IGEVET   21075
INSTITUTO DE GENETICA VETERINARIA "ING. FERNANDO NOEL DULOUT"
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
EFECTOS NO CENTRADOS DE LA RADIOTERAPIA
Autor/es:
ALBA GÜERCI
Lugar:
La Plata
Reunión:
Jornada; Jornada para Técnicos, Licenciados y Estudiantes de Radiología; 2017
Institución organizadora:
Asociacion de Técnicos y Licenciados en Radiología La Plata
Resumen:
Si bien la terapia radiante se imparte como tratamiento ?local? sus efectos sistémicos han sido reportados como fenómenos conocidos. La fatiga, la anorexia y la pérdida de peso son efectos comunes observados en los pacientes durante la práctica clínica rutinaria. No obstante, la respuesta más singular puede ser la regresión tumoral en sitios distantes del volumen irradiado, conocida como efecto abscopal, y que también puede aplicar a efectos en el tejido normal alejado del sitio de tratamiento. La implicancia de este efecto tanto para la práctica clínica actual como para futuras estrategias terapéuticas es una curiosidad médica, en tanto aún no se ha establecido un modelo unificador de sus mecanismos.La historia de la regresión espontánea de tumores se remonta a la de un joven sacerdote con un gran tumor óseo, pero que murió sano y longevo presuntamente por intensa oración y que en anecdótica llevó a denominar a estos tumores San Peregrino. Hacia los 90 se reportan varios casos similares, siendo los tumores más involucrados los renales, de mama, linfoma y leucemia, neuroblastoma y melanoma. Se han sugerido una variedad de elementos que podrían influir en esta respuesta, incluidos factores inmunológicos, hormonales, psicológicos, la necrosis tumoral y factores epigenéticos. Es probable que los mismos estén estrechamente vinculados. La sincronización del efecto después de la administración de radioterapia (RT) proporciona pruebas convincentes de su papel causal en el fenómeno. Podría deberse a una respuesta humoral adaptativa, que se explica más que por un efecto celular directo, por una cascada de respuestas antitumorales, potentes e importantes y capaces de regular un efecto sostenido. La teoría que la RT puede inducir inflamación local y posteriormente activación de células T dirigidas al tumor, es una buena explicación de este efecto. Se propone que la liberación de citoquinas inflamatorias que median efectos agudos y tardíos, tiene propiedades tumoricida e inhibe el crecimiento tumoral. Además, la RT mejoraría el reconocimiento y eliminación del tumor por el sistema inmune, no sólo en el sitio irradiado sino a distancia: modificando la superficie de células tumorales y promoviendo el cebado y activación de Linfocitos T antitumorales.En otro sentido, también se han observado efectos en el tejido normal distante al tratamiento, luego de la irradiación del intestino (náuseas, anorexia, vómitos) o tratamiento craneal (fatiga, somnolencia). Nuevamente citoquinas y factores clastogénicos, actuarían como mensajeros para órganos alejados del campo irradiado y podrían actuar en la activación o aparición de metástasis distales. Irónicamente, los mecanismos atribuidos al Abscopal anti-tumoral, la inflamación crónica y el estrés oxidativo conducirían a inestabilidad genómica (IG) y carcinogénesis secundaria en el tejido sano.El resultado del efecto abscopal podría estar relacionado con el daño genético basal de las células y las vías que determinan la respuesta al mismo. Los tejidos con mayor daño genómico (tumores) son más susceptibles a la muerte celular por lesiones adicionales, mientras que los tejidos normales pueden serlo más al daño sub-letal, IG subsecuente y potencial carcinogénesis.En cuanto a las dosis, mientras que las ablativas tienen mayor potencial inmune tumoricida, valores menores a 0,5 Gy no llegan a inducir muerte y estresan las células creando un ambiente de inflamación crónica con células inmunes activadas, liberación de citoquinas y radicales libres, que causan eventos genotóxicos y aumentan la probabilidad de tumores secundarios fuera del campo de tratamiento. En resumen, si bien la radioterapia suele considerarse como una modalidad de tratamiento oncológico local, la evidencia clínica de efectos de mayor alcance hace que esta simplicidad conceptual sea engañosa. Es necesaria una comprensión más acabada de estos mecanismos multifactoriales y complejos, para poder considerarlos en las actuales estrategias de terapias combinadas. Las tecnologías emergentes del Siglo XXI junto al avance del conocimiento en el área molecular y celular, van conduciendo el amalgamiento de las diferentes modalidades terapéuticas en virtud de lograr el manejo integral, óptimo y deseable del paciente oncológico. El enfoque sistémico se va imponiendo cada vez más a la ya legendaria Teoría del Target.