CIECS   20730
CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS SOBRE CULTURA Y SOCIEDAD
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
Introducción
Autor/es:
GHIRARDI MONICA; FRANCISCO CHACÓN JIMÉNEZ
Libro:
Dinámicas familiares en el contexto de los bicentenarios latinoamericanos
Editorial:
CIECS/CONICET/UNC
Referencias:
Lugar: Córdoba; Año: 2011; p. 9 - 19
Resumen:
PROLOGO.-               Presentar un libro es siempre una tarea difícil y compleja. Los equilibrios son tus compañeros de viaje y te mueves continuamente entre ellos; por una parte, el de la alabanza o/y crítica leve o exagerada; o elegir entre la disyuntiva de dirigirte al colectivo académico o a un público más amplio al que siempre pretende llegar cualquier libro; o una descripción y resumen detallado artículo por artículo o escribir sobre temas de interés del prologuista que, en ocasiones, no tienen, o apenas, relación alguna con lo que trata el libro en cuestión; e, incluso, entre una extensión breve y sintética o una aportación compleja, amplia y de contenido profundo sobre el problema histórico que se analiza. Pues bien, procuraré mantener los equilibrios.             Además, cuando se trata de una obra como la que el lector tiene en sus manos: Familias Iberoamericanas Ayer y Hoy. Una mirada interdisciplinaria, en la que la diversidad que ofrece cada texto se integra en una problemática común, es siempre el lector quien sacará y obtendrá sus propias conclusiones, y las palabras de presentación sólo pueden servir para situarle mejor en el tiempo y en la problemática histórica concreta. Una vez que se ha tenido la curiosidad de abrir las páginas del libro y se observa la perspectiva comparativa entre el viejo y el nuevo mundo dentro de una temática universal y de tan honda repercusión en el devenir de las sociedades pasadas y presentes como es la familia, es seguro que el interés aumentará y, por tanto, la responsabilidad de quien escribe estas líneas también con lo que la dificultad está servida. Para comenzar a despejarla me voy a permitir tomar las palabras de un gran maestro en la historia moderna de España, D. Antonio Domínguez Ortíz, quien en la presentación del número 1 de la revista Ibérica en su nueva etapa (1992), escribía respecto al tema monográfico: “Familles Iberiques et Latino-americains”: “los lazos familiares en la España moderna no sólo eran sólidos sino extensos…la familia entendida en sentido muy amplio, y sobre este punto no hay que dejarse engañar por el escaso tamaño que en casi toda España tenía la unidad familiar. La solidaridad, para bien y para mal, no se limitaba a los que compartían el mismo techo; tenía un radio amplísimo como lo atestigua, entre otras muchas fuentes, las cartas de emigrantes a Indias”. Fuertes lazos de solidaridad y alcance amplio de la familia más allá de quienes vivían bajo el mismo techo; no sólo no se equivocaba D. Antonio, sino que, además, en perspectiva comparativa los países de América Latina iban a tener como rasgo fundamental a lo largo del tiempo esa especial característica que convertiría a la familia en el objeto básico y fundamental de conocimiento para comprender la sociedad del pasado y del presente. Hagamos ahora referencia al Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre: “la familia y la evolución demográfica”, firmado por su presidente Dimitris Dimitriadis en Bruselas el 14 de marzo de 2007. En el mismo se interroga sobre: “si la cultura dominante es favorable a la familia y a los hijos, si la imagen del éxito familiar está suficientemente valorada, si el individualismo y cierto materialismo consumista no hacen olvidar que el ser humano es un ser personal, sin duda, pero hecho para la vida en comunidad…Tal vez lo prioritario sea adoptar una visión más optimista y más generosa de la vida familiar, porque cuando se aborda la cuestión de la familia y de la natalidad, inevitablemente se toca lo más íntimo del ser humano. Por tanto, para los poderes públicos, cuya misión es buscar el bien común, se trata de abrir posibilidades, garantizar a las mujeres y a los hombres de hoy una verdadera libertad para que funden una familia y tengan el número de hijos que deseen, sin inmiscuirse en las opciones personales de realización”. El dictamen europeo puede ser trasladado al conjunto de América Latina. Posiblemente, incluyendo también otras temáticas: mestizaje, ilegitimidad, jefatura femenina, todo ello dentro del contexto de imposición religiosa y cultural fruto del proceso y devenir histórico de sociedades que soportaron un largo y complejo período colonial y que sufren en la sociedad globalizada contemporánea procesos de dependencia y de enorme desigualdad en el interior de sus clases y grupos sociales.   