IMASL   20939
INSTITUTO DE MATEMATICA APLICADA DE SAN LUIS "PROF. EZIO MARCHI"
Unidad Ejecutora - UE
artículos
Título:
Estructura espacial de remanentes de bosque nativo en el Chaco Seco y el Espinal
Autor/es:
BALDI, GERMÁN; MUÑOZ GARACHANA, DIEGO; ARAGÓN, ROXANA
Revista:
ECOLOGÍA AUSTRAL
Editorial:
ASOCIACIÓN ARGENTINA DE ECOLOGÍA
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2018 vol. 28 p. 553 - 564
ISSN:
0327-5477
Resumen:
El vasto territorio del Chaco Seco y el Espinal se consolida como uno de los centros globales de producción de granos y carne. Tanto por distintas normas legales, limitaciones productivas, o causas culturales, el bosque nativo se preserva en grandes porciones y numerosos pequeños fragmentos inmersos en la matriz agrícola (en lo subsiguiente, "remanentes"). Estos remanentes suelen pasar desapercibidos para la comunidad científica y los tomadores de decisiones, quedando al margen de la planificación territorial y de acciones de conservación. En este trabajo describimos la estructura espacial de los remanentes, y generamos un esquema de clasificación que permite identificar distintos tipos según sus propiedades espaciales. Siguiendo una estrategia de clasificación basada en objetos, cartografiamos ~22,000 remanentes en ocho áreas focales (AF) dispersas en el territorio usando imágenes satelitales CBERS-2B. Mediante índices espaciales, estos remanentes de tamaños, formas, y niveles de aislamiento variables, fueron categorizados en cinco clases, desde "isletas" hasta "bloques compactos". La superficie de remanentes resultó mayor en el Chaco Seco que en el Espinal (entre 10.1% y 19.4% en la primera región, y entre 3.1% y 7.3% en la segunda). Las diferencias en el nivel de fragmentación se amplificaron entre AF, dependiendo tanto de la superficie total de remanentes, como de la ocurrencia relativa de distintos tipos. Así, en AF San Luis la fragmentación resultó 70 superior que en AF de Anta (Salta). En este trabajo brindamos herramientas para la identificación y el monitoreo de estos remanentes, las cuales podrán ser consideradas tanto con fines productivos como de conservación. Finalmente, las acciones de manejo y conservación deben reconocer la existencia de estos fragmentos de bosques en paisajes altamente transformados por la actividad agropecuaria.