Perspectivismo, escritura proléptica, naturaleza y efectos de Éros, y agón genérico. Cuatro ejes de lectura para abordar el Banquete

LUCAS SOARES

Brasilia

Conferencia; I Conferencia del área latinoamericana de la International Plato Society - X Seminario Internacional Archai: “Platâo, Estilos e personagens – Entre a Literatura e a Filosofia”; 2012

Universidad de Brasilia

Las lecturas tradicionales del Banquete (Bury, Brochard, Cornford, Grube, Guthrie, White, Osborne, Kahn, entre otros) cifran por lo general la erótica platónica en el discurso de Sócrates-Diotima, relegando los cinco discursos previos y el último de Alcibíades a un papel filosófico secundario. La devaluación de estos discursos corre pareja con la canonización del discurso de Sócrates- Diotima como lugar privilegiado a través del cual Platón estaría revelando su único y verdadero pensamiento acerca de la naturaleza del amor. Esta primacía otorgada al encomio socrático suele apoyarse sobre la base de la divisoria de aguas que el mismo Sócrates establece como criterio, al erigirse desde antes de pronunciar su discurso como garantía de la verdad en relación con la problemática erótica (Smp. 198d7-199a3; 199b2-5). Frente a esta lectura tradicional del diálogo, en la presente comunicación me interesa plantear un esquema de lectura del Banquete basado en tres ejes en mutua correlación: perspectivismo, escritura proléptica, y naturaleza y efectos de Éros. En lo que toca al primer eje, y sobre el trasfondo de la polifonía dramático-filosófica que vertebra el diálogo, parto del supuesto de que la problemática erótica, tal como Platón la presenta en Banquete, no deja aprehenderse como un acontecimiento en sí o de manera unidireccional (como si la verdad sobre Éros pudiera enfocarse sólo desde el ángulo del discurso de Sócrates-Diotima), sino a través de siete perspectivas teóricas en concierto. El Banquete estaría implicando así un modo perspectivista de acceso a la naturaleza del amor. Bajo este enfoque, cada perspectiva teórica encierra un núcleo parcial de verdad sobre el fenómeno erótico. En lo que respecta al segundo eje, se trata de analizar en qué medida Platón pone en práctica en el Banquete, y como en ningún otro diálogo, un tipo de escritura proléptica, en el sentido de que cada encomio contiene anticipos fragmentarios de tópicos que, a través de un sutil juego de rectificación y complementación, serán retomados en los discursos posteriores. Esta escritura proléptica entronca con la lectura perspectivista, ya que cada posición discursiva no se hace sola sino en el contrapunto con la asumida por los otros oradores. En cuanto al tercer eje, a pesar de la crítica que Agatón dirige contra los encomios previos por no respetar su precepto metodológico, según el cual primero hay que hacer referencia a las propiedades del objeto encomiado y después a las obras de las que éste es responsable (Smp. 194e4-195a5), los siete discursos terminan por articularse sobre la base de tal principio pues, como veremos, todos se ocupan de relevar los rasgos esenciales del amor para deducir a partir de ellos sus efectos sobre los hombres.