INVESTIGADORES
BELLOSI Eduardo Sergio
congresos y reuniones científicas
Título:
Evolucion de la icnofauna terrestre en la Patagonia central II: el Grupo Río Chico desde el K-T hasta hasta la explosión del Eoceno medio.
Autor/es:
KRAUSE, J. M., E. BELLOSI Y J. GENISE
Lugar:
Ushuaia
Reunión:
Congreso; 5ª Reunion Argentina de Icnología y 3ª Reunión Icnología del Mercosur. Res. p. 38.; 2007
Institución organizadora:
CADIC-conicet
Resumen:
El estudio icnológico del Grupo Río Chico (GRCh) (Paleoceno superior-Eoceno medio), actualmente en desarrollo, muestra una icnofauna definida hasta el momento por pocas pero significativas trazas fósiles. La misma se sitúa temporalmente entre icnofaunas más diversas. Mientras que unidades cretácicas de la Patagonia Central presentan paleosuelos dominados por trazas de decápodos, unidades suprayacentes se caracterizan por una diversa icnofauna de insectos entre la que se destacan abundantes bolas de cría de escarabajos. La situación intermedia le asigna al GRCh notable relevancia para interpretar la evolución de la icnofauna terrestre cretácico-miocena, más aun considerando su relación con el óptimo climático Paleoceno-Eoceno. Las trazas fósiles registradas hasta el momento son: Eatonichnus claronensis, un nuevo icnogénero, coprolitos, y algunas excavaciones por ahora indeterminadas. La primera estructura, descripta originalmente para la Formación Claron (USA) y adjudicada a escarabajos coprófagos, ha sido citada para la Formación Peñas Coloradas en los alrededores del Pico Salamanca. Dada la ausencia de Coprinisphaera en el GRCh, la presencia de Eatonichnus posiblemente refleje alguna estrategia etológica de los coprófagos, anterior a la construcción de bolas o cilindros de cría. De allí su valor para la interpretación de la evolución del comportamiento del grupo. El nuevo icnogénero, registrado en la Formación Koluel-Kaike aflorante en la localidad Las Flores, consiste en partes basales de cámaras de alimentación de ninfas de cigarras. La causa de la preservación de la base de la cámara se debe a las abundantes excreciones anales de estos organismos. Su origen vinculado íntimamente a la dieta del productor, evidencia la presencia de suelos con abundantes raíces, también preservadas en los restos de cámaras. Esta traza fósil ocurre en Entisoles ándicos intercalados con Ultisoles, formados en ambientes boscosos tropicales-subtropicales. La icnofauna del GrRCh no sólo se restringe a organismos colonizadores de suelos. Coprolitos de vertebrados carnívoros han sido registrados en la parte media-superior  de la unidad de estudio (Formación Las Flores?) al SE del Pico Salamanca. La escasa diversidad y abundancia de trazas fósiles en el GRCh podría deberse a: (1) Factores paleoambientales. El cambio en las condiciones climáticas post-cretácicas y el consecuente desarrollo de la vegetación tropical-subtropical habrían impedido que los organismos colonizadores de suelos cretácicos continuaran su predominio en el Paleoceno-Eoceno medio, a la vez que habría resultado adversa para los que se instalaron con posterioridad. En cambio se habría favorecido la presencia de insectos como las cigarras, elementos conspicuos de bosques subtropicales actuales; (2) Factores diagenéticos post-soterramiento. Se considera que al menos en la parte superior del GRCh donde abundan los paleosuelos, el alto grado de silicificación podría haber sido desfavorable para la preservación de trazas, o bien para la meteorización diferencial que permite su reconocimiento en el campo. El estudio icnológico del Grupo Río Chico (GRCh) (Paleoceno superior-Eoceno medio), actualmente en desarrollo, muestra una icnofauna definida hasta el momento por pocas pero significativas trazas fósiles. La misma se sitúa temporalmente entre icnofaunas más diversas. Mientras que unidades cretácicas de la Patagonia Central presentan paleosuelos dominados por trazas de decápodos, unidades suprayacentes se caracterizan por una diversa icnofauna de insectos entre la que se destacan abundantes bolas de cría de escarabajos. La situación intermedia le asigna al GRCh notable relevancia para interpretar la evolución de la icnofauna terrestre cretácico-miocena, más aun considerando su relación con el óptimo climático Paleoceno-Eoceno. Las trazas fósiles registradas hasta el momento son: Eatonichnus claronensis, un nuevo icnogénero, coprolitos, y algunas excavaciones por ahora indeterminadas. La primera estructura, descripta originalmente para la Formación Claron (USA) y adjudicada a escarabajos coprófagos, ha sido citada para la Formación Peñas Coloradas en los alrededores del Pico Salamanca. Dada la ausencia de Coprinisphaera en el GRCh, la presencia de Eatonichnus posiblemente refleje alguna estrategia etológica de los coprófagos, anterior a la construcción de bolas o cilindros de cría. De allí su valor para la interpretación de la evolución del comportamiento del grupo. El nuevo icnogénero, registrado en la Formación Koluel-Kaike aflorante en la localidad Las Flores, consiste en partes basales de cámaras de alimentación de ninfas de cigarras. La causa de la preservación de la base de la cámara se debe a las abundantes excreciones anales de estos organismos. Su origen vinculado íntimamente a la dieta del productor, evidencia la presencia de suelos con abundantes raíces, también preservadas en los restos de cámaras. Esta traza fósil ocurre en Entisoles ándicos intercalados con Ultisoles, formados en ambientes boscosos tropicales-subtropicales. La icnofauna del GrRCh no sólo se restringe a organismos colonizadores de suelos. Coprolitos de vertebrados carnívoros han sido registrados en la parte media-superior  de la unidad de estudio (Formación Las Flores?) al SE del Pico Salamanca. La escasa diversidad y abundancia de trazas fósiles en el GRCh podría deberse a: (1) Factores paleoambientales. El cambio en las condiciones climáticas post-cretácicas y el consecuente desarrollo de la vegetación tropical-subtropical habrían impedido que los organismos colonizadores de suelos cretácicos continuaran su predominio en el Paleoceno-Eoceno medio, a la vez que habría resultado adversa para los que se instalaron con posterioridad. En cambio se habría favorecido la presencia de insectos como las cigarras, elementos conspicuos de bosques subtropicales actuales; (2) Factores diagenéticos post-soterramiento. Se considera que al menos en la parte superior del GRCh donde abundan los paleosuelos, el alto grado de silicificación podría haber sido desfavorable para la preservación de trazas, o bien para la meteorización diferencial que permite su reconocimiento en el campo.