Los pensamientos sin contenido son vacíos; las intuiciones sin conceptos…¡también! Objeto y realidad en la filosofía de Hegel

FERREIRO, HÉCTOR

Buenos Aires

Jornada; II Jornadas del Grupo de Estudios Hegelianos; 2023

Universidad de Buenos Aires

Para Kant, tal como reza el famoso dictum de la Introducción a la Lógica Trascendental de la Crítica de la Razón Pura, “los pensamientos sin contenido son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas (KrV, A 51/B 75). Esta curiosa formulación –caracterizar a un pensamiento sin contenido como vacío no parece ser más que una mera tautología– habría estado dirigida contra la concepción de los conceptos de autores como Wolff y Baumgarten, quienes consideraban como vacíos tan sólo a los conceptos cuyo contenido es contradictorio o imposible –por ejemplo, el de círculo cuadrado–, es decir, en otros términos, a conceptos que no son verdaderos conceptos, que son pseudo-conceptos (Caimi 2005, 141–4). Según estos pensadores, los conceptos cuyo contenido es posible no son, por el contrario, vacíos: el contenido de los mismos está constituido justamente por las notas que definen como tal a ese contenido. Para Kant, en cambio, también los conceptos de contenidos posibles son vacíos, pues tomados como tales no producen conocimiento (Erkenntnis) de ningún objeto real; para ello necesitan siempre de una intuición sensible. La contracara de esta presunta deficiencia cognitiva de los conceptos es la atribución a la intuición sensible del privilegio epistémico de poner en contacto con el mundo real al contenido determinado –pero aun así vacío de realidad– de los conceptos. Hegel disputa que, a diferencia del contenido de los conceptos, el contenido de la intuición sensible contenga más que tan sólo su propio contenido determinado; éste no es, en rigor, menos “vacío” que aquél. Pero si tanto los conceptos como las intuiciones son vacías, ¿cómo y cuándo entra el sujeto en contacto con el mundo real? A ojos de Hegel, semejante planteo descansa en una falacia: que los conceptos sean vacíos y las intuiciones lo sean también no implica que la totalidad formada por ambos sea ella misma vacía. En efecto, que cada cosa del universo sea contingente no significa que el universo como totalidad de las cosas contingentes sea él mismo también contingente. La referencia de los contenidos al mundo real resulta para Hegel justamente del sistema coherente que media entre sí a todos los contenidos determinados; desde esta totalidad que se singulariza a sí misma en cada caso en un objeto es como tanto los conceptos como las intuiciones reciben su referencia a la realidad.