INVESTIGADORES
ASCOLANI Adrian
capítulos de libros
Título:
La identidad de los obreros rurales pampeanos: representaciones y controversias entre socialistas, anarquistas y sindicalistas (1918-1928)
Autor/es:
ASCOLANI, ADRIÁN
Libro:
Territorio, poder e identidad en el agro argentino
Editorial:
Imago Mundi
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2010; p. 171 - 184
Resumen:
El movimiento obrero rural nació tardíamente con respecto al urbano, y fue desprendimiento de éste, no obstante siempre existió alguno grado de autonomía resultante del carácter local de las organizaciones de base. Si bien se conformó una dirigencia sindical genuina en numerosas pequeñas ciudades y villas de las áreas predominantemente cerealera de la región pampeana y mesopotámica, los activistas que la conectaban con las centrales sindicales mantuvieron vivos los conflictos ideológicos y facciosos en los que estuvieron envueltas sus federaciones. El Partido Socialista, la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) IX Congreso, sindicalista revolucionaria, y su adversaria, la FORA V Congreso, anarco sindicalista, corrieron una verdadera carrera para captar las voluntades de esos obreros y sus sindicatos. Con este propósito estratégico, y a la vez como parte de sus propias representaciones, elaboraron diferentes representaciones sobre el dramatismo de la vida proletaria en el campo. En este artículo, nos abocamos a reconstruir esas representaciones, tensiones y antagonismos, utilizando fuentes periodísticas y documentos internos de las organizaciones gremiales o ideológicas. El clasismo de tal movimiento impidió el desarrollo de un agrarismo policlasista en el sector asalariado, siendo muy pocas las excepciones locales, habitualmente asociadas a la acción de socialistas. El faccionalismo fue incluso constitutivo de tal clasismo. La redención ideológica era entendida por todos como una posibilidad, por eso la disputa por la hegemonía no sólo implicó la continua creación de sindicatos propios, sino también la atracción de los ajenos. Las disputas y odios impidieron la consolidación de un movimiento obrero rural unificado, con la fortaleza necesaria para afianzar los derechos laborales que se conquistaban con acciones directas. La retórica sostenida por sindicalistas revolucionarios y anarquistas aludía a una revolución social que nunca tuvo visos de ser una posibilidad concreta, pero marcó el tipo de relación que cada una de las fuerzas sindicales tuvo con el empresariado.