INVESTIGADORES
SOARES Lucas
congresos y reuniones científicas
Título:
Potencia emotiva, perversión psicológica y distancia epistémica. Paralelos entre la crítica platónica a la retórica adulatoria y a la poesía mimético-placentera
Autor/es:
SOARES, LUCAS
Lugar:
Buenos Aires, Biblioteca Nacional - Sala Augusto Cortázar
Reunión:
Jornada; Segundas Jornadas Internacionales de Filosofía Antigua; 2008
Institución organizadora:
Jornadas organizadas por el Proyecto PICT 2005-38227 y el Instituto de Filosofía - Sección de Filosofía Antigua, con el aval académico de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), la Asociación Latinoamericana de Filosofía Antigua (ALFA) y el CIF
Resumen:
<!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> Al término de Las ranas, en el agón trágico que sostienen Esquilo y Eurípides, vemos a Dioniso, juez del debate, reclamándole a tales poetas asesoramiento sobre la política a seguir en su ciudad para lograr la paz: «Yo vine en busca de un poeta, ¿con qué fin? Para que la ciudad se salve y pueda continuar con el teatro. Y cualquiera de los dos que vaya a aconsejar a la ciudad algo provechoso, a ése pienso llevarme». Independientemente de que, tras la sentencia de Dioniso, Esquilo resulte vencedor del agón y sea por ello devuelto a Atenas a los efectos de su salvación, lo que Aristófanes quiere destacar en Las ranas es principalmente la cuestión en torno a la utilidad de la poesía para la pólis y a su importancia educativa. En una palabra, el lugar preeminente que ocupaba la palabra y el consejo del poeta trágico en lo relativo al mejoramiento de los hombres en las ciudades. De allí que Esquilo, el vencedor, termine prescribiendo: «Pero el poeta debe ocultar lo perverso y no presentarlo ni enseñarlo. Porque a los niños es el maestro el que les enseña, pero a los jóvenes los poetas. Debemos decir cosas honorables». Si bien Platón, como es sabido, no coincide en términos formales ni de contendido con la educación trasmitida por la poesía tradicional (trágica y cómica), me interesa empezar con este pasaje de Aristófanes porque en él podemos hallar de forma condensada toda la problemática que va a recorrer la crítica psicológica que Platón dirige contra la poesía tradicional en el libro X de República. En efecto, la pregunta central que atraviesa la sección psicológica del libro X gira en torno a cuál es el elemento del hombre sobre el que el imitador (mimetés) ejerce el poder que le es propio. Es decir: sobre qué parte del alma influye o entra en relación la dýnamis del poeta o pintor. En lo que sigue querría puntualizar, en primer lugar, los rasgos centrales de la crítica epistémica y psicológica dirigida contra la poesía mimético-placentera en República X y, en segundo lugar, relevar los antecedentes de tal crítica en un diálogo de transición como el Gorgias, a la luz de los paralelos que establece Platón allí entre la poesía tradicional y la retórica de tipo adulatorio cultivada por sofistas y oradores de la época.