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Se trataron frutillas a 45ºC, 3h; se almacenaron a 0ºC por 0, 7 ó 14 días y luego se transfirieron a 20ºC. Se siguió durante el almacenamiento la evolución de la calidad (acidez, azúcares, ataque de patógenos, firmeza, color, antocianinas). Los frutos tratados mostraron una reducción en el ataque de patógenos, aunque recuentos de unidades formadoras de colonias mostraron que esto no se debió a un efecto directo del calor sobre la viabilidad de los conidios. Cuando se analizó la firmeza, se observó que los frutos tratados mostraron una menor tasa de ablandamiento. Estudios bioquímicos mostraron que los tratamientos térmicos redujeron la actividad de celulasa, xilosidasa, b-galactosidasa y poligalacturonasa y conservaron mayores niveles de hemicelulosa. La actividad pectin metil estearasa fue incrementada por los tratamientos térmicos de alta temperatura, así como los niveles de pectinas de pared celular unidas por puentes de calcio. Esto podría contribuir por un lado a una mejor conservación de la firmeza y por otra parte a retrasar el ataque de patógenos, que deben, en el caso de los frutos tratados, colonizar tejidos con paredes celulares más integras. En otra serie de ensayos se trataron boysenerries a 45ºC por 3 h pero este tratamiento no permitió retrasar el ablandamiento ni reducir el daño en los frutos. No obstante estos efectos si se observaron cuando los frutos se trataron a 45ºC por 1 h. Por último, los tratamientos no provocaron ni en frutillas ni en boysenberries importantes cambios en el contenido de azúcares y acidez. Los resultados de este trabajo sugieren que la utilización de tratamientos térmicos de alta temperatura en combinación con la refrigeración podría ser una estrategia de utilidad para mantener la calidad y extender la vida postcosecha de berries.

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