La conclusión a la que llegamos es que la familia constituye no solo una de las preocupaciones sociales y políticas de los gobiernos actuales, sino el primer punto de referencia e interés para los propios ciudadanos. Sin embargo, el proceso evolutivo seguido en España, Portugal y América Latina respecto al papel de la mujer, el matrimonio, las nuevas formas de familia, la nuclearización de los hogares, el aumento del número de ancianos en relación con una fuerte disminución de las tasas de natalidad o las corrientes migratorias y las desigualdades sociales, no sólo registran un enorme desequilibrio sino que son factores complementarios y estrechamente relacionados. Los historiadores latinoamericanos han asumido la responsabilidad de mirar a sus respectivas sociedades de forma penetrante y reflexiva a partir de un mandato y una necesidad social, que convierte sus agendas de investigación y trabajo en verdaderos análisis de procesos históricos propios y no en meros apéndices de una historiografía de moldes foráneos que sufre, además, curiosas adaptaciones con la travesía del océano. Resulta cuando menos curioso que en la obra Los métodos de la historia de Ciro F. Cardoso y Hector Pérez Brignoli, publicada por primera vez en 1976, con tan gran repercusión en América Latina y excelente para señalar el estado de la metodología y de la historiografía, se aprecia una ausencia total de la historia de la familia. La fuerte influencia hegemónica en el ámbito internacional de Annales y del materialismo histórico, ocultó el papel trascendental del individuo y a la vez de la colectividad y, sobre todo, de los lazos, vínculos y redes de relación social, familiar y profesional para explicar tanto la reproducción del sistema social como de los cambios y continuidades. Incomprensiblemente, América Latina quedó ausente del gran proyecto universal auspiciado por el Cambridge Group  y protagonizado por Peter Laslett y su equipo (1969-1972), a partir del cuál Europa, junto con el método de reconstitución de familias de Henry-Fleury (1965. Véase el número monográfico de Annales E.S.C., de julio-octubre de 1972, sobre: Famille et Societé, con 2ª edición en 1983), los análisis sobre la vida familiar y la infancia, de Philippe Ariés (1973) o el monográfico sobre Familia y comunidad de Quaderni Storici (1976), inició una mirada al pasado y al presente que iba a cambiar y transformar los presupuestos teóricos y metodológicos de la historiografía imperante. Es evidente que en las tierras de América Latina el pulso social e histórico late a otro ritmo y de otra manera; sin embargo el pasado colonial ejerce un peso demasiado fuerte sobre el futuro de sociedades muy dependientes. A principios de los ochenta, Balmori, Voss y Wortman plantearon la importancia y trascendencia de las alianzas de familias para explicar la formación de los países en la región. Superado el síndrome mimético del sentido obligatoriamente finalista y retardado para América Latina de los procesos sociales desarrollados en Europa occidental, se ha dado paso, y Familias Iberoamericanas Ayer y Hoy. Una mirada interdisciplinaria, lo demuestra sobradamente, a la fuerza de los lazos de parentesco, la potencia de los vínculos familiares y de las redes clientelares; hasta tal punto que las constituciones surgidas de las  revoluciones del siglo XIX no rompieron las tupidas y densas mallas de intereses familiares y sociales tejidas a lo largo de unas prácticas llevadas a cabo durante siglos con el ideal de perpetuar el status, el dominio y el control sobre unos recursos materiales e inmateriales mediante el establecimiento de alianzas verticales de dominación. Algunas fechas significativas como la creación del código civil en Argentina en 1871; el inicio del registro civil en Perú en 1936 o en 1974 en Colombia; o la instauración del voto femenino en este país en 1954, demuestran que los ritmos de los procesos corresponden a cada realidad concreta, pero se demuestra a la vez que la institución familiar es el eje de la historia política y la afirmación de las naciones. La sensibilidad social y política para crear, por ejemplo, en Colombia en 1968 el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (I.C.B.F.), demuestra la preocupación, inquietud y medidas para afrontar la vida cotidiana a partir y desde la familia y su significación. Es cierto que las preocupaciones en Europa y en América Latina son muy diferentes: mientras que en la primera el fuerte descenso de la natalidad y el envejecimiento genera graves problemas para el mantenimiento de los sistemas de bienestar social, a lo que hay que unir los movimientos migratorios, en América Latina las injusticias y las desigualdades se explican, en parte, por la debilidad del Estado y la fuerza de la familia y los lazos familiares y clientelares. No es de extrañar, por tanto, la gran preocupación actual por el análisis, estudio y enseñanzas que el conocimiento de la familia y su proceso histórico implican. Algunos coloquios