Estado actual y perspectivas de utilización de las poblaciones de camélidos silvestres: Vicuñas

PUIG, S.

Seminario; II Seminario Internacional de Camélidos Sudamericanos Domésticos; 1998

Universidad Católica de Córdoba-Diputación Foral de Bizkaia

Los camélidos sudamericanos, especialmente adaptados a los ambientes áridos y semiáridos de América del Sur, constituyeron una importante fuente de productos para los pueblos indígenas. Desplazados por nuevos sistemas productivos, no siempre adaptados a dichos ambientes, se retrajeron en abundancia y distribución hasta peligrar su supervivencia. Quedando menos de 10.000 vicuñas se iniciaron esfuerzos internacionales para recuperar sus poblaciones, enmarcados por el Convenio para Conservación y Manejo de la Vicuña, el Apéndice I de CITES y el Grupo Especialista en Camélidos Sudamericanos de UICN. Discontinuidades presupuestarias y administrativas lentificaron, si no hicieron peligrar, procesos de recuperación de poblaciones clave, retrazando el pasaje de la protección estricta al manejo para uso sustentable. El uso descontrolado del hábitat, la caza furtiva y el comercio ilegal aún amenazan a la vicuña en sectores importantes de su distribución. Los sitios con mayor calidad ambiental y las poblaciones en crecimiento están, en general, dentro de áreas protegidas. Un análisis de distribución y abundancias de cada subespecie resulta medular para el manejo, a la hora de garantizar y realzar la variabilidad genética de la vicuña. Actualmente se plantea el uso de las poblaciones recuperadas a través de la esquila de ejemplares vivos. Se advierte la importancia de minimizar el estrés por captura y esquila, que provoca cambios fisiológicos y comportamentales potencialmente perjuciales para la dinámica de la población. Las estrategias de manejo de vicuñas plantean, como requisitos básicos, respetar los límites de capacidad del ambiente, e incorporar al poblador con una activa participación en la protección, el manejo y los beneficios. La excelente calidad de la fibra de vicuña y el limitado volúmen que podría obtenerse a nivel mundial, parecen recomendar una producción de óptima terminación orientada a un mercado de alta disponibilidad económica, y como complemento la producción de tejidos artesanales, orientados al mercado local y turístico, preservando así una arraigada y calificada tradición.