"El nuevo rol de los actores en la argumentación sobre la selección de los jueces de la Corte"

NANCY CARDINAUX Y LAURA CLÉRICO

Bamberg

Jornada; Argumentation und politische Legitimation; 2005

Universidad de Bamberg

El objetivo general de esta ponencia es indagar cuáles son los cambios que el nuevo proceso de selección de jueces de la Corte Suprema de Justicia produjo en el sistema político argentino. El objetivo específico es determinar los cambios operados sobre dos dimensiones: la percepción que cada uno de los sujetos tiene sobre su rol en el  nuevo procedimiento, y las reglas de comunicación que se establecen entre estos actores, para de esa manera evaluar el aporte que este nuevo procedimiento hace a la legitimación democrática. La reforma del sistema de selección de jueces de la Corte nos ha dado la oportunidad de observar un proceso de apertura al debate en la esfera pública, motivado por un reclamo de la ciudadanía en el sentido de otorgar un mayor grado de legitimidad tanto al órgano a conformar como a los actores institucionales involucrados en la selección. Esta reforma contribuyó a aumentar la legitimidad del Presidente, quien bajo el ropaje de la autolimitación logró diferenciarse de los anteriores gobiernos. Este incremento de legitimidad puede percibirse en el tratamiento que los medios de comunicación dieron a este tema, en los discursos de los senadores y en la evaluación que el propio Presidente hace de su gestión en sus discursos públicos, en los cuales suele mencionar esta reforma como una de sus contribuciones más importantes a la mejora de la calidad institucional. El decreto 222/03 y las audiencias públicas en el Senado elevaron la pretensión de generar canales de participación ciudadana, y en este sentido pueden leerse en términos de apertura a una democracia deliberativa. Sin embargo, los actores institucionales se siguen manejando en la lógica de la democracia representativa y más allá de la intencionalidad de esos mismos actores de favorecer la apertura de un espacio público de debate, no salen de esa lógica y hasta termina perfeccionándola, en la medida en que las voces nuevas tienen un espacio acotado que no tiene luego peso en la decisión del Presidente ni del Senado. Éstos producen un recorte de las demandas de la ciudadanía que les permite moverse dentro del círculo por ellos trazado, fijando de tal manera su espacio de "representatividad" y marcándole a la Corte cuál es su rol. En el mejor de los casos, estos procedimientos han hecho públicas las discusiones entre los órganos acerca de su competencia y de lo que cada uno espera del otro. En otras palabras, han publicitado el sistema de frenos y contrapesos. Para justificar estas conclusiones se analizó la forma en que fueron discutidos tres temas en las audiencias públicas y en la sesión pública del Senado: las posiciones de los candidatos acerca del aborto, del "garantismo" y del procedimiento de selección. Los dos primeros temas fueron analizados desde la forma en que los senadores perciben su función legisladora y desde allí, cómo elevan la pretensión de limitar las competencias de la Corte. El segundo tema fue analizado desde la perspectiva de la determinación de reglas. En suma, el nuevo sistema hace de este modo un aporte a la legitimidad del sistema político, al que probablemente no le otorgue un aumento efectivo de la participación, pero sí un grado considerablemente mayor de visibilidad que acaso contribuya a clarificar los vínculos de representación y las relaciones entre los poderes del Estado. Podemos decir que se establecen las bases para una mayor participación ciudadana, aunque claro está que el aprovechamiento o no de los canales abiertos sólo se podrá evaluar a más largo plazo. Mientras tanto, los tres poderes del Estado debaten algunas cuestiones que tienen que ver fundamentalmente con sus competencias y los criterios en base a los cuales toman algunas decisiones, y lo hacen a la luz pública.