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En el preámbulo a La memoria, la historia, el olvido Ricoeur presenta a esta obra como el desarrollo de la memoria y el olvido que habían sido dejadas de lado durante el desarrollo de Tiempo y narración y Sí mismo como otro: la memoria. A continuación, coincidiremos con el filósofo francés en presentar este libro como el retorno a una laguna, aunque no refi-riéndonos a estos objetos de estudio olvidados, sino en cuanto intento de llevar a cabo una aplicación de la pequeña ética desarrollada entre los estudios séptimo y noveno de Sí mismo como otro, a la filosofía de la historia, abordada previamente desde una perspectiva más epistemológica y fenomenológica. En este sentido, estoy siguiendo la afirmación que Ri-coeur realizara un año antes de la publicación de La memoria, la historia, el olvido afirma: He propuesto en mis artículos recientes y publicados considerar cuatro campos de prudencia aplicada: el campo político [], pero en segundo lugar el campo del juicio histórico, el campo del juicio judicial, el campo del juicio médico. Estos serían los lugares para probar el concepto de juicio en la esfera práctica, porque tendríamos un tipo de tipología de diferentes usos del lenguaje, usos del juicio, y ponerlos en pares. Deberíamos comparar, por ejemplo, juzgar como un juez o historiador, como Carlo Ginzburg lo hace en su trabajo, juicios judiciales en las cortes de justicia y juicios médicos, pero también juicios políticos para bien de los ciudadanos

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