INVESTIGADORES
CLERICO Maria Laura
artículos
Título:
Luces y sombras del Consejo de la Magistratura: Las razones de los consejeros abogados en su relación con los otros consejeros
Autor/es:
NANCY CARDINAUX Y LAURA CLÉRICO
Revista:
Revista de Sociología del Derecho
Editorial:
Sociedad Argentina de Sociología del Derecho
Referencias:
Lugar: La Plata; Año: 2003 p. 12 - 19
Resumen:
El propósito de este trabajo es proponer una lectura de algunos textos que recogen los dichos de los consejeros abogados sobre el funcionamiento del Consejo de la Magistratura. En especial, nos concentramos en los discursos referidos a la selección de jueces, al argumento de idoneidad y a la escuela judicial. En este sentido, este artículo se inserta en una línea de investigación dedicada al tema “Los discursos en la producción y aplicación del derecho”, que llevamos adelante en colaboración con un grupo de investigadores con lugar de trabajo en la Argentina y en el extranjero. Este trabajo tiene como objeto el análisis del discurso político cuando los consejeros hablan sobre el argumento de idoneidad, cuando se refieren a la selección de los jueces, a los jurados, a la escuela judicial. Sostenemos la hipótesis de que cuando los consejeros abogados hablan sobre el argumento de idoneidad - y fuera del expediente que sirve de recipendiario de los diversos textos que hablan de los procedimientos para cubrir cada uno de los cargos que hasta la fecha han sido convocados para cubrir las vacantes - elevan la pretensión de dar razones a una comunidad de diálogo bien restringida, conformada por los abogados  de la matrícula, es decir, aquellos que están en condiciones de votar consejeros abogados.   Para develar la operatoria de los consejeros-abogados cuando aplican el argumento de idoneidad en el seno del Consejo de la Magistratura, analizamos lo que dicen que hacen cuando seleccionan, pero en términos que son poco habituales en el análisis de los textos producidos por operadores jurídicos, es decir, en clave de discurso político. Consideramos que hay niveles de funcionamiento del proceso de selección de jueces, como parte de los procesos políticos, a los que podemos acceder mejor a través del análisis del discurso. En este sentido, lo que dicen los consejeros abogados cuando hablan de la selección de jueces en términos del argumento de  idoneidad, responde a una narrativa que se deja registrar en "el campo discursivo de lo político, (que) implica enfrentamiento, relación con un enemigo, lucha entre enunciadores: dimensión polémica del discurso político". Así, la enunciación política del argumento de idoneidad parece inseparable de la construcción de un adversario. Ese "otro" negativo, que está excluido del colectivo de identificación, está constituido principalmente por los consejeros jueces, que por momento se ven acompañados de los consejeros parlamentarios. En algunos dichos de los consejeros abogados esos otros negativos son también los miembros de los jurados que se conforman por sorteo a través de la listas que elevan las Facultades de Derecho de Universidades Públicas, los colegios públicos de abogados y el poder judicial. Los dichos de los consejeros abogados, como actos de enunciación política, se construyen como especie de réplicas frente a esos contradestinatarios, con los que no comparten sus creencias sobre la selección de los jueces. Así, lo que suena convincente para el enunciador -consejero abogado-, se construye en término de no convincente para los contradestinatarios. El discurso político sobre el argumento de idoneidad se deja leer en clave de polémica con el contradestinario. Pero, a su vez, el discurso se construye en relación con un "otro" positivo. Justamente a este otro está dirigido el discurso. Un otro con el cual se sienten enlazados los consejeros abogados bajo una especie de creencia que suponen compartir. Cuando se dirigen a este otro positivo suponen que participa en sus mismas ideas, valores, en este caso, sobre la selección de los jueces y el  argumento de idoneidad allí implícito. Este otro positivo, prodestinatario, está conformado a través de los dichos de los consejeros abogados por los abogados de la matrícula.   Los consejeros no parecen sentirse obligados a dar razones a la ciudadanía, sino sólo a quienes los votaron o, a lo sumo, a quienes formaban el universo de los facultados para votar. Y si representar a la ciudadanía puede parecernos imposible dada la heterogeneidad de tan difuso agrupamiento, el colectivo de abogados también se les presenta a los representantes como difuso y, peor aún, desinteresado con respecto a la acción que ellos realizan y que entienden es en nombre y beneficio de dicho colectivo. Y está claro que si la representación de la ciudadanía es dificultosa de por sí para aquellos que consideran que tienen un mandato para representarla, lo será mucho más para aquellos que no se constituyen en esa relación. Entendemos que la solución a esta no-constitución de la relación política podría hallarse en la incorporación de otras voces, que pluralicen el universo representado y que arranquen a los consejeros/hablantes de la posición privilegiada de hablar por alguien que no sean ellos mismos y los lleve a formas de situación dialógicas con la pluralidad de los ciudadanos. Hemos tomado el título de este artículo del discurso de uno de los consejeros, que con la metáfora representa los altos y bajos de las experiencias vividas como consejeros. Esas luces y sombras las relacionamos, en cambio, con aquellos representados que están a la vista de los representantes y aquellos otros que permanecen en la sombra. Los primeros son los iguales, los pares, mientras que los otros son los diversos, los dispares. Y entendemos que son justamente –y aquí justamente quiere decir con justicia- los diversos, los dispares, los que deben ser incorporados al diálogo para que con ellos se pueda armar y desarmar para volver a armar perfiles de jueces idóneos que produzcan ese cambio cultural que en el contexto de la República Argentina entendemos que debería pasar por una ampliación del acceso a la justicia.