“Cuerpo y política. Notas sobre la pertinencia de una lectura feminista en el campo de la filosofía política”

CIRIZA, ALEJANDRA

Córdoba

Congreso; VII Congreso Nacional de Ciencia Política de la SAAP; 2005

Sociedad Argentina de Análisis Político

Cuerpo y política. Notas sobre la pertinencia de una lectura feminista en el campo de la filosofía política Alejandra Ciriza§ Quisiera iniciar este trabajo tomando como  punto de partida una reflexión de Virginia Woolf. Lo hago por una serie de razones, en primer lugar porque supongo que tener la oportunidad de “inaugurar” una mesa sobre género  en un Congreso de la Sociedad Argentina de Análisis Político habla de nosotras,  no sólo de quienes estamos aquí hoy, sino de una larga genealogía de mujeres y feministas que debatieron y transformaron tanto el mundo académico como el mundo de la política para que esto hoy fuera posible. En la mayoría de los casos, sujetas llamadas mujeres y mujeres biológicas. Quisiera por ello agradecerles a ellas y a las y los organizadores de esta mesa la posibilidad de intervenir.             Decía de mi intención de iniciar lo que imagino como  un diálogo entre nosotras y nosotros con unas palabras  que Virginia Woolf pronunciara durante una conferencia sobre mujeres y literatura en 1928. El texto  fue luego conocido como Una habitación propia: “…cuando un tema se presta mucho a controversia -y cualquier cuestión relativa a los sexos es de ese tipo- uno (a)  no puede esperar decir la verdad.  Sólo puede explicar cómo llegó a profesar tal o cual…  opinión” (Virginia Woolf, 1984 [1928]:9).             Me permitiré decir punto de vista, en lugar de opinión, e intentaré explicar cómo es que llegué a sostener que la cuestión de las relaciones sobre cuerpo y política constituye un punto de conflicto teórico y político en el campo de la filosofía política,  uno de los puntos de tensión conceptual en torno de los cuales se juegan apuestas relevantes, por parafrasear a Bourdieu;  uno de los asuntos que, bajo las condiciones actuales de la filosofía y las ciencias sociales resultan de la puesta en cuestión de lo que Immanuel Wallerstein ha llamado el parroquialismo de las tradiciones heredadas tanto en lo referido a la cultura humanística, de la cual provengo, como en lo referido a esa “tercera cultura”, la de las ciencias sociales (Wallerstein, 1996: 53-66). § Investigadora  Independiente del CONICET, Unidad  Sociedad Política y Género, INCIHUSA CRICYT Mendoza – Docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina