INVESTIGADORES
MATTONI Silvio Luis
artículos
Título:
Baudelaire y el artificio de lo moderno
Autor/es:
MATTONI, SILVIO
Revista:
Modernidades
Editorial:
Facultad de Filosofía y HUmanidades, UNCor
Referencias:
Lugar: Córdoba; Año: 2006 p. 1 - 16
ISSN:
1850-0080
Resumen:
 El nombre de Baudelaire parece designar sin más el paradigma de una experiencia de la modernidad. Salvo que tal vez Baudelaire haya descripto el grado cero de la experiencia, el sitio de la desaparición del sujeto que la había sostenido o que todavía no pudo sostenerla. Hasta en la obra de Montaigne, donde el sujeto se afirmaba al escribirse pero todavía precedía (moralmente, al menos) a la escritura, cada acontecimiento, en cuanto común e insignificante, se volvía así la partícula de impureza en torno a la cual la experiencia condensaba su autoridad. El fundamento de la autoridad, es decir, de la firma, de la edificación del nombre propio como tarea del artista moderno post-baudelaireano, ya no es una acumulación de saber transmisible, aunque más no fuera dentro de la transparencia escabrosa del espectáculo del yo como en Montaigne, sino que la autoridad del nombre se funda en su arrojarse a lo inexperimentable, se funda en la exposición de lo indecible que ocupará toda la superficie de su obra. No se trata de una nueva experiencia, porque no se puede regresar del exceso, de la tentativa de dilatar los límites del lenguaje, con una suerte de ganancia. Cada ocasión será desde entonces un nuevo recorrido por el vacío. La escritura de la modernidad, según Agamben, se asienta "sobre una falta de experiencia sin precedentes". El objetivo secreto, el enigmático deseo del artista moderno es, en palabras de Baudelaire, crear un poncif, una trivialidad. De la nada del ruido, del vértigo de apariciones y desapariciones instantáneas, extraer una originalidad tan absoluta, tan radicalmente nueva, que no teniendo otro nombre que ella misma termine volviéndose una frase hecha, el lugar común donde todos hallarán su innominable originalidad perpetuamente reflejada. Lo que Montaigne compartía con el otro, el lector, el fundamento de la transmisión del autoconocimiento, era una pertenencia al conjunto de la "humaine condition". Mientras que Baudelaire y su "hipócrita lector" sólo son "semejantes" y "hermanos" en el conjunto vacío de lo excluido, de la inutilidad de la persona singular y de su nombre. Todo falta, no hay función en el conjunto gratuito del arte moderno.