Escritoras románticas en pos del reacomodamiento de la novela-espejo

MOLINA, HEBE BEATRIZ

Resistencia

Congreso; XVI Congreso Nacional de Literatura Argentina; 2011

U.N. del Nordeste

En el marco de una investigación mayor, que siguiendo el enfoque de la teoría de los polisistemas analiza el proceso de reemplazo del repertorio romántico por el realista-naturalista durante las décadas de 1870 y 1880, se examina la resistencia que los productores románticos ofrecen contra quienes los desplazan desde el centro del sistema literario-cultural hacia una función residual. La denominación “novela romántica” empieza a utilizarse a partir de la imposición del Realismo y del Naturalismo, operada desde el mercado que importa lecturas desde Europa. En las décadas anteriores, los novelistas pioneros (V.F. López, B. Mitre) han formulado explícitamente una poética de la novela como idealización o “espejo cóncavo” de la realidad, cuyo fin prioritario es educar las costumbres de la nación emergente, según una moral cristiana irrenunciable. Hacia fines del siglo XIX las escritoras (Juana Manuela Gorriti, Eduarda Mansilla de García, Josefina Pelliza de Sagasta, Lola Larrosa de Ansaldo), desde su doble condición de mujeres y de católicas, redefinen la poética explícita de la novela como un espejo –ahora– más “aplanado” o “realista” de la sociedad argentina, al tiempo que cuestionan el modelo naturalista, “espejo convexo” que desfigura la realidad e ignora lo bello. El análisis de sus metatextos descubre que, si bien las novelistas románticas postulan la misma finalidad de la novela que los realistas y los naturalistas –observar y analizar la sociedad–, difieren en cuanto al modo en que esa realidad debe ser representada en el discurso narrativo, en orden al mantenimiento de la unidad entre lo bello, lo bueno y lo verdadero.