INVESTIGADORES
LYTHGOE Esteban
libros
Título:
Ser y tiempo. Singularidad y comunidad
Autor/es:
ESTEBAN LYTHGOE; LUIS ALEJANDRO ROSSI
Editorial:
Biblos
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2016 p. 207
ISSN:
978-987-691-339-3
Resumen:
El presente capítulo es el resultado de una serie de investigaciones en torno a los tem-ples de ánimo, la temporalidad y la historicidad entre 1927 y 1930. Básicamente, consistían en el estudio del tratamiento que recibieron estas temáticas en Ser y tiempo y las dificulta-des observadas. En un segundo paso, se evaluó de qué manera el curso de 1929-30, Los conceptos fundamentales de la metafísica, abordaba las mismas problemáticas y si lograba salvar las dificultades que se presentaban en su obra anterior. A fin de lograr reunir todas las conclusiones en un solo capítulo se propuso como eje del mismo el debate acerca de la con-tinuidad o no entre la propuesta heideggeriana entre 1927 y la década del treinta, tomándo-se al artículo del profesor Vigo «Verdad, Libertad, Trascendencia. La radicalización de un motivo central de Sein und Zeit en los escritos de 1929-1930» como el punto de convergen-cia del desarrollo de nuestra propuesta. En líneas generales el profesor Vigo propone que, más que un giro en el pensamiento de Heidegger entre Ser y tiempo y su obra posterior, es preciso hablar de una profundización de su obra. Para justificar su posición, se apoya en el constante interés y desarrollo, durante las décadas del veinte y treinta, de la problemática del fundamento antepredicativo de la verdad proposicional como adecuación, tema que, sin lugar a dudas, es uno de los más re-presentativos de la obra del filósofo alemán. La hipótesis principal del presente capítulo es que el planteo de Vigo surge de un recorte demasiado estrecho de la cuestión, y se sostiene que, en caso de que se hubieran incluido otros elementos vinculados a la temática estudiada, los resultados hubieran sido diferentes, tomándose conciencia de que sí hubo cambios de importancia en el período de estudio. El resto del capítulo está dedicado, pues, a recoger las diferencias entre Ser y tiempo y Los conceptos fundamentales de la metafísica, en lo referido a los modos de ser, la temporalidad, los temples de ánimo y la alteridad. En un segundo plano este capítulo propone otra línea de investigación, convergente con la anterior, en el sentido en que pone de manifiesto algunas limitaciones de Ser y tiempo, y que se podrían proponer como motivos internos a la obra por los que se producen los cambios presentadas a lo largo del capítulo. En este segundo plano, el análisis gira alrededor de los modos de ser y los temples de ánimo. Debido a que este tratamiento no el eje argumental del capítulo, esbo-zaré brevemente los ejes fundamentales de dicho planteo, a fin de que no se desdibujen dentro del planteo principal. A diferencia de lo que sucede en Los conceptos fundamentales de la metafísica, Ser y tiempo sigue aún a la sombra de la fenomenología, y por lo tanto, la reducción cumple una función de gran importancia. Nuestras investigaciones ponen de manifiesto que, desde un punto de vista metodológico, el ?precursor estado de resuelto?, desempeña un papel análo-go a la reducción fenomenológica, y justifica, por lo tanto, la relevancia que se posee en la obra de 1927. Numerosos intérpretes, e incluso algunos pasajes de Ser y tiempo, pretenden priorizar aún más la propiedad, asignándole una preeminencia ontológica e incluso moral, y limitándole a la impropiedad un rol meramente negativo. Procediendo a contrapelo de esta tendencia, reivindicaremos el aporte positivo de la impropiedad en la analítica existenciaria, como fuente de posibilidades para reiterar desde la propiedad y como instancia que, ante la ausencia de una esencia del Dasein, permite generalizar la caracterización del Dasein y los existenciarios de su ?estado de abierto? a cada uno de los individuos. En Los conceptos fundamentales de la metafísica, por su parte, la impropiedad resulta aún más relevante, no sólo debido al cambio de temple de ánimo fundamental de la angustia al tedio, sino porque incluso las