INVESTIGADORES
IRIANNI Marcelino
capítulos de libros
Título:
¿Visitas inesperadas? Epidemias en la frontera de Buenos Aires en el siglo XIX"
Autor/es:
MARCELINO IRIANNI Y LUCAS BILBAO
Libro:
Volver al después del contagio. Las post-epidemias argentinas de la colonia a nuestros días
Editorial:
Clacso/Unicen
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2021; p. 181 - 226
Resumen:
Sudamérica era entonces (siglo XIX) parte del mundo, de ese mundo tan distinto al de romanos y atenienses como Tucídides, de finales de un feudalismo socavado por el comercio, de conquistadores españoles devastadores. A mediados del siglo XIX, con chimeneas de fábricas lejanas, la viruela, escarlatina, sarampión, fiebre tifoidea y cólera también eran moneda corriente en concentraciones sociales deespacios agrícola ganaderos. Con Sarmiento como presidente, alfinalizar la guerra con Paraguay comienza un trienio surcado por dos epidemias que zamarrearon el Río de la Plata: cólera y fiebre amarilla. Entre 1867 y 1871, los soldados que volvían de la selva paraguaya y los extranjeros que habían decidido probar suerte en esta parte del mundo escapando al centripetado de las fábricas, se repartieron las culpas sobre estas pestes en Buenos Aires. Los saladeros que aprovechaban el cuero para la industria europea y la carne salada de los vacunos para los últimos países esclavistas,formaron parte del problema, arrojando sus desperdicios al riachuelo en la zona de las barracas, al sur de la ciudad. Todos tenían algo de razón, aunque difícil de probar con una sanidad en formación y una justicia inexperta en la temática. Como fuera, en ámbitos donde la violencia y la muerte eran parte del paisaje cotidiano, los virus encontraban puertas abiertas,espacios donde moverse, sitios donde alojarse y arraigarse antes de ser descubiertos. Polizones en barcos y maletas, en carros y bultos, las bacterias podían ser parte de las migraciones humanas, de lostraslados de gente a pueblos del interior, de movimientos del ejército hacia alguna de las fronteras. Ello explica la falta de asociación directa entre una epidemia y el hacinamiento fabril, más allá de que en muchos casos fuesen el punto de partida. La ciudad de Buenos Aires había tenidos casos de cólera en 1818, 1832 y 1848 aislados en distintos barrios, no percibidos por el resto de lasociedad en una época de pocos periódicos y muchos analfabetos. Así, en la segunda mitad del siglo XIX, las epidemias se presentancomo visitas inesperadas de alguien -un virus-, que asegura haber estado antes pero que pocos recuerdan. Esa situación, repetida entre 1868 y 1898, no preparó el espacio para recibir una visita inoportuna, que incomodaba pronto a los moradores del hogar y como si fuese poco, se instalaba demasiado tiempo, tanto que provocaba que algunos familiares se fuesen para no volver. El país era el espejo de esas casas modestas, con pocos recursos para recibir a alguien, mucho menos una peste. En épocas de más tranquilidad que bonanza-en el caso argentino entre guerras civiles o con países vecinos-, los gobiernos construían edificios discutidamente indispensables, ensanchaban calles, emprendían obras de agua o alumbrado, hacían plazas y estatuas, armaban a las fuerzas del orden. Momentos derecursos escasos, proyectos para sociedades sanas, fe en que el medioambiente no sacudiría el paisaje con una inundación, una seca, un tornado y menos, una epidemia.