INVESTIGADORES
ASCOLANI Adrian
congresos y reuniones científicas
Título:
"Los gobiernos radicales santafesinos ante las tensiones de la democracia creciente y la defensa del orden social (1912-1930)"
Autor/es:
ASCOLANI, ADRIÁN
Lugar:
Santa Fe
Reunión:
Conferencia; Ciclo Santa Fe, política y sociedad, nuestros gobernadores 1870-1940; 2005
Institución organizadora:
Museo Histórico Provincial de Santa Fe
Resumen:
La primera experiencia de sufragio universal, secreto y obligatorio, realizada en la provincia de Santa Fe en 1912 marca el inicio de un vínculo diferente entre el Estado y los diferentes actores sociales, con respecto a los gobiernos provinciales anteriores. El gobernador electo Manuel Menchaca inició su administración con un programa de intensas reformas y  también mostró su interés en modificar las situaciones desventajosas para los agricultores, presa de un sistema productivo rentista y manejado por los grandes empresarios rurales. Su sucesor, Rodolfo Lehemann, inició su gobierno en el preciso momento que se volvía más aguda la crisis productiva y comercial de la agricultura, y cuando acabó la crisis le tocó sobrellevar la explosión sindical que desde las ciudades de Rosario y Santa Fe se irradió al campo con una intensidad inusitada, y pocas veces repetida. El desorden social precipitó la renuncia de Leheman y su reemplazo temporal por el presidente del Senado, Juan Cepeda quien aplicó una estrategia policial preventiva, y represiva sobre los lideres sindicales, que resultó efectiva en su intento de pacificar los momentos álgidos de la insurgencia obrera, en el verano de 1919. Luego del gobierno interino de Juan Cepeda,  las elecciones provinciales llevaron al poder a Enrique M. Mosca, lo cual implicaba una relación más directa de la gobernación con el Presidente Hipólito Irigoyen y un vínculo con la Doctrina Social de la Iglesia Católica. Desde 1922 a 1928 no hubo en ninguna de las provincias cerealeras actividades sindicales intensas que reclamaran una intervención especial del Estado. La coyuntura económica favorable, a pesar de estar ya iniciada la crisis internacional de los precios del cereal, alentó una política de obras públicas respetable. Su sucesor, fue el médico Pedro Gómez Cello, tuvo que actuar en medio de la acción desestabilizadora de otros grupos radicales y del empresariado rural que vio afectado sus intereses al resurgir las grandes huelgas rurales de fines de 1928. De aquí en más, hasta el golpe militar de 1930, el gobierno de Gómez Cello perdió capacidad de decisión y adoptó inevitablemente un perfil discreto para continuar su mandato.