INVESTIGADORES
ASTINI Ricardo Alfredo
congresos y reuniones científicas
Título:
¿Qué tan profundos fueron los lagos triásicos de la cuenca de Cuyo? Modelo alternativo de lagos extremadamente someros.
Autor/es:
ASTINI R.A.; GOMEZ, F.J.
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; XIX Congreso Geológico Argentino; 2014
Institución organizadora:
Asociación Geológica Argentina
Resumen:
Las sucesiones de sinrift triásicas de la cuenca de Cuyo han sido clásicamente consideradas como originadas por etapas de extensión que permitieron el desarrollo de sistemas lacustres relativamente profundos, comparables con los actuales lagos de los rifts africanos. Estudios preliminares fueron realizados en los asomos de la terminación norte de la faja occidental de afloramientos, en el Cerro Puntudo (CP), y en Santa Clara (SC), ambos depocentros ubicados en la región de Precordillera. En ambos casos las series, con que respectivamente culminan el sinrift I y II, se depositaron en sistemas lacustres extremadamente someros. Condiciones de acomodación relativamente balanceadas por el suministro, permiten suponer que las diferencias litológicas y sedimentológicas habrían estado controladas por el factor climatico que influyó en la hidroquímica del sistema. La etapa sinrift 1 representada mejor en los asomos del extremo norte (CP) comprende casi 50 m de una alternancia de facies lacustres-palustres, de ríos efímeros y derrames, dominadas por etapas de exposición subaérea y pedogénesis en sustratos mixtos carbonáticos-silicoclásticos-volcaniclásticos. Las facies carbonáticas allí representadas constituyen cuerpos tabulares delgados a medianos que en ocasiones forman bancos con continuidad lateral del orden de centenares de metros y muestran evidencias de no haber superado escasos decímetros de profundidad, siendo las facies oncolíticas las de mayor profundidad. Aun así, éstas son afectadas en su tope y perturbadas por desecación periódica, pedogénesis y calcretización. Asimismo, son comunes facies peloidales-micríticas y estromatolíticas laminadas a sutilmente onduladas, de colores grises medios a oscuros que han retenido en su microporosidad, altos contenidos de gas. Todas las calizas muestran una clara superposición de efectos de exposición subaérea que generan sobreimposición de brechamiento, kastificación-disolución, pedogénesis y alteración progresiva (fábricas de calcretes tipo-beta). Es común observar además efectos vadosos como porosidad fenestral y cavernosa asociada con disolución y reprecipitación parcial en cavidades (silt vadoso y estructuras geopetales). Asimismo se documentan efectos derivados de la influencia freática como precipitación de sales, particularmente yeso nodular y enterolítico que ha sido reemplazado por carbonatos que preservan las fábricas originales a manera de pseudomorfos. Asimismo, en el tope de las calizas estromatolíticas son frecuentes las estructuras poligonizadas y los tepees, indicando etapas de desecación y precipitación evaporítica en condiciones de aridez. Los intervalos clásticos y de tobas intercalados también han sido afectados por pedogénesis y calcretización, resultando de ello las texturas tipo alfa y los patrones moteados, asociados a fenómenos de oxido-reducción ocasionados por la fluctuación del nivel freático. Los intervalos detríticos representan etapas de pasaje (by-pass) asociadas a caídas relativas del nivel de base con exposición y erosión o alternativamente a etapas húmedas con mayor influjo clástico, mientras que las tobas que habrían producido sofocación momentánea de la productividad carbonática, son producto de episodios de caída de cenizas y su retrabajo, dada su coetaneidad con el volcanismo ácido de la provincia ácida Choiyoi. Los depósitos lacustres de la etapa sinrift 2, mejor desarrollados en el depocentro de Santa Clara, están representados por depósitos de ?pelitas negras? en ciclos de entre 5 y 8 m de espesor intercalados entre paquetes de areniscas tabulares delgadas, medianas y gruesas, de color amarillento, internamente laminadas y con frecuentes estructuras de carga y deformación. Hacia el tope esta serie incrementa notablemente su contenido tobaceo, desarrollando tonalidades amarillento-blanquecinas y a veces verdosas y moradas. En detalle, los intervalos de ?pelitas negras? son finamente laminados y carecen de abundante bioturbación, estando sistemáticamente afectadas por grietas de contracción. Si bien las mismas presentan un espaciado variable (centimétrico a decimétrico en general) y escasa penetración (en general algunos milímetros a centímetros como máximo), en ocasiones desarrollan patrones de superposición y cubren la totalidad de los planos de estratificación expuestos. Estos patrones se desarrollan dentro de la facies finamente laminada (?pelitas negras?) caracterizadas por la alternancia de láminas muy delgadas, relativamente limosas, microcrenuladas, sin reacción calcárea y de color marrón que permiten su partición en lajas delgadas. Los planos de partición sistemáticamente muestran los patrones de agrietamiento que alternativamente indican desecación momentánea o sinéresis desarrollada bajo lámina de agua. A pesar de las buenas evidencias de exposición parcial, su color es llamativamente gris oscuro a negro y al romperse poseen un fuerte olor fétido. Asimismo, en algunos planos de partición se encuentran rastros de petróleo seco. Interpretaciones previas han caracterizado a estos depósitos con elevados tenores de materia orgánica (MO) como depósitos de ambientes lacustres relativamente profundos, generados en cuerpos de agua estratificados con desarrollo de anoxia persistente en el fondo (lagos meromícticos), que permitieron la acumulación y buena preservación de la MO, habiendo constituido intervalos generadores.