Murena: en busca de una dialéctica trascendental

MATTONI, SILVIO

El Pensamiento de los Confines

Universidad de Buenos Aires

Lugar: Buenos Aires; Año: 1999 p. 133 - 146

1514-044X

Resumen:  El ensayo que le da su título al libro de Murena, El pecado original de América, desarrolla la tesis ya preanunciada en la división en partes ("I. Mundo"; "II. Psiquis"; "III. Potencialidades"): dada la falla del mundo americano y sus carencias, su exclusión del sentido de la historia, se determina la "psiquis" angustiada del excluido, del despojado, que no llega a ser americano sino tras la pérdida de su imaginario origen (idiomático, cultural), todo lo cual configura un estado de negación tanto del mundo como de la "psiquis", de la conciencia determinada por ese mundo, negación que se había originado en la dialéctica irreconciliable entre mundo desertificado, ajeno a toda interpretación, y conciencia despojada, fallada. Por lo tanto, la tercera parte del texto de Murena despliega las posibilidades de superación de ese estado de cosas, que sería también una superación de la dialéctica conciencia-mundo tal como la determinara la historia europea. Potencialmente, América sería no un resto, un residuo o un exilio de Europa, sino un más allá, una superación de la relación objetiva con el mundo, una posible línea de fuga trascendental donde el objeto se convierte en otra cosa, donde la conciencia captaría el puro eidos sin reserva sustancial, o por lo menos, dado lo radicalmente indescriptible de ese improbable futuro (improbable porque no hay pruebas de ello, aunque su advenimiento sea ya pensable), donde la relación unívoca con el mundo como materia para el pensamiento, como objeto subjetivable, se transformaría en una proliferación de movilidades, en un lugar ilocalizable para que la cosa sea el emblema sin sujeto de lo que hay y la conciencia sólo un subproducto de ello, siempre diferida a partir de lo indiferenciable que la precede. Es decir que la potencia de esa superación del pensamiento objetivo, la potencia de América sería llegar a concebir, tras el desgarramiento del lenguaje histórico heredado, la determinación misma del lenguaje como pensamiento. La pregunta se volvería entonces - en lugar de: ¿por qué las cosas se llaman como se llaman? -: ¿cómo es que hay cosas en la ausencia del nombre?