INVESTIGADORES
ASTINI Ricardo Alfredo
congresos y reuniones científicas
Título:
Depósitos volcánicos con texturas esferulíticas y litofisas de posible edad ordovícica en la cordillera catamarqueña
Autor/es:
MARTINA, F; ASTINI, R.A.
Lugar:
San Luis
Reunión:
Congreso; X Reunión Argentina de Sedimentología; 2004
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Sedimentología
Resumen:
En la Cordillera catamarqueña, al norte del paraje Cazadero Grande, aflora un conjunto de rocas volcano-sedimentarias ácidas apoyadas en no concordancia sobre un basamento de edad desconocida (Mpodozis et al., 1997; Hongn y Mon, 1999) que no han sido estudiadas en detalle. En esta contribución se presenta una descripción preliminar sobre la base del estudio de una sección ubicada en 27º19’53,6”S, 68º09’55,1”W que, tentativamente, permitiría establecer una correlación con la sucesión volcano-sedimentaria de la Formación Las Planchadas y el Grupo Cerro Morado aflorantes en el Famatina. El basamento de la región está constituido por ortogneises graníticos con biotita-muscovita, cuerpos básicas y diques pegmatíticos (Mpodozis et al., 1997). Asimismo, se intercalan mármoles y esquistos de mediano y bajo grado (Hongn y Mon, 1999). La foliación predominante es de ~60º/40ºNW. En no concordancia se apoyan las unidades volcánicas estratificadas objeto de este estudio que se disponen con 110º/45ºNE. La secuencia se inicia con una brecha polimíctica, gruesa, carente de arreglo interno y clasto soportada. Los clastos compuestos por las diversas litologías presentes en el basamento subyacente llegan a tener 0,33 m de tamaño máximo y presentan mala selección. Se disponen en una matriz microbrechosa también mal seleccionada. Esta brecha posee aproximadamente 10m de espesor y se encuentra afectada por una foliación pizarreña penetrativa. Por encima y en contacto neto se dispone un nivel de 4-7m de espesor con desarrollo de pliegues de flujo con planos axiales subparalelos a la foliación general del depósito. Este intervalo contiene abundantes litofisas esféricas y proporciones variables de esferulitas en un empaquetamiento denso. Las litofisas y esferulitas constituyen hasta el 80% de la roca y localmente se encuentran en contacto. Los agregados individuales tienen diámetros variables entre 0,5 y ~5cm, llegando excepcionalmente a los 10cm de diámetro en algunos niveles. La distribución de tamaños es relativamente homogénea por niveles. El conjunto presenta gran tenacidad, no obstante, la fábrica soldada se pierde a veces entre las litofisas y esferulitas individuales. Las litofisas son agregados de cristales fibrosos radiales nucleados alrededor de una cavidad central a diferencia de las esferulitas que carecen de dicha cavidad (Mc Arthur et al., 1998). Estas estructuras son indicativas de una alta concentración de volátiles (magmas hidratados), bajas tasas de enfriamiento y temperaturas relativamente altas (Logfren, 1971). El origen de las litofisas es muy discutido. Mientras algunos autores las consideran como una textura de devitrificación, otros las relacionan con la cristalización de la fase gaseosa. Se dan comúnmente en magmas silíceos coherentes a altas temperaturas, y su formación se ve favorecida por la presencia de volátiles en el fundido (segunda ebullición cf., McPhie et al., 1993). El contenido de litofisas disminuye sección arriba, pasando gradualmente a lavas coherentes, fuertemente foliadas, de más 20m de potencia con el que finaliza la secuencia. Se trata de riolitas con buen desarrollo de texturas de flujo (foliación milimétrica), dispuesta en forma subparalela al borde de las capas y definida por la alternancia de capas claras y oscuras asociadas a una cizalla penetrativa producida posiblemente por flujo. En la transición hacia al intervalo foliado las líneas de flujo envuelven a las litofisas. Entre las bandas claras resaltan porfiroclastos de cuarzo y feldespatos subredondeados y parcialmente rotados. También se reconocen alineamientos de estructuras esferulíticas inferiores al milímetro que constituyen parte del bandeado interno. El conjunto de las lavas foliadas presenta asimismo, niveles con ondulaciones o pliegues abiertos producto de flujo. La sucesión descripta representaría efuciones riolíticas desarrolladas sobre un sustrato complejo, donde la brecha basal podría, alternativamente, corresponder a depósitos epiclásticos locales sin mayor retrabajo incorporados en la base de la colada, o bien, tratarse de brechas originadas por cizalla inducida por el flujo lávico en contraste con el sustrato frío. El nivel intermedio con abundantes litofisas y esferulitas correspodería a la etapa de cristalizacion esferulítica (sensu Logfren, 1971) y el tope de la secuencia, constituido por las lavas foliadas sería el núcleo de una colada, como lo sugiere el apretado bandeado subparalelo. La inflexión de las líneas de flujo alrededor de litofisas dentro del intervalo de transición implica que las estructuras esferulíticas se habrían formado con antelación al cese del flujo. Por el momento, no existe ninguna evidencia que indique que el volcanismo se haya producido en condiciones subacueas o en contacto con un sustrato húmedo (e.g., peperitas, cf. Coira y Perez, 2002). A pesar que no se reconocieron rocas volcánicas fragmentales intercaladas, ni presencia de episodios epiclásticos o demostrablemente marinos, una asociación similar ha sido descripta por Astini y Dávila (2002) para el Grupo Cerro Morado, yacente en localidades del Famatina central. En esta localidad los depósitos ricos en litofisas suprayacen a ignimbritas con intercalaciones de cuñas clásticas marinas de probada edad ordovícica. Similares depósitos han sido recientemente reconocidos dentro de la Formación Las Planchadas, en las cercanías del puesto Chaschuil, en la sierra de las Planchadas. Esto permitiría establecer una correlación sobre la base de similitudes litológicas que por el momento constituye la evidencia más fuerte para suponer una edad Ordovícica.