y reuniones científicas muy recientes lo demuestran. Por ejemplo, el grupo de trabajo Familia e Infancia del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO): “Familias latinoamericanas, pasado y presente: continuidades, transiciones y rupturas”, celebrado en la Universidad Nacional de Colombia los días 3, 4 y 5 de septiembre de 2008; o “Familias contemporáneas y políticas públicas”, coloquio celebrado en Cartagena de Indias, 20-21 de octubre 2008. El libro que presentamos no es un caso aislado, todo lo contrario. Se mueve en la corriente y tendencia que señalan e implican algunos títulos[1] o las reuniones científicas a las que acabamos de hacer referencia, que demuestran cómo Latinoamérica comienza a revisar problemas no analizados hasta ahora y a recibir y canalizar, adecuadamente, y con el filtro de la realidad social e histórica propia, los clásicos métodos surgidos en Europa pero, eso sí, en función de sus propios intereses y sus hipótesis de trabajo. Este, precisamente, es uno de los méritos- aparte de otros que iremos señalando- de este libro. Mientras que en Europa los historiadores, más que una historia de la familia, presentaron una geografía de las formas familiares europeas del pasado a partir de las propuestas de Hajnal en 1965, el mestizaje, el parentesco, la atención a la infancia, el papel de la mujer, las relaciones y lazos familiares y clientelares, la reproducción social y política constituyen, junto a los problemas actuales de la familia, la agenda del análisis histórico y actual en América Latina.     Sin embargo, todavía la Familia necesita de investigaciones básicas para recuperar fuentes, análisis que planteen estudios de caso y llevar a cabo síntesis locales y, finalmente, nacionales en las que predomine un carácter  relacional y explicaciones coherentes a las continuidades o cambios que se observan. Es muy diversa la situación de cada nación, pero la consulta de algunas de las obras señaladas anteriormente, ofrece un panorama de síntesis, estado de la cuestión y bibliografía. En el caso de Argentina, a cuyo estudio y profundización contribuye notablemente esta obra, el estudio sobre: Los cambios demográficos en América Latina: la experiencia de cinco siglos (1998, Universidad Nacional de Córdoba-International Union For The Scientific Study of Population), o los casos específicos de: Historia de la Familia en la Argentina Moderna, 1870-2000 (2003, Susana Torrado), Matrimonios y familias en Córdoba 1700-1850 (2004, Mónica Ghirardi) o Historia de la familia en el Rio de la Plata (2004, J.L. Moreno), ponen, junto con otras obras, bases sobre las que obtener conclusiones que permitan a través de diferentes proyectos e investigaciones plantear nuevas hipótesis de trabajo. Por tanto, no es extraño que sean escasos los análisis de conjunto como el llevado a cabo por Pilar Gonzalbo (2003), “la historia de la familia en Iberoamérica”, o el más reciente y un tanto provocativo, pero sugerente de Nora Milanich: “Whiter Family History? A road map from Latin America (april 2007, 439-457, on-line The American Historical Association). Que la mayor parte de las obras indicadas, incluida la que es objeto de esta presentación, estén constituidas por un conjunto de contribuciones que estudian casos específicos y concretos, demuestra lo que decimos. Nos encontramos, pues, en una fase de necesaria y profunda investigación dentro de la agenda marcada por el paso adelante que significó eliminar los estudios comparativos de carácter mimético respecto a lo ocurrido en Europa y que tras una generación pasaría, con algún matiz, según determinada historiografía, en América Latina. Un viaje de ida con cierto olor y aroma impositivo, pero que, además, no tenía boleto de vuelta.                                                                       Mónica Ghirardi                                                            Francisco Chacón Jiménez                                    [1] La relación sería demasiado amplia y no es ese el objetivo de estas páginas, por lo que indicamos algunos con carácter general y referencias bibliográficas o que presentan estados de la cuestión del conjunto de paises, o la mayor parte de ellos, del territorio. Sin distancias. Familia y tendencias historiográficas en el siglo XX (2003), coordinado por F. Chacón, A. Irigoyen, Eni de Mesquita y Teresa Lozano; La familia en Iberoamérica 1550-1980, (2004) coordinado por Pablo Rodríguez y con prólogo de Martine Segalen; Identidades, género y ciudadanía. Procesos históricos y cambio social en contextos multiculturales en América Latina (2005), coordinado por Ricardo Cicerchia; Familia y diversidad en América Latina. Estudios de casos (2007), compilador David Robichaux; Familias y culturas en el espacio latinoamericano (2008), compiladores Ana Vera y David Robichaux, también con prólogo de Martine Segalen