 20° fue reportada por Escosteguy et al. (1999) en rocas volcánicas del Mioceno tardío de la Formación Mitrauquén, expuestas en el área de El Moncol, unos 30 km al OSO de la Localidad 2 (Fig. 1a). Aunque la incerteza estadística de este valor no ha sido reportada, el sentido y la magnitud de la rotación coinciden con los obtenidos en este trabajo en rocas del Plio-Pleistoceno. Los sitios de muestreo de la Localidad 2 se encuentran sobre un plateau basáltico que ha sido afectado por deformación tectónica desde el Neógeno hasta el Plio-Cuaternario. Los corrimientos con vergencia al este que se observan en la Fig. 1b, constituyen el núcleo de la FPCG, donde se han reportado evidencias de deformación transpresiva (Folguera et al., 2004). Si bien los sitios de muestreo aquí presentados se ubican al este de las estructuras neógenas y recientes más importantes (Fig. 1a), el plateau basáltico se encuentra disectado por valles de orientación este-oeste (e.g. ríos Lileo, Reñileuvú). Estos valles son llamativamente rectos y están distanciados, de manera bastante regular, unos 5 km entre sí. Muchos de ellos ya han sido reconocidos como lineamientos estructurales y definen una serie de bloques pseudo rectangulares y paralelos, que terminan al este en el retro-corrimiento de primer orden del río Nahueve (Fig. 1b). Este retro-corrimiento pone en contacto el volcanismo Plio-Pleistoceno con rocas volcánicas paleocenas y con el basamento del Paleozoico Tardío y Triásico. Este bloque de rocas más antiguo, y presumiblemente más rígido, provocaría un bloqueo en la propagación de las estructuras transpresivas neógenas de la FPCG. El límite oeste de los bloques no se define de manera tan clara, siendo estos lineamientos E-O afectados por varios de los corrimientos N-S y desapareciendo gradualmente. Esta configuración sugiere una estructura de tipo dominó para explicar la rotación horaria observada en la Localidad 2.