investigaciones preliminares que tienen como objetivo determinar el temple de ánimo fundamental de la época, toman como punto de partida la pregunta en primera perso-na del plural acerca de «¿quién somos nosotros?». A su vez, siendo el tedio un temple de ánimo impropio, gran parte de las investigaciones y resultados que, en Ser y tiempo se ha-bían realizado desde la propiedad como ser, por ejemplo, la caracterización de la temporali-dad como sentido del ser del Dasein, en el curso de 1929/30 son elaboradas desde la im-propiedad, lo que explica en alguna medida las diferencias en los resultados a los que arri-ban. Digamos al pasar, que este cambio metodológico obliga a reconsiderar hasta dónde el Heidegger de 1929/30 continúa siendo influido por la fenomenología y su reducción. Aun-que esta cuestión será abordada en las próximas páginas, será sólo de manera tangencial. Otro de los puntos discutidos en torno a los modos de ser consiste en la pregunta acerca de si la propiedad es un modo de ser que se puede mantener a lo largo del tiempo, y en particular en el vínculo con los demás y con los útiles. Aunque en la reiteración del ?es-tado de abierto? de la segunda parte de Ser y tiempo se incluya a la caída como uno de sus existenciarios, consideramos que dicha modificación en su tratamiento no logra salvar las consideraciones de la primera parte de esta obra que lo identificaban con la impropiedad y nos llevan a sostener que la propiedad es un estado excepcional del Dasein. Este planteo conduce a la observación de que en el desarrollo de Ser y tiempo, particularmente en los parágrafos dedicados a reiterar los análisis de la primera parte de esta obra, no hay ninguna reiteración temporal donde se explicite cómo se produce dicha transición. Esta carencia, ha llevado a que diversos intérpretes propusieran variadas reconstrucciones acerca de ella. La posición más extendida consiste en sostener que la temporalidad es una instancia originaria, que se encuentra en un plano más fundamental que el de la propiedad y la impropiedad y es este plano el que posibilita dicho salto. En el capítulo que sigue se objetará dicho planteo entre otros motivos porque Heidegger mismo define a lo originario como lo total y propio, quitándole así todo sustento a la hipótesis anterior. Nuestras investigaciones nos llevan a sostener que el habla es el existenciario que cumple operativamente el papel disruptivo que posibilita, a través de la vocación, el salto de la impropiedad a la propiedad, y la caída, por medio de las habladurías. Consideramos que el hecho de que, una vez descubierta la tempo-ralidad, Heidegger le quite toda la importancia que tenía este existenciario del ?estado de abierto? en la primera parte de Ser y tiempo, refuerza nuestra hipótesis. Heidegger era cons-ciente de esta limitación, y es por ello que en Los conceptos fundamentales de la metafísica, replantea este pasaje. De este modo, si bien hay referencias a sobre un vínculo análogo a la vocación en el tedio profundo se nos fuerza a escuchar todo lo auténtico que tiene la exis-tencia, también hay un bosquejo de la modificación temporal que produce el pasaje de la impropiedad a la propiedad. Al reconocer la importancia de la impropiedad y del habla se termina indefectible-mente revaluando el lugar de los semejantes dentro de la analítica existenciaria. Pese a que en los parágrafos en los que se presenta el ?procurar por? se contempla la posibilidad de un vínculo propio con los semejantes, en el resto de la obra terminan siendo vinculados con el uno y la impropiedad. Tal es así, que mientras que el uno lleva a la caída, en la vocación el que voca al Dasein caído no es un semejante, sino el propio Dasein resuelto, haciendo caso omiso a las paradojas a lo que ello pueda conducir. Este bosquejo del lugar de los semejan-tes en Ser y tiempo, vuelve más complejo explicar la irrupción del ?destino colectivo? en el § 74 de Ser y tiempo. Aunque en Los conceptos fundamentales de la metafísica uno podría suponer que el mayor reconocimiento la impropiedad implicaría un tratamiento más extenso de los semejantes, su tratamiento pasa a un segundo plano.