INVESTIGADORES
MAILHE Alejandra Marta
congresos y reuniones científicas
Título:
Blanco sobre fondo negro. El ensayismo de Nina Rodrigues y Fernando Ortiz frente a la cultura afroamericana
Autor/es:
MAILHE, ALEJANDRA
Lugar:
La Plata
Reunión:
Jornada; Jornadas de inauguración del Centro de Literaturas y Literaturas Comparadas; 2006
Institución organizadora:
Centro de Literaturas y Literaturas Comparadas, UNLP
Resumen:
Esta ponencia forma parte de una investigación mayor que se propone analizar comparativamente la mirada antropológica y literaria que los intelectuales de Brasil y Cuba despliegan en los años treinta sobre las culturas populares. Una pregunta general que ganó peso en nuestro primer período de trabajo se refiere al grado de ruptura contenido en Casa-grande... y el Contrapunteo... al apartarse del folklorismo racialista de entresiglos encarnado principalmente por las producciones de Nina Rodrigues en Brasil y del primer Fernando Ortiz en Cuba. Evidentemente los ensayos de los años treinta mantienen un diálogo tenso con esos "padres fundadores". Si Casa-grande... y el Contrapunteo... parecen observar lo popular (y especialmente el elemento afroamericano) con voluntad descolonizadora, pero al mismo tiempo se basan en los textos que fundaron el objeto afrocubano y afrobrasileño en aquel momento "original", espurio, de la propia tradición antropológica, ¿cómo procesan esa deuda que al mismo tiempo exige el rechazo del sustrato ideológico medular de esos discursos fundadores? Esa pregunta espeja otra, opuesta: si pensamos en la concepción borgeana sobre el modo en que los textos modifican la experiencia de lectura al punto de convertir ciertos textos del pasado en sus propios precursores, ¿cómo leer por ejemplo las ficciones rurales de José de Alencar, o la pintura de Debret o Rugendas sobre la vida cotidiana en las casas-grandes, sin percibir allí el freyrismo en germen...? Para responder estas preguntas vale la pena explorar dos textos fundacionales de entresiglos, considerando con una mirada prospectiva los antecedentes positivistas, para reconocer puntos de contacto y diferencias entre ellos y los ensayos culturalistas del treinta. En esa dirección, nuestra exposición considera comparativamente dos textos fundadores paradójicamente pre- y antifreyreoriticianos: Los negros brujos  (1906) de Fernando Ortiz y Os africanos no Brasil (1905) de Nina Rodrigues. Nuestro trabajo advierte cómo estos ensayos fundan los estudios afroamericanos creando una sólida red de citas recíprocas que consolidan las semejanzas culturales entre Cuba y el nordeste brasileño. Pero mientras Os africanos... se cierra sobre el propio contexto nacional, Los negros brujos apunta a la fundación de una unidad regional (el Caribe) y continental, como espacios racial, histórica y culturalmente homogéneos. A la vez, en ambos textos emerge la concepción del mundo negro en América a partir de la comparación constante con el origen africano. Desde entonces se irá repitiendo el gesto de percibir lo afroamericano por remisión a Africa como esencia original (y en ese sentido, Ainsi parla l'oncle de Jean Price-Mars será un ejemplo paradigmático). Tanto en Ortiz como en Nina Rodrigues Haití y las Antillas francesas adquieren una dimensión política radical, constituyendo las tierras infernales temidas por las elites dirigentes (y por los propios ensayistas). Nina Rodrigues identifica los residuos culturales que deben ser extirpados quirúrgicamente como "esse novo Haiti, refractário ao progresso e inaccesível à civilização" (p. 121), formado tanto por los antiguos quilombos como por los instersticios sociales aun "aquilombados" en el Brasil moderno; por su parte Ortiz, en la misma tesitura, advierte (citando a Texier), en un pasaje no menos demonizador, que "...más de un blanco ha sido desenterrado, roto su cráneo y comida su masa encefálica para adquirir así el negro vivo la inteligencia del blanco muerto" (p. 83). Presos en una gran paradoja, estos ensayos fundacionales registran en detalle el mundo afroamericano (convirtiendo esa cultura-otra en un espacio legítimo de conocimiento) y, al mismo tiempo, proponen la represión de esas prácticas, confiando en una progresiva desafricanización de lo popular. Policiar y coleccionar para el museo son gestos complementarios y contradictorios. Aunque sea evidente que la perspectiva de análisis de lo popular cambia en el pasaje de entresiglos a los años treinta, gracias a la quiebra del paradigma positivista y a la acumulación de conocimiento sobre ese universo cultural-otro, esa sensación de ruptura radical (que dificultaría la comprensión de la unidad de la obra de Ortiz, o la perduración de tópicos e ideologemas entre las producciones de Nina Rodrigues y Freyre) se quiebra en parte cuando el ejercicio crítico indaga en los márgenes y en las contradicciones de esas ficciones fundacionales.